1 de diciembre de 2021
alcalorpolitico.com
*Insuficientes vacunas
*Desmedida migración
*Reactivación turística
Los gobiernos siempre serán lo que el pueblo tolere que sean, porque cuando las observaciones de lo malo por parte del colectivo social desaparece, sobreviene lo que en estos momentos acontece en los marcos de la administración pública de la ciudad de México, una de las capitales de uno de los países mayormente castigados por los contagios del coronavirus, que por sobre los espacios de la prudencia aparece frente a los reflectores Doña Claudia Sheinbaum, para invitar llena de entusiasmo a todos los habitantes del antiguo Distrito Federal (que son millones) al festejo organizado por la Presidencia de la República con motivo del informe presidencial que tendrá lugar en pleno Zócalo de la ciudad, al tiempo de referirse “no vamos a cerrar actividades económicas ante la variante Ómicron”.
Es indudable y dramáticamente realista, que la actitud irresponsable de los pueblos, por regla general proviene precisamente de la irresponsabilidad de sus autoridades, tanto así que ya en muchos escenarios existen señalamientos, en el sentido de que México, no es precisamente un ejemplo de comportamiento en lo relativo a los tiempos pandémicos, e incluso no lo es en la actualidad en diversos espacios del renglón médico, como es la ausencia por aproximadamente tres años (medio sexenio gubernamental) de medicamentos para niños con cáncer, panoramas de terror que cuando originó protestas de padres de familia reclamando lo inhumano del escenario en referencia, dicho núcleo de familias ofendidas y lastimadas por el sufrimiento de sus hijos, fueron enmarcados como agitadores “que pretendían ejecutar un golpe de estado”.
Hoy, ante la peligrosa aparición de una nueva variante de coronavirus, con rangos de peligrosidad superiores al que ha flagelado a México y el mundo, mismo que ya se registra en distintos países que abarcan diversos continentes, calificada con niveles de riesgos altamente dañinos, pese a tales augurios, en espacios de la capital mexicana se invierten millones de pesos y se convoca para que el pueblo asista el festejo multitudinario, ya previsto como “nunca visto” en tierras mexicanas, en torno a la figura presidencial que ha promovido una transformación en el país, cuya calificación aún está pendiente de ser clasificada por la historia, lo que invariablemente se escribe con mayores detalles no en el presente, sino que siempre habrá de ser hacia el futuro.
Pero en el transcurrir del hoy, sí se puede referir como adelanto, que no son los tiempos ni de festejos presidenciales ni de celebraciones populares, porque ello constituye violentar los códigos de conducta que se nos han ordenado respetar, precisamente en relación a los graves problemas que en materia de salud pública estamos transitando, amenaza latente que no se puede desaparecer de la noche a la mañana y, mucho menos por referirlo un mandato gubernamental.
Pero lo que sí les queda a los mexicanos, es que lo notoriamente criticado en el ayer, sobre el presidencialismo y el culto a la personalidad de quien lo detenta, no desapareció en “los actuales estilos” gubernamentales, sino que se ha elevado hacia mayores dimensiones, incluso con presencia superior capaz de disminuir entre los simpatizantes el temor al acecho de la pandemia que los circunda... En mucho valorarían quienes piensan en los riesgos de la imprudencia que asechan a la colectividad, que las reflexiones en cuestión resultaran desmentidas por la realidad.
Lo que se lee
Son varias las regiones veracruzanas en las que el número de vacunas que se aplicaron contra el coronavirus, precisamente a jóvenes entre 15 y 17 años de edad, resultaron notoriamente insuficientes, lo que en principio constituye una irresponsabilidad que después del suplicio de estar formados 12 o 14 horas, bajo los rayos del sol, de la lluvia o el frío, antes de llegar a la ansiada área de vacunación, se les comunique que las vacunas se agotaron y que deberán de esperar otra fecha u otro día, para ser atendidos.
¿Acaso quienes encabezan los centros de vacunación no disponen de la información sobre el número de vacunas de las que disponen, para informar de inmediato a quienes se encuentran en la fila y que, por el número de quienes le anteceden y la cantidad de dosis disponibles, ya no podrán ser vacunados en ese día?... ¿Qué nivel de capacitación tendrán los responsables de tales programas, para cometer tales agravios en contra de quienes, esperanzados y preocupados por su salud, hacen fila incluso por más de doce horas, para después de ello recibir un portazo del área de vacunación?...
Bien e incluso asombroso el comportamiento de quienes en la ciudad de Córdoba, con la esperanza de recibir una vacuna, primero soportaron el frío, para posteriormente recibir los rayos del intenso sol, así hasta que al final recibieron la irreverente información de que las vacunas se habían agotado... Tristes, desilusionantes y preocupantes, panorama que habla de ausencia de capacitación hacia el personal.
Lo que se ve
Triste y preocupante resulta el advertir que miles y miles de migrantes provenientes de diversos países, transitan del sur al norte del territorio mexicano, con la mirada puesta en el ya trillado pero realista “sueño americano”, que no es en significativo número de latinoamericanos la búsqueda del ansiado bienestar, nivel de vida que no existe para ello ni en México ni en prácticamente todos los países latinoamericanos, naciones atrapadas en la improductividad, escenarios que en gran medida son originados por la incompetencia de quienes nos gobiernan, así como por usos y costumbres ajenos a los requerimientos que la modernidad exige para alcanzar mejores niveles de vida.
Lo cierto, lo real e incuestionable, es que todo país receptor de migrantes incluyendo entre ellos a México, en su calidad de país aportador de apoyos para migrantes tanto locales como de paso, constituyen áreas que ya se encuentran saturadas de migrantes, lo que eleva los conflictos en los entornos de tales escenarios, tema que difícilmente será superado, máxime cuando la migración no abarca temporadas en especial (salvo las ya programas y a la vez saturadas) panorama que por las naturales limitantes, con el paso de los días incrementa su complejidad hasta alcanzar rangos de intolerante.
Lo que se oye
Las intenciones de reactivar el turismo para recuperar niveles económicos en tierras veracruzanas, siembra optimismo entre el sector de referencia, así como entre autoridades y la población en lo general, sabedores los veracruzanos que la actividad turística constituye una de las más apreciadas joyas de la corona, en los marcos de la economía mexicana y obviamente en tierras veracruzanas.
Es más, de acuerdo a opiniones de prestadores de servicios turísticos, se tiene conocimiento que ya existe un nuevo despertar en el renglón turístico veracruzano, lo que obviamente hace renacer el optimismo entre el colectivo social, al tiempo que se reabren una de las compuertas más significativas para la actividad económica del Estado de Veracruz.
Ya se verán las dimensiones que se alcancen en este logro en el sector que es considerado como la valiosa industria sin chimeneas.
*Desmedida migración
*Reactivación turística
Los gobiernos siempre serán lo que el pueblo tolere que sean, porque cuando las observaciones de lo malo por parte del colectivo social desaparece, sobreviene lo que en estos momentos acontece en los marcos de la administración pública de la ciudad de México, una de las capitales de uno de los países mayormente castigados por los contagios del coronavirus, que por sobre los espacios de la prudencia aparece frente a los reflectores Doña Claudia Sheinbaum, para invitar llena de entusiasmo a todos los habitantes del antiguo Distrito Federal (que son millones) al festejo organizado por la Presidencia de la República con motivo del informe presidencial que tendrá lugar en pleno Zócalo de la ciudad, al tiempo de referirse “no vamos a cerrar actividades económicas ante la variante Ómicron”.
Es indudable y dramáticamente realista, que la actitud irresponsable de los pueblos, por regla general proviene precisamente de la irresponsabilidad de sus autoridades, tanto así que ya en muchos escenarios existen señalamientos, en el sentido de que México, no es precisamente un ejemplo de comportamiento en lo relativo a los tiempos pandémicos, e incluso no lo es en la actualidad en diversos espacios del renglón médico, como es la ausencia por aproximadamente tres años (medio sexenio gubernamental) de medicamentos para niños con cáncer, panoramas de terror que cuando originó protestas de padres de familia reclamando lo inhumano del escenario en referencia, dicho núcleo de familias ofendidas y lastimadas por el sufrimiento de sus hijos, fueron enmarcados como agitadores “que pretendían ejecutar un golpe de estado”.
Hoy, ante la peligrosa aparición de una nueva variante de coronavirus, con rangos de peligrosidad superiores al que ha flagelado a México y el mundo, mismo que ya se registra en distintos países que abarcan diversos continentes, calificada con niveles de riesgos altamente dañinos, pese a tales augurios, en espacios de la capital mexicana se invierten millones de pesos y se convoca para que el pueblo asista el festejo multitudinario, ya previsto como “nunca visto” en tierras mexicanas, en torno a la figura presidencial que ha promovido una transformación en el país, cuya calificación aún está pendiente de ser clasificada por la historia, lo que invariablemente se escribe con mayores detalles no en el presente, sino que siempre habrá de ser hacia el futuro.
Pero en el transcurrir del hoy, sí se puede referir como adelanto, que no son los tiempos ni de festejos presidenciales ni de celebraciones populares, porque ello constituye violentar los códigos de conducta que se nos han ordenado respetar, precisamente en relación a los graves problemas que en materia de salud pública estamos transitando, amenaza latente que no se puede desaparecer de la noche a la mañana y, mucho menos por referirlo un mandato gubernamental.
Pero lo que sí les queda a los mexicanos, es que lo notoriamente criticado en el ayer, sobre el presidencialismo y el culto a la personalidad de quien lo detenta, no desapareció en “los actuales estilos” gubernamentales, sino que se ha elevado hacia mayores dimensiones, incluso con presencia superior capaz de disminuir entre los simpatizantes el temor al acecho de la pandemia que los circunda... En mucho valorarían quienes piensan en los riesgos de la imprudencia que asechan a la colectividad, que las reflexiones en cuestión resultaran desmentidas por la realidad.
Lo que se lee
Son varias las regiones veracruzanas en las que el número de vacunas que se aplicaron contra el coronavirus, precisamente a jóvenes entre 15 y 17 años de edad, resultaron notoriamente insuficientes, lo que en principio constituye una irresponsabilidad que después del suplicio de estar formados 12 o 14 horas, bajo los rayos del sol, de la lluvia o el frío, antes de llegar a la ansiada área de vacunación, se les comunique que las vacunas se agotaron y que deberán de esperar otra fecha u otro día, para ser atendidos.
¿Acaso quienes encabezan los centros de vacunación no disponen de la información sobre el número de vacunas de las que disponen, para informar de inmediato a quienes se encuentran en la fila y que, por el número de quienes le anteceden y la cantidad de dosis disponibles, ya no podrán ser vacunados en ese día?... ¿Qué nivel de capacitación tendrán los responsables de tales programas, para cometer tales agravios en contra de quienes, esperanzados y preocupados por su salud, hacen fila incluso por más de doce horas, para después de ello recibir un portazo del área de vacunación?...
Bien e incluso asombroso el comportamiento de quienes en la ciudad de Córdoba, con la esperanza de recibir una vacuna, primero soportaron el frío, para posteriormente recibir los rayos del intenso sol, así hasta que al final recibieron la irreverente información de que las vacunas se habían agotado... Tristes, desilusionantes y preocupantes, panorama que habla de ausencia de capacitación hacia el personal.
Lo que se ve
Triste y preocupante resulta el advertir que miles y miles de migrantes provenientes de diversos países, transitan del sur al norte del territorio mexicano, con la mirada puesta en el ya trillado pero realista “sueño americano”, que no es en significativo número de latinoamericanos la búsqueda del ansiado bienestar, nivel de vida que no existe para ello ni en México ni en prácticamente todos los países latinoamericanos, naciones atrapadas en la improductividad, escenarios que en gran medida son originados por la incompetencia de quienes nos gobiernan, así como por usos y costumbres ajenos a los requerimientos que la modernidad exige para alcanzar mejores niveles de vida.
Lo cierto, lo real e incuestionable, es que todo país receptor de migrantes incluyendo entre ellos a México, en su calidad de país aportador de apoyos para migrantes tanto locales como de paso, constituyen áreas que ya se encuentran saturadas de migrantes, lo que eleva los conflictos en los entornos de tales escenarios, tema que difícilmente será superado, máxime cuando la migración no abarca temporadas en especial (salvo las ya programas y a la vez saturadas) panorama que por las naturales limitantes, con el paso de los días incrementa su complejidad hasta alcanzar rangos de intolerante.
Lo que se oye
Las intenciones de reactivar el turismo para recuperar niveles económicos en tierras veracruzanas, siembra optimismo entre el sector de referencia, así como entre autoridades y la población en lo general, sabedores los veracruzanos que la actividad turística constituye una de las más apreciadas joyas de la corona, en los marcos de la economía mexicana y obviamente en tierras veracruzanas.
Es más, de acuerdo a opiniones de prestadores de servicios turísticos, se tiene conocimiento que ya existe un nuevo despertar en el renglón turístico veracruzano, lo que obviamente hace renacer el optimismo entre el colectivo social, al tiempo que se reabren una de las compuertas más significativas para la actividad económica del Estado de Veracruz.
Ya se verán las dimensiones que se alcancen en este logro en el sector que es considerado como la valiosa industria sin chimeneas.