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Columnas y artículos de opinión
Ya estamos en guerra
Luciano Blanco González
23 de julio de 2021
alcalorpolitico.com
El caos que vivimos en el país, a pesar de su espantosa dimensión no parece conmover las fibras de los mexicanos que lo resisten con una admirable fortaleza, atribuible a la confianza mayoritaria que tenemos de que pronto saldremos de la crisis que se presenta en todos los sectores.
 
Las guerras y las pandemias han mermado la población mundial en todas las épocas de la historia, las primeras son de origen primordialmente político y las segundas atribuibles a la naturaleza, pero lo innegable es que el control de ambas corresponde innegablemente a los gobiernos de quienes depende su crecimiento y su final.
 
En México, padecemos una peligrosa guerra que se refleja en más de 100 mexicanos asesinados diariamente, víctimas de ataques armados a la población civil, a los enfrentamientos entre delincuentes que se disputan el control territorial de las plazas para poder delinquir con mayor facilidad, neutralizando la acción persecutoria de las autoridades locales como la policía, conquistar la plaza para poder comercializar las drogas de cualquier naturaleza, asaltar en la vía publica, en las casas habitación, en las carreteras y en cualquier parte sin que haya una reacción inmediata para escapar sin riesgo y ponerse a salvo.
 

Una guerra patrocinada por la delincuencia que alienta a las poblaciones a armarse y secuestrar a miembros de la administración pública, a policías municipales y estatales, a miembros de la Guardia Nacional que no ha mostrado su eficiencia y da la impresión que es un parásito del Estado, al que sirve como contención en actividades de corte político en contra de manifestantes y para contener a los migrantes pobres que vienen de Guatemala, El Salvador y otras partes del mundo, y para franquearles el paso a todos aquellos de allá mismo que traen monedas, también sirven para hacer presencia en mítines y paros en donde son vilipendiados por las muchedumbres que las rechazan y se pitorrean de ellos a sabiendas de que no van a actuar.
 
En esta cruenta guerra, muy triste resulta el papel que está jugando el Ejército y la Marina, a quienes no corresponden las actividades policiacas, ni de vigilancia que desempeñan, han asumido en una mala estrategia responsabilidades que no les corresponde, como de albañiles y vigilantes de aduanas, y el hacerse cargo en la organización, dirección, preparación y vigilancia el control de la policía de la Guardia Nacional, lo que hace que estas nobles instituciones absorban todo lo negativo que pueda surgir de esa entelequia policiaca.
 
Todos los días tenemos noticias de secuestro de marinos y soldados, ataques a sus cuarteles, destrucción de sus instalaciones logísticas como helipuertos, bloqueo a los caminos por donde transitan, emboscadas, sangrientos enfrentamientos con el crimen organizado, si esto no es una guerra, no sabría cómo llamarle a esos cruentos crímenes que suman cientos al mes y miles al año.
 

La causa de esta pasividad, es la concepción que del humanismo tiene el primer mandatario de la nación, a quien le duele en el corazón que la policía tenga que disparar en contra de delincuentes que retan al Estado, y de quienes considera que también tienen derechos y hay que garantizárselos, cuando a veces son parte de bandas de malhechores que asolan poblados, que secuestran, asesinan e incineran a ciudadanos inermes, o que han asesinado a familias enteras y que por lo mismo están colocados fuera de la ley.
 
En varias ciudades y poblados rurales se ha observado circular, de día y de noche, a decenas de camionetas repletas de hombres armados que lanzan gritos retadores al gobierno y presumen públicamente su fuerza con armas poderosas que agitan al aire, profiriendo sus gritos amenazantes, sin que nadie investigue o persiga a estos malandros, dando la impresión de que quien debe de hacerlo se encuentra seguramente temblando de miedo, debajo de la cama o de los escritorios.
 
Varios poblados y regiones están tomados militarmente por pobladores, pertrechados con armas de grueso calibre, argumentando justamente la defensa de sus vidas, de sus familias y de su patrimonio, aislados con zanjas y trincheras en las carreteras. Algunos ansiosos de que alguien los rescate, de que se meta orden, de que se aplique la ley.
 

El señor Presidente, por el hecho de que los malandros se hayan portado muy bien durante las elecciones y se les agradezca, no debe de exonerarlos y debe de ser enérgico en la aplicación de la ley, si él no lo hace pronto, aumentarán de potencia las turbiedades bélicas, y si ahora los gobiernos de Michoacán, Chiapas, Guerrero, Zacatecas, Colima, Oaxaca y otros, batallan impotentes aterrados por los reclamos ciudadanos, el Presidente ya debe de sacarse el anillo del dedo y tirarlo, rompiendo cualquier compromiso que haya signado e incitar a las fuerzas de seguridad a que actúen, ya no debe de repartirle abrazos a los delincuentes, debe de dejar que suenen los balazos y poner orden inmediato en el país.
 
Veracruz comienza a ser la excepción en cuanto a violencia, en algunas regiones la paz ya se ha restablecido y el surgimiento de grupos armados con el pretexto de auto defenderse no ha progresado, tenemos una policía que se hace respetar, a veces con excesos, pero por ello ha logrado inhibir en gran parte a la delincuencia que había sentado sus reales o que emigraba al Estado para negociar y crecer al parecer no lo ha logrado.
 
Lo debe de hacer también en el sector salud, por la torpeza e ineptitud de sus colaboradores el gobierno tiene ya cara de criminal por la lentitud de su burocracia, que en tres años no ha podido resolver el problema de las medicinas, tal parece que este estrato de la administración pública está interesada en sabotear los servicios médicos y exhibir al Presidente, cómo es posible que les haga eco en las mentiras que repiten cuando afirman que ya están al alcance de los médicos los fármacos para atender a los niños con cáncer, o que los estantes de los hospitales ya están rebosantes de medicamentos, no siendo cierto ni uno, ni otro.
 

No Presidente, póngase las pilas, lo están engañando, están abusando de su buena fe, no están escuchando sus prédicas matinales, la actitud de la gente al armarse es porque está desesperada, al igual que la salida de los padres de los niños con cáncer a las calles, por favor queremos orden, ya no queremos que sus detractores tengan más leña para echarle al fuego, la espera es peligrosa, actúe, queremos sentirnos orgullosos de usted, presumir que no nos equivocamos al elegirlo.
 
La educación también es un caos que, si continúa, irremediablemente nos rezagará en todos los sentidos, estamos con usted, en su preocupación para que los estudiantes vuelvan a las aulas, coincidimos con sus intenciones cuando afirma que los niños en sus casas se están enajenando, es cierto que un gran número de ellos se pasan el tiempo jugando sus video juegos, que se están volviendo torpes al no sociabilizar, que un obscuro manto de ignorancia se está tendiendo sobre ellos al no recibir los conocimientos.
 
Quizás sea necesario hacer un esfuerzo fiscal mayúsculo para restablecer los centros escolares y volver a hacerlos funcionales, inclusive habilitarnos con tecnología e implementos necesarios para lograr que la educación florezca, cualquier cosa que haya que hacer, hay que hacerlo, pero el motor del progreso y de la superación humana no puede estar paralizado, hay que echarlo a andar. Cuando menos los maestros y el personal deben de estar en sus centros de trabajo cuando se inicie el periodo que marca el calendario escolar y los supervisores deben de estar en los sitios escolares oficiales, para incentivar el interés del Estado en que los niños y los jóvenes se superen.
 

Pero no dejemos que el pesimismo llegue a nosotros, pensemos que lo que sucede es que el gobierno se está midiendo a sí mismo y por ello está muy preocupado por los resultados de la consulta y por la indiferencia ciudadana a la convocatoria presidencial por participar, motivado por la falta de publicidad suficiente por parte del INE y a que todo el ruido que se hizo con anterioridad para juzgar a la mafia del poder, encabezada por los expresidentes ya cesó y todos sabemos que, si se quiere enjuiciar a un expresidente, pues es cosa de que nuestro Presidente tenga la voluntad y el valor para hacerlo, así es que a nadie le interesan los resultados por lo que se prevé una asistencia aproximada de la cuarta parte de lo que se necesita.
 
Ahora el pueblo esta distraído por saber si lo espían, preocupado pero no tanto, porque sabe cuidarse, las esposas y los esposos se espían, el ladrón espía, los gobiernos espían, todos atisban desde la obscuridad y protegidos por un manto de silencio y, la verdad, todo el griterío por esta felonía que acaban de revelar, respecto a los sofisticados instrumentos para hacerlo, no tienen razón más que para darse importancia ante la opinión pública, Pegasus es un sistema ya muy conocido que todos sabemos que el gobierno ha utilizado como herramienta de investigación y ahora nos hacemos los espantados.
 
En fin que son tiempos de optimismo, de volver a creer la reflexión del Presidente en su reunión con los gobernadores electos de su partido, en cuanto a que dijo que si no se combate y se consolida la seguridad, la cuarta transformación no tendría justificación histórica y sería como si no hubiera hecho nada, tengamos esperanza de que al fin van a aparecer los 14 millones de dosis de vacunas Anti Covid, que nadie sabe informar en dónde están y dejemos de pensar en que Marcelo Ebrard nos mintió y nunca llegaron al país, tampoco que tuvo el atrevimiento de donarla a otros países abusando de la generosidad del Presidente. Confiemos en que la educación pronto se reanudará para la reconstrucción de esta la patria nuestra. Por el bien de la causa.