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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Desarrollo de Norte al Sur
Alfredo Ríos Hernández
8 de octubre de 2021
alcalorpolitico.com
*Pandemia inflacionaria
*Mercantilismo medicinal
*Abuchearon a Noroña
 
El que un trabajador del norte del país no coincida con la idea que deben ser sacrificados sus ingresos, para dotar de mejor nivel de vida a un trabajador del sur o sureste del territorio mexicano, no debe ser calificado (como ayer se registró en las mañaneras) de adoptar una actitud con características racistas.
 

Como tampoco resulta del todo correcto el referir “que aportan mucho los estados que trabajan y al final el dinero se reparte entre los que no producen”.
 
Sin demeritar que efectivamente muchas regiones son mayormente productivas que muchos otros espacios del territorio nacional, panorama de diferencias que se aprecian con claridad entre el progresista norte del país y el estancamiento en regiones del sur y sureste, lo que nos obliga a reflexionar que mientras más cerca de la frontera norte del país nos encontramos, mayores son las posibilidades del desarrollo económico, lo que no debe ser de ninguna manera acreditado ha tendencias racistas, de exclusión y separatistas al interior del territorio mexicano, sino que constituye un efecto natural en tanto que claramente la actividad industrial, ha sido estimulada en espacios norteños mexicanos por el interés de producir que priva tierras estadunidenses, renglón en el que se agrega que los salarios en México son mucho más reducidos que en Estados Unidos, al tiempo que los mexicanos responden apropiadamente a la capacitación y regularmente refieren entusiasmo y niveles productivos de excelencia, máxime cuando los ingresos que perciben son superiores a los que podrían obtener en algunas empresas mexicanas.
 
El que existan diferencias entre el sur-sureste en lo que se refiere al poder adquisitivo de la población mexicana, lo que por obviedad afecta y ensancha las diferencias en los niveles de vida entre las dos regiones en referencia, se registra fundamentalmente porque hacia el sur de nuestro continente y de nuestras vecindades más allá de la frontera, que refiere una distancia del Mar Caribe al Océano Pacífico que alcanza los mil 152 kilómetros (mientras otros aseguran que la línea fronteriza en referencia es de mil 138, kilómetros, constituyen áreas que refieren mayores niveles pobreza (pero por mucho) a las que refiere el norte del país, con una vecindad internacional que constituye uno de los países económicamente más influyentes no sólo para México, sino a nivel global.
 

Muchas de las empresas que operan en el norte del país se encuentran vinculadas a los dólares norteamericanos, pero paralelamente a ello muchos mexicanos norteños laboran o mantienen vinculaciones comerciales e industriales, con empresas estadunidenses y es precisamente en ello en lo que se cimenta parte de los efectos positivos de bienestar en el norte del país, a diferencia del sur en el que nuestra colindancia constituyen escenarios de angustiados migrantes, que tratan de sacudirse de la marginación y la pobreza para alcanzar “el sueño de vivir en tierras estadunidenses”.
 
Los apuntes en referencia llevan la intención de referir que no son precisamente los empresarios o las canonjías en presupuestos gubernamentales hacia el norte del territorio nacional, lo que marca la diferencia entre el sur y el norte del país, sino que la vecindad de México con Estados Unidos financieramente nos ha resultado conveniente, mientras que las tierras del sureñas no registran (por razones de ubicación) las oportunidades de ingresos que la cercanía con uno de los países más poderosos del mundo, que por simple lógica impacta positivamente a quienes como inversionistas mexicanos o profesionistas y trabajadores en lo general, habitan en el norte del tierras mexicanas.
 
No es “pensamiento conservador” lo que ha detenido el desarrollo del sur del país, sino el resultado de gobernadores no del todo eficientes al igual que de alcaldes, a lo que se agrega (en gran medida) las circunstancias geográficas ya referidas líneas arriba, el culpar de tales atrasos a los efectos de maquinaciones gubernamentales para excluir del crecimiento económico al sur del territorio nacional, se antoja más como un intento de crear un escenario truculento que favorezca la descalificación de núcleos partidistas, que el sentar realmente bases sólidas que estimulen mayor generación de empleo y bienestar, lo que no será posible si en lugar de sembrar unidad entre todos los sectores, se continúa por los senderos de la descalificación partidista.
 

En tales empeños es indispensable que en la cúpula gubernamental, se practique con mayor intensidad el sumar y que, a la vez, se disminuye considerablemente la práctica de restar.
 
Lo que se lee
 
En realidad constituye una fantasía el que, no sólo en los últimos meses, sino en los últimos años, se refieran versiones en el sentido de que el proceso de inflación, mismo que demerita el poder adquisitivo de la población, registrara “decrecimiento” cuando la realidad a la vista de todos los mexicanos, es que tanto en las tiendas de la esquina como en los centros comerciales, los precios siguen su ruta ascendente.
 

E incluso tales escenarios también se registran en el ramo de medicamentos, obviamente de manera especial en los relacionados con problemas de salud respiratorias, lo que se registra aparejado a las amenazas pandémicas que ya por prácticamente dos años estamos afrontado.
 
Tiempo es que las autoridades intervengan con eficacia para frenar “los oleajes” inflacionarios, pandemia financiera que está debilitado significativamente el nivel de vida de los mexicanos.
 
Lo que se ve
 

Ayer mismo el Presidente de México Andrés Manuel López Obrador, reconoció que el pueblo de México debe ser rescatado de los severos incrementos en los precios de los medicamentos, mismos que “primordialmente se registran en el ramo de problemas respiratorios” referencia sobre la cual le asiste toda la razón a quien gobierna nuestro país.
 
Pero al llamado oficial sobre el tema, es impostergable que se sumen acciones concretas de rangos gubernamentales y en calidad de urgentes, hacia la búsqueda y aplicación de medidas que garanticen realmente la eliminación de abusos, sobre todo en lo que respecta al renglón de salud.
 
Lo que se oye
 

“¡Póngase el cubre-bocas!”... Se escuchó resonar repetitivamente en los espacios del aeropuerto, expresión dirigida hacia Gerardo Fernández Noroña, una de las figuras destacadas del cuerpo legislativo mexicano, que se presentó en espacios públicos y singularmente concurridos, sin tomar la precaución de portar, lo que de paso ha sido instruido por las propias estructuras legislativas y niveles gubernamentales de los que forma parte, como lo son el tema de actitudes ciudadanas correctas frente a la pandemia, entre las que destaca el obligado uso del cubre-bocas.
 
Brillante orador en los marcos de las obligaciones legislativas y derechos ciudadanos, al referido legislador se le olvidó que el uso de cubre-bocas en espacios públicos (incluyendo al interior del Congreso y fuera del mismo) constituye no sólo un comportamiento de autodefensa frente a la pandemia, sino de la misma manera, una obligación que tiene como finalidad proteger la vida de los ciudadanos, los mismos que por vía del sufragio le permitieron ascender al Congreso de la Unión...
 
¿Pues qué le pasó al brillante legislador?...
 

Disfrute Usted apreciado lector de un excelente fin e inicio de semana.