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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Metro: Tragedia perturbadora
Alfredo Ríos Hernández
5 de mayo de 2021
alcalorpolitico.com
*Nerviosismo presidencial
*Polémica educativa
*Fracaso en desarrollo
 
La tragedia registrada en la capital mexicana, derivada del desplome de un tramo de elevado nivel, que forma parte del sistema de transporte colectivo identificado como “el metro”, en principio es acreditado a “posibles fallas estructurales” registradas en el tramo donde se registró la tragedia, hecho que ha originado decenas de muertos y heridos cuyo número al escribir éstas líneas no ha sido del todo determinado, en tanto que muchos de los lesionados se trasladaron por sí mismos hacia sus centros de trabajo o sus hogares, la mayoría de ellos con lesiones que aparentemente no ponían en riesgo sus vidas.
 

El tramo del derrumbe mortal en referencia, que fue inaugurado en el periodo de la administración de Marcelo Ebrard en la ciudad de México, de acuerdo a referencias informativas de los últimos meses, registraba exceso de vibraciones que fueron reportadas oportunamente por habitantes de esa amplia zona defeña.
 
El dato en referencia no resulta en nada menor y toma ahora dimensiones significativas en los marcos de la tragedia, porque si tal como se refirió, los usuarios y la colectividad detectaron e informaron sobre tales vibraciones, lo correcto, lo apropiado a más de lógico, es que las autoridades de la Ciudad de México atendieran el llamado de alerta de la colectividad y, el propio Presidente de México debió intervenir para que se procediera con oportunidad en la corrección de la falla, evaluando y corrigiendo en los marcos del profesionalismo y la capacidad tecnológica, las (en ese momento) “supuestas irregularidades estructurales” que se registraban en dicho tramo del transporte colectivo.
 
A más de ello, profesionales de la construcción refieren que ese tipo de infraestructuras, mismas que soportan pesada carga y, a más de ello etapas constantes de vibración, obligadamente deben ser objeto de frecuentes inspecciones con equipos de tecnología confiables, operados por expertos en la materia, datos que deben almacenarse en una memoria cibernética, para que se encuentren disponibles en los procesos de evaluaciones y determinaciones oportunas, sobre los niveles de seguridad que se registran (en este caso) como rutas de uno de los sistemas de transporte de pasajeros más activos del mundo, que por lo mismo representa una enorme responsabilidad, tal como es calificada la red del metro de la ciudad de México.
 

En opinión de ingenieros en construcción, toda anormalidad (como pudieran ser significativos niveles de vibración) en un sistema de transporte colectivo como el metro, debe de inmediato y en forma permanente otorgar curso a evaluaciones de apropiadas características y dimensiones, máxime cuando parte de sus estructuras se encuentran por sobre el nivel de tierra firme, así como por debajo de la superficie, como son los puentes y tramos subterráneos del transporte identificado como “El Metro”, que por décadas ha prestado servicio en la capital de los mexicanos.
 
Hoy la ciudad de México y con ellos todo el país, reflejan solidarios su fraternidad hacia las familias enlutadas por la pérdida de vidas en “un accidente” que, en opinión de expertos debió ser previsto y evitado con oportunidad, pero que el exceso de confianza (que es posible se convierta en irresponsabilidad) otorgó curso a una tragedia de elevado impacto, al tiempo que se incrementa la desconfianza de la ciudadanía hacia los espacios gubernamentales que despachan en la capital del país.
 
Claro que los hechos refieren escenarios de “un accidente”... Pero se da el caso que de los accidentes (en la mayoría de los casos) existen responsables, y lo registrado en El Metro capitalino (por sus dimensiones y singulares características) requiere de una investigación puntual, no de “rangos partidistas” sino de referencias claramente realistas, por lo que el peritaje debería ser ejecutado por expertos, que sean ajenos a todo interés, que no sea el esclarecer con apego a la verdad lo que realmente aconteció, sobre todo, cuando muchas fueron las familias y ciudadanos que comentaban desde tiempo atrás, que precisamente en las áreas donde se registró la tragedia, se advertían vibraciones e incluso sonidos extraños, precisamente al paso de las pesadas unidades del sistema de transporte colectivo, lo que podría representar que, desde tiempo atrás, ya se registraba la posibilidad de un accidente de elevadas dimensiones.
 

Es inevitable que se requiere de un real y puntual esclarecimiento de los hechos y vinculaciones de probable irresponsabilidad de funcionarios públicos, ante los cuales ya se habían registrado avisos de factibles riesgos, en tanto que de ser así, todo quedaría en el entelarañado velo del misterio transformador
 
Lo que se lee
 
Que ayer martes (ni te embarques ni te cases) en el transcurrir de las mañaneras “escenario de lucimiento y auto elogio” predilecto en el actual sexenio gubernamental, se apreció a un Presidente con mayor lentitud en sus exposiciones que las ya habituales, efectos obvios de preocupación sobre algún tema en especial, que bien podría haber sido la tragedia registrada horas antes al desplomarse una obra con saldos mortales, que fue realizada en la administración del Distrito Federal, presidida por una de las figuras del actual equipo presidencial más activas y destacadas: Marcelo Ebrard, quien ayer en los mismos escenarios mañaneros, refirió que se encontraba atento a cualquier llamado de las autoridades que se registrara en torno al tema de la tragedia que sacude al país, tema incuestionablemente preocupante que seguramente irrumpía el habitual desarrollo de maliciosas sonrisas e ironías, que han caracterizado los escenarios propagandísticos de la actual administración federal...
 

Seguro la defensa de los involucrados en los trágicos hechos que enlutan al país, ya ha sido diseñada por los especialistas en la materia que operan en el Palacio Presidencial.
 
Lo que se ve
 
Anuncian algunos maestros del sector de educación pública “ya vacunados”, que se encuentran en espera de que el Gobierno ordene el reinicio de clases presenciales en tierras veracruzanas, escenario que ya registra significativas contraposiciones entre padres de familia, así como un cierto sector del magisterio, en tanto que muchos consideran que no es suficiente que los maestros estén vacunados para reiniciar clases presenciales, sino que también se requiere que los alumnos, sus hermanos y sus padres, se encuentran inmunizados contra los efectos mortales del coronavirus, porque incuestionablemente los centros escolares podrían convertirse en focos de elevado nivel de contagio pandémico, en tanto que la vacuna, no evita el ser portadores del virus y obviamente la capacidad de contagiar.
 

¿Surgirán acciones apropiadas sobre el tema o seguiremos en las mismas?
 
Lo que se oye
 
Nos encontramos a unos meses de que el Gobierno de la Transformación, tanto federal como estatal, inicien su cuarto año “de transformación”, escenario en el que los días del sexenio por gobernar serán menos que los días ya gobernados, espacio que desde el punto de vista temporal refieren que cada minuto se acortará el tiempo que resta a quien gobierna, para realmente consolidar la prometida transformación, pero en referencia a espacios de prosperidad y desarrollo integral, lo que está claro (entre otras cosas “por culpa” de la pandemia) que “el paraíso prometido” no se ha cumplido tal y como nos fue anunciado, lo que se puede constatar midiendo los niveles de insatisfacción social en renglones como el laboral, el educativo, el comercial, el agrícola, el de salud pública, el avícola y ganadero, el industrial y el de seguridad en lo general, así como los espacios varios del sector turístico.
 

Transitamos desde los inicios del actual régimen gubernamental, en el tercer año sin solidez financiera en lo general, con calificaciones en términos económicos debajo de cero, la “mejor de ellas” fue en el primer año del sexenio en el que nos ubicaron en espacios económicos en “menos dos”, mientras que en el segundo descendimos hasta menos ocho (si no es que aún mas) al tiempo que en éste año habremos de continuar en niveles menores a los de hace tres años... Tiempos difíciles, ni duda cabe.