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Columnas y artículos de opinión
El cazador resultó cazado
Luciano Blanco González
10 de diciembre de 2021
alcalorpolitico.com
Detrás de una gran riqueza hay una historia negra de explotación, de sangre, sudor y lágrimas. De robo inmundo, de saqueo rapaz, principalmente en aquellos pueblos en los que la democracia se ha prostituido y sus gobernantes se amaridan con el gran capital para también aprovecharla en beneficio propio.
 
Así se describía en los viejos manuales del activismo comunista a la riqueza, para motivar el resentimiento y el odio del proletariado mundial, lo que provocó y provoca aún grandes levantamientos populares que sucede cuando se cierran los conductos de la democracia, dejándole al pueblo como único camino la sublevación armada.
 
Por eso en el devenir histórico en el auge de la revolución industrial, los obreros quemaban las fabricas y ahorcaban a los propietarios, los campesinos incendiaban las haciendas y sin piedad alguna pasaban por las armas a los patrones, caporales y a sus ventrudas esposas.
 

Los otrora poderosos gobernantes, los crueles y soberbios militares, tenían como puertas de escape, ante la furia de la revuelta popular, el paredón o el exilio en el extranjero a donde, forzados por las circunstancias, tenían que huir despavoridos, Antonio López de Santa Ana y Porfirio Díaz son un ejemplo de cómo terminan las dictaduras y tiranías que se cimentan en la opresión, el lujo y el abandono de las causes democráticas.
 
De dónde provienen las enormes riquezas de prominentes figuras de la vida política del país, que recientemente se han conocido y son motivo de escándalo y preocupación general, por ser sus actores visibles traidores a la austeridad republicana que nuestro presidente quiere imponer como un estilo de vida a los servidores públicos, del trabajo diario, del salario remunerador, del sudor de la frente, de cuantiosas herencias, de las gratificaciones, del pago de favores, de negocios desde el poder público, ¿de dónde?
 
Máxime que como el mismo presidente lo ha afirmado, son funcionarios de extrema confianza para el mandatario, en quienes puso las herramientas para evitar y combatir la nefasta corrupción que corroe nuestro sistema al parecer de por siempre.
 

No se concibe que, mientras el presidente nos da todas las mañanas auténticas y sinceras lecciones de moralidad, quienes han hecho el compromiso de seguirlo, que le han jurado lealtad, actúen de manera frívola poniendo en duda su honorabilidad, al manejar de manera opaca su patrimonio. Millones de pesos que Santiago Nieto trata de transparentar y que de seguro lo hará, porque no es torpe y hay muchas maneras de hacerlo, máxime cuando nada se le cuestionará, aunque fue necesaria una denuncia anónima presentada ante la Fiscalía General para que se iniciara la investigación sobre sus mansiones, lo que hace pensar que no tenía la intención de declararlo. Lástima, aquí se hizo realidad la alegoría del pez, que por la boca muere, habló demasiado.
 
Nuestro Fiscal General, Don Alejandro Gertz Manero, nos consta que se ha esmerado por que las autoridades, quienes sean, no se extralimiten en el ejercicio de sus funciones, llamó varias veces la atención con sus declaraciones en el sentido de que la Unidad de Inteligencia Financiera estaba violando el principio de la presunción de inocencia al ordenar el congelamiento o inmovilidad de las cuentas bancarias de particulares, por la sola sospecha de defraudación o de lavado de dinero sin previa comprobación, y más que nada como un chantaje para obligar al causante a negociaciones forzadas.
 
Sin embargo, a Don Alejandro se le cargan las pulgas y quizás por las fricciones profesionales, o por el celo personal con Santiago Nieto, le comienzan a filtrar información sobre múltiples operaciones que, se supone, solo el ex director de la UIF sabía y se le descubren al Fiscal transferencias millonarias en dólares a los paraísos fiscales, su problema familiar que también es de millones y la ostentosa colección de 122 autos de lujo, que misteriosamente le comienzan a aparecer, como para que se calme y baje la guardia. Da la impresión de que es el cazador cazado.
 

Con esa fortuna Don Alejandro debe de trabajar por amor al arte, pero de dónde vienen esas fortunas, cómo y por qué se han incrementado tan rápidamente, como sea, aquí superamos la ficción, la fantasía cobra vida, 122 autos de colección para un funcionario que participa junto a un hombre empeñado en criticar la ostentación hasta en sí mismo, que exponiéndose a la patanería del anonimato viaja en avión en segunda clase, exponiéndose a la ofensa, al sarcasmo, a la injuria de sus malquerientes, pudiendo viajar cómodamente en el avión presidencial o de perdido en primera clase.
 
2 pantalones, 2 camisas, un par de zapatos, no necesitamos más, ha dicho aconsejándonos para que no malgastemos en lujos, él, que se atrevió a recorrer el país en un modesto tsurito, dando cátedra de sencillez, debe de sentirse ofendido y decepcionado, pero no creemos que aspire a tener cuando menos una de esas joyitas.
 
Lo grave es que sus colaboradores cada día contribuyen negativamente a su ideal, se pelan entre sí, se exhiben, lo exhiben, y estaremos de acuerdo en que cada quien puede gastar su dinero en lo que quiera, para eso trabajamos, pero cuando se tiene un compromiso de la magnitud histórica de cambiar la imagen y el fondo de la administración pública con un hombre de la proyección de López Obrador deben de ser recatados, leales a la idea de que están contribuyendo a dejar una huella limpia y profunda de su paso en la administración pública, por ahora deben de estar avergonzados.
 

Finalmente, el presidente debe de revisar con precisión su cuadro de colaboradores y tomar decisiones drásticas, se impone un cambio radical si no quiere ser metido en el mismo saco en que la opinión pública está colocando a los presumiblemente corruptos, cuyo estigma no lavarán ni con el mejor jabón, así sea perfumado, pues seguirá persistiendo la duda de que están tapados con la misma cobija de la impunidad, con la que ya se ven cubiertos los altos funcionarios de la línea 12 del metro de la Ciudad de México.
 
El presidente debe de ser drástico, no debe de permitir que se pisoteen sus banderas, el día de ayer, Día Mundial Contra la Corrupción, debió de haber sido un día de fiesta nacional, para que todos los mexicanos estuviéramos felices y contentos de los avances en esta materia, sin embargo, el ambiente ya comienza a ser adverso, las uñas le han crecido demasiado a sus colaboradores y el corta uñas que estaba usando el presidente, le resultó oxidado e ineficiente. Ojalá el año que entra podamos celebrarlo en las calles y con manifestaciones.- Por el bien de la causa.