icono menu responsive
Columnas y artículos de opinión
El Presidente ya sabía
Luciano Blanco González
12 de noviembre de 2021
alcalorpolitico.com
Suerte te de dios y lo demás nada te importe, afirma la sabiduría popular experta en paliar las malas y peligrosas situaciones y resuelve sin el mayor esfuerzo e inesperadamente, eventos que parecían de difícil solución.
 
Así piensan quienes creen que se han sacudido al más tenaz combatiente de la corrupción y la mejor adquisición con que contaba Andrés Manuel para perseguir a los políticos corruptos y a los evasores contumaces que asolaban a este país mediante las prácticas de lavado de dinero, enriquecimiento ilícito, asociación delictuosa, a los defraudadores fiscales de miles de millones de pesos apoyados en los factureros pertinaces que no han entendido que estos ya son otros tiempos.
 
La salida de Santiago Nieto de la Unidad de Inteligencia Financiera, nadie cree artificialmente que es un sacrificio que abone a la moral o a los buenos principios de la política, es simplemente un paréntesis temporal para evitar un golpeteo que se hubiera dado durísimo en contra de este sistema que combate el lujo y el dispendio.
 

El derroche que se hizo en la suntuosa boda que pretendió celebrarse en lo obscurito, pero en el que desafortunadamente metió la cola el diablo, para sacar de la obscuridad las candilejas de las aberraciones neoliberales, que abundan entre la nueva clase política que no ha logrado entender que el cambio es en serio y de a deveras.
 
Santiago Nieto un funcionario honesto y capaz, pero sobre todo leal, que quiere al Presidente como se quiere a un padre, en votos de su fidelidad, al primero que enteró de su boda fue al primer mandatario, y a él, le informó mediante formal invitación, de todos los detalles y el lugar de la celebración, y cauto y discreto como es, no quiso gastar sus ahorritos como todos los potentados, en una suntuosa boda en los majestuosos salones de la Ciudad de Nueva York o hacerse visible en algún lujoso hotel de la Ciudad de México, en una hacienda yucateca, en una finca de Cuernavaca o en una hacienda de Yucatán, no, porque ahí hay muchos colados y periodistas indiscretos que exageran la modestia de los eventos, presentándolos como majestuosos y, por lo mismo, ofensivos a la vida republicana que invoca el presidente para vivir, vestir y gastar a la manera de la humildad franciscana y de la austeridad, que él pregona y practica.
 
Pero Santiago, más modesto y más congruente con la doctrina de la transformación, pensó en hacerlo en el traspatio de México, en Guatemala, allá en donde creemos que sí es suficiente sobrevivir con un pantalón, dos camisas y un par de zapatos, calzones y calzoncillos, calcetines y medias 3 parcitos y ya, porque no son aspiracioncitas.
 

Pero los 300 invitados que asistieron a la boda entre colaboradores y empresarios ricachones, según se deduce de las pocas fotografías y videos filtrados de aquel evento familiar, fueron rigurosamente seleccionados para que de ninguna manera se presumiera algún conflicto de intereses o algún sospechoso compromiso, inclusive aunque llegaron en vuelos privados y comerciales, los regalos debieron de haber sido modestos y pronto veremos la lista de ellos que seguramente se publicará una vez que sean declarados en la Secretaria de la Función Pública, pues como aseguró el desposado todo fue transparente, de ellos tenemos que excluir lo 35 000 dólares que portaba la entonces Secretaria de Turismo de la Ciudad de México, Paola Félix y que luego se aclaró que eran del director del periódico El Universal, verdadero culpable de este infamante destape publicitario y quien inexplicablemente puede viajar no solo con esa cantidad, sino con la que quiera y siendo como lo es, no muy amigo del Presidente nadie le pide que aclare quizás porque lo que él diga salpicará muchas dignidades personales y dignatarios políticos.
 
Todas aquellas rémoras del pasado, se desnudan en su verdadera esencia de farsantes que en público reniegan de aquellas practicas vergonzosas de antaño, pero en lo privado sin pudor exhiben su afición por las viejas costumbres burguesas, seguramente sí lo son, aquellos funcionarios con buenos y escandalosos salarios y prestaciones se dejaron seducir por el boato de la aristocracia burguesa del champagne, el whisky Ingles, la moda europea, las rancias costumbres de la realeza, ellos se dejaron llevar por sus añoranzas de riquillos neo liberales y no le dieron importancia a lo apostolado por el Presidente, ellos a qué fueron, a quedar bien, a lucir sus mejores galas, a la competencia de ver quien viste mejor, de quien tiene las mejores joyas, a embelesarse con los exquisitos aromas de los perfumes más extravagantes.
 
O simplemente fueron a descansar de las burdas exigencias populares que no les permiten sosiego en este país de malagradecidos que después de que los ayudan y dan todo por ellos, todavía votan en contra de su partido, de este México en donde no hay ojos para ver lo bueno, ni plumas para valorar los enormes y extenuantes sacrificios que realizan diariamente a favor del pueblo, que si no fuera por ellos, estaría en la miseria, sin pan en las mesas, enfermos, ignorantes, inseguros, desarrapados y sin techo, haciendo caso a los mercenarios que azuzan diariamente a la opinión pública para denostarlos y en cambio allá, todo fue cortesía, amabilidad, hasta en el aeropuerto que ante el resbalón, los dejaron salir, los pusieron en libertad, aunque les decomisaron los dólares que quién sabe de dónde salieron, o para qué eran, pero ese fue un incidente sin repercusiones, lo importante es que se divirtieron muy lejos del fastidio que es tener que atender y escuchar puros reclamos.
 

En fin, que bendito sea Dios, la opinión pública ya los ha perdonado y el desaguisado es algo sin importancia y seguro que el Señor Santiago muy pronto volverá a estar en las luminarias con su inmaculada e incorruptible imagen, el resto de los funcionarios que concurrieron a agasajarlo disfrutarán platicando con detalles la hazaña y nuestro Presidente seguirá celebrando la brillante idea de haber colocado en el puesto de Santiago a un hombre radical en el respeto a sus ideas y principios, que efectivamente ha sido honrado toda su vida, casi un santo al que no se le conoce ningún desliz, ni debilidad y que ha vivido para amar a su familia, pero que además, no dudará en atacar la corrupción desde sus raíces, así que aquellos que creían que ya la habían librado con la defección de Nieto, se equivocan, con el tiempo se darán cuenta que aquel era un pan dulce, comparado con su substituto, quien viene decidido a poner las cosas de la hacienda pública en su debido y justo lugar.-Por el bien de la causa.