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Columnas y artículos de opinión
Una bomba en el portafolio de Emilio Lozoya
Luciano Blanco González
5 de noviembre de 2021
alcalorpolitico.com
A pesar de los ventarrones que pretenden opacar el regocijo con que parte el presidente López Obrador al más alto foro mundial de la Organización de los Estados Unidos, ubicado en la ciudad de Nueva York, en los Estados Unidos, a donde irá avalado por una serie de reconocimientos y de aplausos de varios pueblos del mundo, no necesariamente de los gobiernos, por su política social en bien de su pueblo y por su postura ambientalista para salvar a la humanidad del cambio climático que agobia y amenaza con destruir la planeta.
 
Para nosotros los mexicanos, los que sufrimos y disfrutamos de la política errónea o acertada según nuestro espíritu rebelde o conformista, el Presidente puede ser una amenaza para la democracia, puede ser un dilapidador del dinero público que lo gasta a manos llenas en los programas del gasto social o en obras faraónicas como el tren maya o la refinería de 2 bocas, ante los ojos de los pobres del mundo la política de López Obrador es un modelo a seguir.
 
A gran parte de nosotros nos da coraje que nuestros recursos se utilicen para ayudar a los países pobres o en conflicto, nos indignó que esté regalando vacunas a países subdesarrollados cuando en México gran parte de la población aún no ha sido inmunizada y se está muriendo por la falta de inmunización o porque se enviaron centenas de toneladas de alimentos, ropa, medicinas, vehículos, enseres y refacciones entre otros apoyos directamente a Cuba, país considerado como una detestable dictadura que reprime las manifestaciones populares que no apoyan a aquel régimen. A propósito de vacunas, este es un tema que el señor Presidente abordará con energía para que se liberen las patentes de este producto a fin de que llegue vastamente a los países más pobres que no pueden producirla ni comprarla.
 

Ello constituyó para muchos una indignante aberración, pero para el antiimperialismo mundial, constituido por miles de millones de gente en el mundo, eso se llama valor porque se atrevió a retar a su vecino y a todas las potencias del hemisferio, con su actitud fue más allá que Rusia, China, Venezuela y mas allá que todos aquellos que se desgañitan pero que en el momento de las definiciones flaquean.
 
Por eso no es raro que el periódico más influyente del orbe, El Financial Times de Londres, con influencia en todo Europa Asia, Medio Oriente y los Estados Unidos haya colocado a López Obrador en el segundo lugar de los líderes más populares del globo terrestre por encima de Ángela Merker, Jon Biden, Japón, Reino Unido y Corea del Sur, entre otros y solo debajo de Modi, Primer Ministro de la India.
 
Esta influyente medición con la que podemos no estar de acuerdo, significa para el presidente un compromiso, él ya sabe que su lenguaje metafórico y agresivo que entendemos muy bien sus paisanos, está también siendo asimilado por una gran parte de la población de otros países, a ellos les va a hablar quizás no con el énfasis con que lo hizo Nikita Kruschov, que para que el mundo lo escuchara, tuvo la osadía de quitarse un zapato y golpear con él, el pódium. O no tan vehemente como Fidel Castro en contra de las dictaduras y al imperialismo del que culpó de todas las desgracias del mundo, pero nuestro presidente no se va a quedar atrás.
 

Atacará despiadadamente la corrupción, renglón en el que vamos muy atrás en el índice mundial, pero lo hace en un momento en que el país se esperanza de nuevo con la inesperada detención de Emilio Lozoya, principal operador y el más visible entre los artífices del soborno en los pasados gobiernos y ojo, no sería de extrañar que su aprehensión obedezca no tan solo a la necesidad de construir un escenario nacional adecuado y actual, sino mas allá un escenario con repercusión internacional que sería en el caso de que de aquí a su intervención fueran detenidos pollos verdaderamente gordos, habría que pensar en Luis Videgaray, en Ricardo Anaya, en órdenes de aprehensión en contra del mismo Enrique Peña Nieto y la expedición de la famosa ficha roja, no hay que olvidar que este gobierno es especialista en destruir a sus aliados que ya no le son útiles y continuará con el posible desafuero de varios legisladores incómodos y de uno que otro gobernador.
 
A poco creen que Emilio Lozoya llevaba en el portafolio basura o papeles inservibles, no, lo que llevaba eran las pruebas que está necesitando en este momento nuestro presidente, pruebas que le permitirán en el foro o después de él, inculpar directamente a sus adversarios para limpiarle el camino a su posible sucesor o sucesora, inmiscuyéndolos por supuesto con sus partidos, para volver a provocar un rechazo generalizado hacia todos los aspirantes por su identificación con un color.
 
Si así fuera y todo obedeciera a un plan maestro a futuro, para la construcción de un sucesor a costa de lo que sea y haciendo acopio a su frase favorita de caiga quien caiga para empedrar de cadáveres o desechos políticos el camino de su sucesor, habría que recordarle que en el pasado esos diseños han fallado.
 

Para comenzar sus visibles cachorros tienen una consistencia endeble, ennegrecida por un triste pasado en el caso de Marcelo Ebrard, el descuido injustificado en la construcción de la línea 12 del metro en la ciudad de México, cuando él era Jefe de gobierno y el descuido en el mantenimiento por parte de Claudia Sheinbaum, fueron causa de más de una veintena de muertos, decenas de heridos y millones de pérdidas, el reclamo de los afectados es que también el dedo de la justicia penal y civil apunte hacia ellos.
 
En México siempre hemos tenido la fortuna que, ante el hartazgo en el abuso del poder, aparece el héroe salvador de la patria, ante la opresión española, aparece Hidalgo, ante el cinismo y desvergüenza gubernamental reflejada en el conservadurismo de Antonio López de Santa Ana, aparece el más puro de los liberales en la persona de Benito Juárez. Frente a la dictadura de Porfirio Díaz, aparece otro liberal Francisco I. Madero, que anima al país a un levantamiento armado que derroca al invencible dictador.
 
Pero ahora las condiciones son distintas, el país está ya acostumbrado a la alternancia en la sucesión presidencial, al invencible PRI, lo derrota el PAN con Vicente Fox, al todo poderoso Felipe Calderón lo vence Enrique Peña Nieto y a este ultimo por el PRI, lo vence nuestro actual presidente Andrés Manuel.
 

Pero a esta aparente sucesión de hombres que vencen, los hay que lucharon varios años para alcanzar su objetivo, la nueva política es producto de una larga contienda democrática que cristaliza con la irrupción de Cuauhtémoc Cárdenas, hijo de un líder histórico muy sembrado en la conciencia y en el ánimo de los mexicanos por la política nacionalista, revolucionaria y auténtica que como Presidente supo aplicar.
 
Andrés Manuel es el producto más genuino de aquella hazaña del ingeniero que cómo candidato puso el huevo al mancornar en su campaña al joven Andrés Manuel, Cuauhtémoc perdió la Presidencia, pero Andrés ganó el Distrito Federal y construyó la sólida plataforma para llegar a la presidencia.
 
Esta plataforma se está tambaleando, ya no le satisface su liderazgo rutinario y cansado a la población, ya no hay innovación, no les gusta a los chilangos que les estén restregando en la cara diariamente los beneficios de las pensiones y de las becas que luego les quieren cobrar en la elección.
 

El líder histórico de aquella revuelta democrática encabezada por Cuauhtémoc, ahora lo es Andrés Manuel, mientras que en los demás partidos parecen no existir pero ahí están, de entrada podríamos hablar de Luis Donaldo Colosio Riojas, hijo del más preclaro y puro líder que tuvo el PRI, su solo nombre emociona porque no es improvisado, su carrera de abogado y de político le ha permitido representar a su distrito primero como diputado local, ahora como presidente municipal de la capital industrial del país, en donde realmente desbordó a la ciudadanía en su favor, pues tiene discurso y formación propia a la que hay que sumarle el sentimiento popular por el cariño y por la deuda que tiene el sistema con él, al haber sacrificado a un hombre valioso como su padre.
 
Finalmente, hay que anotar que mientras a Emilio Lozoya creíamos que estaba tirado a la milonga disfrutando exquisitos manjares, no dudo que se dedicaba a recopilar pruebas comprometedoras contra quienes lo subieron al barco y lo abandonaron dejándolo solo con el problema, él debe de seguir gozando de privilegios, las evidencias ya estaban listas pero no se había presentado el momento ni la oportunidad, la delación de su indignante vida de lujo y de placeres que se mostró a la opinión pública, precipitó su pactada detención, pero es para que tire toda la porquería que sea necesaria.
 
Así que el circo judicial pronto estremecerá de pena y de coraje a todos los que están en la lista, provocando un vendaval de indignación cuando se destape toda la verdad de aquella maldita negociación, que hizo millonarios a políticos desleales y traidores a la patria, que prefirieron el lucro indebido a la honestidad republicana a la que está obligado todo servidor público. Justicia sí, pero el sistema político debe de garantizar el cumplimiento del debido proceso y el respeto irrestricto de todos los derechos humanos de los inculpados.- Por el bien de la causa.