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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Gobierno de prosperidad
Alfredo Ríos Hernández
9 de septiembre de 2021
alcalorpolitico.com
*Temblores y cibernética
*Deficiencia educativa
*¿Vacuna obligatoria?
 
Una de las preocupaciones que privan entre millones de mexicanos, misma que en lugar de disminuir, conforme transcurre el actual sexenio gubernamental se incrementa, incuestionablemente y paradójicamente, se encuentra vinculado con los renglones que consolidaron un severo cambio de timón en espacios gubernamentales, abriéndole paso a quienes predicaban (e insisten en ello) una nueva transformación en el país, hoy funcionarios municipales, estatales y federales, que definitivamente no han logrado cumplir con notoriedad el freno a los escenarios de violencia, problema de elevado impacto en el territorio mexicano.
 

La inseguridad y el disparo en los contagios pandémicos, así como deficiencias en la atención médica, agregando a ello escasez de plazas laborales, refieren escenarios que dan curso a elevada incertidumbre y preocupación al interior de millones de familias mexicanas, muchas de ellas en angustiante lucha por la sobrevivencia.
 
Ciertamente la pandemia ha influido en debilitar no sólo la salud de innumerable cifra de familias mexicanas, sino que también impacta negativamente en la economía en lo general, pero podría representar una maniobra de aun más elevado riesgo, que nuestras autoridades para afrontar los problemas económicos practicaran el rompimiento de la sana distancia, pese a los registros crecientes de contagios, porque está claro que hoy, precisamente ante la distención de medidas de autoprotección, los efectos pandémicos se han disparado, con todo y que se han logrado avances en lo relativo al programa de vacunación.
 
Las referencias sobre economía y desarrollo que oficialmente se difunden, no coinciden con el registro de un sector laboral, que es impacto por reducción en ingresos e incrementos en costos en la tienda de la esquina, e incluso en los más afamados o modestos supermercados, en donde los precios reducen aun más el poder adquisitivo de los trabajadores.
 

Cierto es que los efectos pandémicos han dañado tanto la salud de la población, como la salud de la economía, por lo que hoy se podría sostener que transitamos cotidianamente frente a panoramas más complejos que los registrados hace tres años, cuando millones de mexicanos celebraban el arribo al poder del “Gobierno Transformador”.
 
Los escenarios nos obligan en el México actual a una real, profunda y honorable evaluación al interior del aparato gubernamental, que nos permita retomar el tema de transformación pero con mayor apego a la realidad, porque sí resulta saludable que el país “se transforme” si para ello dejamos atrás yerros y buscamos los factibles aciertos, pensando más en la revaloración de la economía del país y de los esenciales rangos en salud y estímulo hacia la inversión, porque lo hoy urgente es salud y fuentes de trabajo, tan valiosos lo uno como lo otro, lo que no se puede lograr si impera desmedida sensación de inseguridad, tanto en lo personal y familiar, como en lo relacionado a la actividad económica.
 
Para alcanzar más y mejores niveles en desarrollo integral, se requiere plena confianza y certeza del inversionista, así como un colectivo social apegado a la legalidad y sin temor por la seguridad, ello no sólo personal y familiar, sino en un contexto de vivencia a nivel nacional, lo que debe ir aparejado a los renglones de salud pública y confianza hacia las instituciones... Pero ya veremos cuáles habrán de ser los nuevos derroteros en nuestro país, para lograr un Gobierno de Prosperidad.  
 

Lo que se lee
 
Y lo que más ha impactado a los mexicanos (al margen de las víctimas y daños originadas por el sismo pasado, cuyo epicentro se registró en las costas mexicanas de océano pacífico) lo fue la cadena de centellas que iluminaban por segundos las costas acapulqueñas, así como amplia área de esa región costera, escenarios que ya se han presentado en pasados movimientos telúricos y que, de acuerdo a la opinión de los expertos, refieren panoramas “normales” en este tipo de reacciones, las cuales tienen su origen en la fricción que con el sismo se presenta al interior de la tierra, mismas que por su propios niveles de presión, encuentran salida hacia la superficie del área afectada por dicho fenómeno, “pintando de relampagueante luminosidad los entornos del movimiento telúrico”.
 
Pero de la misma forma se sostiene que tales efectos luminosos se pueden generar en planicies o áreas montañosas, en ocasiones semejantes a las habituales auroras, con tonalidades entre azul y blanco, agregando que últimamente “refieren mayor espectro de colores”... Escenarios sobre ello se han registrado en la Ciudad de México.
 

Insisten los especialistas que dicho panorama no es nuevo, pero obviamente se convierte en novedoso en la actualidad, como resultado de su difusión a nivel nacional e incluso internacional, ello apoyado con las cámaras de los teléfonos celulares, lo que facilita a cualquier persona el tomar filmaciones y transmitirlas de forma inmediata (por vía cibernética) incluso en ámbitos internacionales, a lo que se suman los millones de reenvíos que los receptores podrían casi de inmediato replicar.
 
Tales escenarios en referencia, son identificados como “luces de Terremoto o triboluminiscencia”... No cabe duda, la transmisión de tales fenómenos, son testimonios de que cada día la cibernética nos asombra con mayor intensidad y, ello, pese a que aún sobre el tema, todo indica que “nos encontramos en pañales”...
 
¿Qué no habrán de presenciar las próximas generaciones?
 

Lo que se ve
 
Refieren autoridades estatales que una cifra de medio millón de personas en tierras veracruzanas, no saben leer ni escribir, por lo que “también es necesario retornar a las clases presenciales”... Pero en la misma información también se da a conocer “que en seis años apenas 44 mil 983 personas de dicho sector, han aprendido”. El apunte que por sí mismo desvalora “la urgencia” en tanto que, en promedio, es realmente reducido los alcances obtenidos en dicha tarea, por lo que lo primero es diseñar nuevas formas de operar para convertir el programa en realmente eficiente, pues las cifras en el renglón de resultados deberían alcanzar resultados muy por arriba de los hasta hoy obtenidos.
 
Mayor eficacia es lo que en primer lugar se requiere sobre tales objetivos.
 

Lo que se oye
 
Se reconoce por parte de dirigentes sindicales la existencia de trabajadores que se niegan a ser vacunados, pese a que al interior del sector laboral se difunde por vía de dirigentes sindicales, la importancia y los beneficios de ser vacunados, tratando de superar escenarios, que obviamente siembran preocupación tanto entre el sector patronal como entre las organizaciones sindicales, máxime cuando no existe “un ordenamiento legal que imponga como obligatorio el ser vacunados”.
 
La exposición sobre el tema por parte de dirigentes sindicales, constituye un indicador de la existencia de conductas que se contraponen a la convivencia de núcleos laborales, que permiten conocimientos y entendimiento entre el propio sector, lo que pudiera originar en temas como el referido, que la resistencia de unos frente a la vacuna, ponga en riesgo no sólo a sus familiares, sino de paso a su propio núcleo de compañeros de trabajo.
 

Por tales referencias es que ya se reflexiona en ámbitos legislativos, sobre la posibilidad de que los programas en beneficio de todos, en relación a la salud, se conviertan en claramente obligatorios salvo casos de excepción margadas por los espacios de la ciencia médica... El tema de ninguna manera resultaría ocioso abordarlo en los ámbitos médicos, legislativos y el relacionado con los Derechos humanos.