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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Orizaba ganó en tribunales
Alfredo Ríos Hernández
19 de noviembre de 2021
alcalorpolitico.com
*Justicia y contaminación
*Migrantes y la cumbre
*¿Traición al electorado?
 
Es definitivo que el próximo alcalde de Orizaba habrá de ser Juan Manuel Diez Francos, quien en los últimos meses se ha dedicado a defenderse de las denuncias presentadas por el partido político en el poder, tanto de niveles estatales como de ámbitos federal, quedando claro que “los morenos” practican la idea (con bastante éxito) de empoderarse en todos los niveles de la administración pública, sea municipal, estatal y obviamente la nacional, objetivo sobre el cual realmente han avanzado con significativa celeridad.
 

Pero el ya formalmente reconocido como Alcalde Electo del Municipio de Orizaba, considerado en las últimas décadas como el exitoso impulsor de una “real y positiva transformación orizabeña”, tarea a la cual se han sumado los últimos presidentes municipales, objetivos de desarrollo municipal que, desde hace años, ante sus primeros efectos lograron cultivar una simbiosis entre la población y las autoridades municipales, que no se ha logrado escenificar en tales dimensiones en ningún municipio veracruzano, incluyendo a los que se encuentran cercanos a Orizaba como lo son Río Blanco, Ciudad Mendoza, Nogales, Ixtaczoquitlán, así como Fortín y el mismo municipio de Córdoba, el cual años atrás representaba mejores niveles urbanísticos y comerciales que Orizaba, pero que también ha sido superado por la ahora calificada como “La Bella y Distinguida Pluviosilla” ciudad de “las aguas alegres”.
 
Orizaba representa el más nítido ejemplo de que todo municipio que registre de manera prolongada, Presidentes municipales que amen a su región y que, paralelamente a ello otorguen continuidad a lo que se ha hecho bien y desechen o corrijan lo que se ejecutó incorrectamente, habrán de ser ciudades que de lo modesto se conviertan en “Pueblo Mágicos” y, por lo mismo, logren impulsar no sólo el desarrollo turístico (los orizabeños ahora cuentan hasta con teleférico) sino el crecimiento comercial en lo general.
 
Bellas nuevas áreas para la distracción y la actividad cultural, así como un desarrollo comercial acelerado y respetuoso de los ordenamientos urbanísticos, conforman generadores de empleos en los marcos de un crecimiento en el que, desde mucho antes de la pandemia, ya se practican conductas ciudadanas que han convertido al municipio en uno de los “pueblos mágicos” de mayores reconocimientos en tierras veracruzanas así como en el contexto nacional.
 

Por tales logros que ameritan a los alcaldes orizabeños, pero que fueron iniciados hace años por Juan Manuel Diez Francos, es que la población orizabeña y muchos veracruzanos (no orizabeños) muestran su satisfacción ante la determinación de rechazo por parte de las instancias que atienden denuncias contra alcaldes electos, en tanto que con ello, el colectivo social de ésa región volverá a registrar nuevamente a Juan Manuel Diez como un alcalde “realmente de lujo”, lo que obviamente habrá de ser para bien de la colectividad y de quienes, como visitantes, disfrutamos de “una ciudad que sonríe”.
 
Aplausos para las autoridades que dejaron sin efecto las fantasiosas denuncias de ilegalidad en el referido proceso electoral.
 
¿Será tan difícil el que en todo municipio el pueblo eligiera como alcaldes a quienes realmente aman a su tierra, como acontece en Orizaba, desde hace casi dos décadas?... Realmente valdría la pena que en todos los municipios se reflexionara sobre el tema.
 

Lo que se lee
 
Un significativo número de quejas y protestas ciudadanas se han detectado en torno a los espacios de administración de justicia, tema que definitivamente no debe generar ni la menor sorpresa en el contexto social, en tanto que tales prácticas ni son recientes, ni son diferentes a las que ya existían hace décadas, tema que ha sido reiterativo en los espacios informativos, no de ahora, sino lamentablemente “de siempre”, porque de igual forma “de siempre” se ha comentado en tales ámbitos que “con dinero baila la ambición e incluso sin descanso”.
 
La ausencia de honorabilidad constituye uno de los rasgos mayormente escenificados, mismos que se advierten tanto en las áreas policiacas, como entre quienes despachan y operan ya en sectores vinculados con las respectivas fiscalías (sin que se ignore que existen honrosas excepciones).
 

Indudablemente México ha requerido desde tiempo atrás, de una transformación que frene la ilegalidad en los renglones dónde precisamente se supone que se administra la legalidad, espacios contaminados de los que surgieron expresiones como la que refiere “que con dinero se baila el son que solicita el aportador”.
 
Claro que sí existen excepciones, pero lamentablemente son precisamente eso: “Excepcionales”.
 
Lo que se ve
 

“Terminar la pandemia y afrontar el tema climático” constituyó la más significativa expresión que se le escuchó decir al Presidente de Estados Unidos, frente al Presidente de México, López Obrador y al líder gubernamental canadiense, Justin Trudeau, temas que obviamente constituyen escenarios de emergencia en el mundo, por lo que se puede considerar como "muy apropiada" la intervención inicial del Presidente estadunidense, mientras que el Presidente de México Andrés Manuel López Obrador, refirió que los tres países participantes “Pertenecemos a América del Norte y tenemos muchas cosas en común, pero lo más importante, una muy buena relación de cooperación y de amistad”.
 
Ya se verán y evaluaran los resultados de un evento que despierta la atención, no sólo en los tres países participantes, sino de manera muy singular en todos los pueblos que integran la región identificada como “Latinoamérica”, sobre todo cuando el tema de indocumentados registra aguda preocupación tanto en los escenarios estadunidenses, como en tierras mexicanas.
 
Lo que se oye
 

Muchos son los que piensan que cuando se sufraga ante las urnas electorales por un determinado candidato, mismo que obtiene el triunfo, dicho triunfador registró éxito electoral porque así lo decidieron los electores, los cuales tomaron tal determinación más por inclinaciones partidistas que por reales simpatías en torno a la personalidad del candidato.
 
Así las cosas, cuando un legislador decide en lo personal cambiarse de “bancada partidista” no sólo comete un acto de clara deslealtad hacia el partido políticos que lo propuso, sino que “el mismo pecado” comete precisamente en contra de los electorales que decidieron sufragar en su favor, apunte que es preciso referir porque dichas prácticas, pareciera que se han convertido en rutinarias e incluso algunos las aplauden, cuando en realidad también podrían calificarse como los reflejos de un severo desgaste en la seriedad, así como el ya tradicional desapego de los políticos hacia los electores que le brindaron respaldo mayoritario en las urnas… “Cosas veremos”.