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Columnas y artículos de opinión
A salto de mata
Más de mil filósofos dijeron
Gino Raúl De Gasperín Gasperín
18 de noviembre de 2021
alcalorpolitico.com
Interesantes y muy reveladores son los resultados de la última encuesta aplicada a 1,785 filósofos sobre temas fundamentales de esta ciencia. Algunas de las opiniones más relevantes fueron resumidas del documento original por Antonio Diéguez, catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia en la Universidad de Málaga. Vale hacer unos breves comentarios sobre ciertos puntos sobre los que hay una gran polémica. Quizá, en este Día Mundial de la Filosofía, las opiniones de estos filósofos nos ayuden a pensar un poco mejor.
 
Con la más alta calificación está la postura del realismo que afirma que efectivamente hay un mundo que tiene existencia en sí mismo (no se plantea si «por sí mismo») en oposición al idealismo que sostiene que el mundo depende de nuestra mente en su existencia o tiene una naturaleza mental (racional, ideal), lo que hace suponer que empezó a existir cuando apareció la primera mente (humana, o algo así), y que acabará al fenecer el último ser pensante, sea del planeta, de la galaxia o del universo que sea...
 
(Aclaración para alumnos de filosofía: hay un realismo ontológico y uno epistemológico. Por realismo ontológico se entiende lo expuesto líneas arriba: que existe un mundo cuya realidad no depende de nuestra mente o intelecto, mientras que el realismo epistemológico o gnoseológico (intelectualismo, lo llaman también) afirma que para captar ese mundo es indispensable la concurrencia de sentidos e inteligencia. Así, las tesis opuestas son, respectivamente, el idealismo ontológico, que afirma que todo es idea o que tiene una naturaleza racional, que toda la realidad no es sino un contenido de nuestra conciencia. En palabras de Hermann Cohen, «El ser no descansa en sí mismo; el pensamiento es quien lo hacer surgir». Y el idealismo gnoseológico que sostiene que ese mundo externo, si bien existe o puede existir, nos es imposible conocer y solo conocemos nuestras propias ideas).
 

Según la encuesta, con casi el 80% de los votos (la posición más alta) los filósofos aceptan el realismo ontológico y son opuestos a quienes piensan que somos una especie de avatares proyectados al mundo. Sorprende, dice el maestro Diéguez, que ya solo el 6 % se confiesa idealista en el sentido de que toda la realidad mundana depende de nuestra mente o tiene una naturaleza mental.
 
Muy probablemente, entre ese 6 % se encuentran algunos militantes de partidos políticos...
 
Otro de los temas más polémicos en toda la historia de la filosofía es el que se refiere a nuestra capacidad de conocer. Es el tema de la epistemología o Teoría del conocimiento. Existen varias posturas, pero aquí se enfrentan las dos básicas: el relativismo y la que podría llamarse dogmatismo teórico, si es que esta palabreja no estuviera tan desacreditada por otros campos. Según esta última postura, el ser humano posee la capacidad de llegar al mundo real a través tanto de sus sentidos como de su inteligencia y alcanzar la verdad, es decir, un correlato entre lo que se piensa y lo que las cosas son en sí. Hay, pues, algunas certezas universales e irrevocables sobre las cuales asentar sólidamente cualquier otro pensamiento. En contraparte, el relativismo epistemológico (tan en boga actualmente) sostiene que no es posible llegar a ninguna certeza, a ninguna verdad sobre nada de lo que existe. Por lo tanto, nuestra mente solo es capaz de acercarse un poco y eso circunstancialmente a lo que es verdaderamente el mundo, o lo que sea. Que cada quien tiene sus propios acercamientos y que estos son tan relativos y subjetivos que nadie puede poner las manos en la lumbre por ninguna supuesta verdad absoluta y universal.
 

Según la encuesta, para sorpresa de muchos, o de muchísimos, el 95 % de los filósofos se decantaron por el realismo y no aceptan, por lo tanto, que la realidad sea un constructo social o simple producto de acuerdos circunstanciales. Esto tiene que ver con el asunto de si puede existir una tolerancia tan radical (democrática, la llaman algunos) que termine aceptando que cada cual mire las cosas según el cristal con que las vea (o quiera verlas) y defienda lo que sea o le convenga. Por lo tanto, para los relativistas no hay verdades objetivas ni formas mejores de conocimiento, «la validez de la verdad se limita al sujeto que conoce o juzga... o a la influencia del medio, del espíritu del tiempo o a la pertenencia a un determinado círculo cultural» (Hessen). En consecuencia, cualquier creencia o saber solo tiene validez para aquellos dispuestos a admitirla en un determinado contexto. Esto lo acepta solo el 5 % de los encuestados.
 
Vamos, que estamos aquí en la postura predilecta de los tiranos, los populistas, los demagogos, los «chapulines» y toda esa gran variedad de especímenes políticos fácilmente identificables. Los filósofos piensan de otra forma...
 
La tercera posición más aceptada entre los filósofos (la segunda la dejamos para próximo artículo), es la relativa a si nacemos con el cerebro totalmente en blanco (tanquam tabula rasa, como un papel en blanco), y poco a poco lo vamos «llenando» con ideas extraídas de la realidad, o si ya venimos a este mundo con algo a priori. Este algo pueden ser ya ideas completas (como decía Descartes, por ejemplo) o ciertas estructuras prefabricadas (como diría Kant). Aquí, el 72 % de los filósofos se inclinaron por esta última tesis, o sea, que es posible que ya traigamos al nacer algunos conocimientos o estructuras mentales independientes de la experiencia. Y ponen por ejemplo, las matemáticas y, algunos, la lógica.
 

Al respecto, sospecho que los que no deben estar aplaudiendo a este 72 % de los filósofos son los estudiantes de matemáticas y de lógica. Qué fascinante sería nacer con el cálculo infinitesimal ya «precargado» o los Modos del silogismo o el Cálculo preposicional o el catálogo de falacias ya preestablecido como un sistema operativo innato... Lástima, parece que la experiencia personal no está muy de acuerdo con este innatismo, aunque algunos experimentos muestren indicios de que ya nacemos, dicen, con «algunas expectativas básicas sobre lo que puede suceder en el mundo físico». Al fin, algo de razón debió de tener Kant con sus juicios sintéticos a priori...
 
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18 de noviembre, Día Mundial de la Filosofía