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Columnas y artículos de opinión
Memorias poéticas
Rafael Martínez Zaleta
5 de julio de 2011
alcalorpolitico.com
Es el título del libro en el que se haya de manera ordenada, la múltiple y variada inspiración de don Reynaldo Escobar Ladrón de Guevara. Comienza con la presentación, donde entre otras cosas, el hijo menor de la familia Escobar Pérez, manifiesta que la recopilación y presentación de esta vasta obra, es con el objeto de perpetuar el admirable recuerdo de quien les dio la vida.

El poemario se inicia tomando como fuente de inspiración a la mujer y curiosamente con un poema titulado “A Gloria”, como aquel libro de poesías que salió a la luz hace más de cien años. “A Gloria”, pero de Salvador Díaz Mirón. Don Reynaldo rinde homenaje al amor, a la amistad, a los más puros y apasionados sentimientos, a la madre naturaleza, a la devoción, con todo aquello que se puede sentir pero no ver, como la felicidad, el sufrimiento, la fe, etc., el tiempo, el adios, la muerte, y cierra con el toque mágico de las grandes obras, como “Cien años de soledad”, con la picardía. Con ese enlace de identidad que nos caracteriza a todos los mexicanos. Decir las cosas como las vemos, como las sentimos, como son, sin preámbulos, sin maquillaje, sin eufemismos.

El día 18 de enero del año próximo pasado, tuve la grata oportunidad de conocer al Lic. Tomás Martínez Gutiérrez. Cronista de la ciudad de Naolinco. Me acerqué a él con el propósito de conocer algunos aspectos históricos del entorno. Me recibió él y su distinguida esposa, me mostró su casa y quedé asombrado con tanto libro, con tantas artes y cultura. Nos hicimos amigos y cada fin de semana arribaba al lugar antes mencionado. Fue en una de esas visitas, en el restaurante Conchita, donde me hizo esta particular confesión: “aquí en Naolinco nació Reynaldo Escobar Ladrón de Guevara, probablemente lo conozca en función al Lic. Reynaldo Escobar Pérez, Secretario de Gobierno. Nosotros a la inversa, conocimos a aquel, por éste, y comenzó a reír… Deseo participarle que nuestro estado tiene una gran deuda con este poeta, y no porque haya nacido en esta bendita tierra; ¡no!, sino por su gran sensibilidad y fecunda obra –al tiempo que depositaba en mis manos los sentimientos impresos del aludido-. Los poemas de don Reynaldo –volvió a arremeter- se ensanchan en el tiempo por más de cincuenta años y que alegría nos da a nosotros, sus paisanos, cuando en una fiesta alguien recita uno de sus versos, como el de la quinceañera, y sin decir agua va comenzó: Como preludio romántico de amor. Hoy llega a ti, la fecha que anhelabas. Perfumado botón que vuelto flor. Llegará a realizar tus sueños de hadas. Lleva en tu corazón siempre alegría. Dadle a tus padres el respeto grato. Dios te llene de dicha en este día. Y que halle tu alma un amor sensato.”


Con qué emoción pronunció aquel verso el cronista de esa ciudad. En él, desbordaba su profunda admiración hacia el poeta. Fehacientemente impregnaba el sello cultural por el extraordinario valor de esas letras… Cinco meses después, no recuerdo si fue el 19 o 20 de mayo, mi amigo el cronista de Naolinco cerró su ciclo en esta vida, dejando a sus familiares y amigos, en medio de la melancolía, el más grato recuerdo de su memoria.

Por eso la tarde del día 21 de este mes, cuando se le rindió pleitesía al bardo naolinquense y presenciamos la dinámica, el fervor, la elocuencia, el entusiasmo creador y el numen poético del grupo cultural “Salvador Díaz Mirón”; cuya presidenta la señora Gloria Fernández de Lara ofreció una grata semblanza del personaje en mención, recordé las palabras de mi amigo Tomás “el estado tiene una gran deuda con este poeta”. En esa agradable tarde que pasamos en el ágora de esta ciudad, donde se fueron desgranando uno a uno, los poemas de don Reynaldo, nos dio gusto observar a un público atento, que se deleitaba escuchando el inspirado talento de un hombre que supo elevar el alma.

Ese público fue envuelto por la magistral fuerza de expresión y cadencia del Dr. Rolando García Uscanga, del maestro Benito Carmona Grajales, del LAE Pedro Cuevas Gómez y del maestro Psic. Andrés Skertchly Pirod. Así también el maestro Alejandro Mariano Pérez, director del ágora, quien se sumó al arrebato de los sentimientos caídos en cascada. El grupo Arpegio de la UV, que dirige el Dr. José Luís Arauz Aguilar, tuvo una extraordinaria participación.


En síntesis, en este festival, donde se conjugó el canto con la poesía, arreglo especial del Dr. Luís Rolando García Uscanga, algo se ha abonado a la creatividad de don Reynaldo Escobar Ladrón de Guevara. Políticos, empresarios, medios de comunicación, personalidades del ambiente cultural, artístico y musical se dieron cita; entre ellos el célebre maestro Mateo Oliva, arreglista y compositor, una luminaria que ha traspasado con mucho orgullo las fronteras de nuestro país. Todos ellos recibidos con elocuentes y sentidas frases, por parte del excelente anfitrión Licenciado y notario público Octavio Escobar Pérez.

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