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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
¿Libres de pecado?
Alfredo Ríos Hernández
10 de noviembre de 2021
alcalorpolitico.com
*Amenaza sigue latente
*Pandemia y quebranto
*¿Y la Guardia Nacional?
 
Ni duda cabe que uno de los más significativos problemas que se registran en nuestro planeta lo constituye la corrupción, renglón al que en los escenarios del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, refirió como uno de los factores negativos que originan en numerosas regiones del mundo mayor pobreza, así como injusticia y desigualdad, argumentación incuestionable que en apego a los hechos no se podría desmentir, como de la misma forma es una realidad que diversos funcionarios que hoy participan en los proyectos de la cuarta transformación, registran antecedentes de haber participado en organizaciones partidistas, a las cuales ahora se les acredita haber generado espacios corruptos en los ámbitos gubernamentales, indicador de que pocos son los que se encuentran “libres de pecado”.
 

Muy al estilo tradicional del México de siempre, se ha sostenido que en los renglones de la actividad pública “de tal palo resulta la misma astilla”, pero al margen de supuestos e incluso escenarios comprometedores, en lo que no se puede pensar distinto al Presidente, es que efectivamente “la corrupción constituye el primer problema del planeta” calificativo que por el panorama que se advierte, “también cuadra” en algunos de los actuales integrantes del cuerpo de colaboradores de la Presidencia de la República, varios de los cuales no podrían presumir de “notoria limpieza en las manos”, ni mucho menos en la memoria periodística de nuestro país.
 
Pero ciertamente el llamado del actual Presidente de México, tanto hacia instrumentos internacionales creados para conformar un “mundo mejor” que operan aparejados con los gobiernos del mundo, espacios que permitan construir acuerdos para favorecer la paz e impulsar mayores oportunidades para un desarrollo equilibrado, que nos permita a todos los pueblos del mundo superar la pobreza y alcanzar mayores niveles de bienestar, constituye una postura que de siempre ha sido abanderada por el Gobierno de México, ámbitos en los cuales se ha predicado el valor y respeto a lo que es justo y por lo mismo equitativo “tanto entre las naciones como entre los individuos” todo ello en los marcos ajenos al sectarismo y el respeto al derecho ajeno... Referencia que por sus resultados en ocasiones pareciera fantasioso.
 
Lo que el Presidente López Obrador realizó ayer ante la instancias más elevada de la Organización de las Nacionales Unidas, constituyó en sus tiempos reclamo y legado de Don Benito Juárez, pensamiento que prácticamente ha sido instaurado como una doctrina a la que se debe sujetar todo mexicano, mandato, reclamo y legado, que intentó adoptar ayer el Presidente Andrés Manuel López Obrador, porque ante tal concepto (el respeto al derecho ajeno es la paz) los tiempos y circunstancias no alteran el pensamiento y objetivo en referencia.
 

Claro que no se espera sepulcral silencio frente al llamado lopez-obradorista registrado en los espacios más elevados de la diplomacia y la concertación, referencias sobre las cuales seguramente surgirán polémicas, sobre las cuales entre la colectividad mexicana se guarda la esperanza, que no resulten solo truenos y relámpagos, porque al final del día “quienes pagan las consecuencias no son precisamente los que prendieron fuego a la hoguera”.
 
Lo que se lee
 
Cierta es la notable referencia que en tierras veracruzanas (de acuerdo a las cifra oficiales) ya se llevan dos días sin que se registren fallecimientos originados por los efectos pandémicos, lo que realmente constituye un soplo esperanzador entre el colectivo social, pero tales escenarios por ningún motivo deben otorgar a curso para que la población “baje la guardia”, porque claro se debe tener que el virus continúa en nuestros entornos y, no existe la menor duda que su capacidad de contagio ronda al colectivo social en lo general, pudiéndose originar nuevo oleaje con rebrotes mortales, semejantes a los que ya se han registrado en el transcurrir de los últimos meses.
 

La autoprotección y solidaridad con quienes se encuentren cercanos a nosotros, constituye en la actualidad una cultura que debemos convertirla en hábito, hasta que no exista de manera clara y contundente, la total seguridad de que los riesgos de contagio desaparezcan de nuestros entornos, escenario que por el momento se advierte complicado y aún distante.
 
Lo que se ve
 
No es correcto ni apropiado para un gobierno (cualquiera que sea) menos aún para el pueblo, el que se maquillen cifras sobre el comportamiento financiero, renglón que se encuentra vinculado de manera directa con los efectos colaterales originados por la pandemia.
 

La realidad es que la economía en lo general sí se ha desplomado en el transcurrir de los últimos dos años, escenarios directamente vinculados con los efectos colaterales de la pandemia, que obligan a la población al desgaste de su presupuesto en compras de medicamentos, o productos útiles para prevenir agresiones del Coronavirus, en lugar de atender los reglones de casa, vestido y sustento, así como en muchos casos la del espacio educativo.
 
Nadie en el mundo se encontraba preparado para afrontar escenarios pandémicos, pero definitivamente los efectos colaterales refieren mayores daños en algunas regiones que en otras, referencias que dieron paso a la configuración de “pandemias económicas” las cuales resultan realmente insalvables para la mayoría de la población... Los resultados colaterales enlistan decrecimiento de plazas laborales y desarrollo en niveles delincuenciales
 
Lo que se oye
 

Efectivamente los feminicidios y la actividad delictiva en lo general “no llegaron con la Cuarta Transformación”, pero en gran medida tales escenarios de agresiones contra las mujeres, forman parte de las causas, motivos o argumentaciones, por las que la “4T” prácticamente barrió hace tres años a los partidos de oposición, lo que no deben de olvidar los entonces candidatos de Morena, que la inseguridad en Veracruz y en especial “los feminicidios” constituyeron escenarios de aberración que originaron el castigo por parte de los electores al PRI y al PAN.
 
Por lo mismo no es del todo propio que se dirijan opiniones sobre el pasado, cuando (en parte por ese pasado) hoy seguimos igual o peor, lo que ahonda hacia mayores niveles la preocupación entre el conglomerado social en lo general, dando espacio a la interrogante... ¿Y la Guardia Nacional?