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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Reorientar la gobernanza
Alfredo Ríos Hernández
3 de enero de 2022
alcalorpolitico.com
*La estatua derribada
*Infructífera omnipresencia
*Pestes después de fiestas
 
Nada claramente positivo (que no sea el optimismo) se pronostica sobre el panorama mexicano que habremos de presenciar con el año que se inicia, retos complejos entre los que destacan lo que no se ha logrado fortalecer en tres años del actual sexenio gubernamental, tanto en las esferas federales, como en los espacios estatales y ya no referimos renglones que corresponden a las administraciones municipales, espacios en los que la gran mayoría de los hoy nuevos alcaldes, reciben el impacto de ciudades, pueblos y congregaciones atrapadas en el estancamiento, tanto económico como en lo referente a obras y servicios.
 

México en su contexto nacional, salvo escasas excepciones (como podría citarse el caso en tierras veracruzanas del municipio de Orizaba), refleja procesos no sólo de estancamiento en la economía y en el bienestar social (como lo son los temas de la inseguridad y deficiencias en el sector de atención médica), sino que a ello se le suman prácticas gubernamentales notoriamente impropias en torno a la actividad empresarial, políticas confusas que incluso se han adoptado en diversas administraciones estatales (ya ni referimos las municipales), renglones en los que se transita en el marco de escenarios preñados de dudas, desconfianza e inseguridad, todo enmarcado en un discurso gubernamental de elevados rangos populistas, en el cual se trata de estimular la idea que los inversionistas son contrarios a las aspiraciones de bienestar de los mexicanos, sembrando con ello el temor de invertir, ante vientos de confusión que soplan en nuestro país, con cierta semejanza a los que en varios países del centro y sur del continente, han convertido en una pesadilla tanto a los espacios empresariales como al sector laboral, ejemplos claros que se registran en el que fuera símbolo de crecimiento empresarial, como lo fue la ahora “desvencijada” Venezuela.
 
No es posible el ocultar frente a la realidad que en tierras mexicanas el proceso inflacionario está golpeando con dureza al ya desgastado poder adquisitivo de los mexicanos, los especialistas señalan que en las últimas dos décadas la inflación por la que actualmente transitamos en nuestro país, es la de mayores impactos negativos, sobre todo con notorios daños entre los niveles de menor poder adquisitivo, escenarios que por sí solos inclinan la balanza hacia lo negativo en los marcos de los nuevos escenarios transformadores.
 
Debe quedarnos muy claro a los mexicanos, que si paralelamente a las acciones que se deben aplicar para evitar mayores desgastes en el poder adquisitivo de la población, no frenamos los elevados niveles delincuenciales y, al mismo tiempo no evitamos el prolongar la rispidez entre el sector gubernamental y los espacios empresariales, ámbitos a los que se deben agregar mayor humanismo y eficacia en los renglones de salud pública (como es el caso de los niños con cáncer y la mortandad por la pandemia) si no superamos tales deficiencias, ineludiblemente habrá de resultar mayormente complejo que nuestra actividad económica se perfile hacia escenarios de mayor productividad y, con ello, se pudieran incrementar las oportunidades para un sector laboral que ha sido severamente castigado por los efectos colaterales originados, tanto por la pandemia, como por la inseguridad y los desatinos registrados en cotidianos escenarios mañaneros.
 

La mitad del sendero gubernamental que le resta a la actual administración federal (incluyendo en tales escenarios al gobierno del Estado de Veracruz) debe ser de conciliación y de suma de esfuerzos, dejando atrás pretensiones partidistas para centrarse en lo prioritario, que es restablecer niveles de mayor seguridad y tranquilidad social, al tiempo de proceder hacia la reactivación y crecimiento de la economía del país en lo general, lo que no se podría lograr sin un claro entendimiento entre gobernantes y los sectores productivos del país, sumando a ello la voluntad del conglomerado ciudadano en el mismo sentido, voces ciudadanas que se deben reflejar en el marco de los cuerpos legislativos, porque los legisladores existen para representar la voz del pueblo, no la voz gubernamental o de sus respectivos directivos partidistas, tal y como acontece.
 
Lo que se lee
 
No se puede ocultar la realidad con un dedo (por más poder que represente), ni tampoco se podría ocultar con discursos mañaneros, por ello en los espacios gubernamentales se debe evitar el practicar el culto a la personalidad, referencias que en un mundo de comunicación permanente (derivado de las redes de internet) de inmediato reflejan resultados que desgastan la imagen de quienes detentan y presumen su poder, actitud que tiende hacia escenarios lamentables, refiriendo una imagen con múltiples réplicas en su desgaste, como lo es la estatua de quien nos gobierna derribada y destruida por actores incógnitos, acciones y escenarios que de siempre deberían ser previsibles por nuestros gobernantes.
 

Está claro que vivimos en un conglomerado social diverso, tan plural como lo son las notorias diferencias de opinión y diversas forman de actuar y de pensar, por lo que el líder de tales núcleos debe referir su tendencia al pluralismo, agregando a ello su claro respeto y atención hacia las diversas formas de pensamiento, lo que constituye esencia inseparable de la democracia, con la que precisamente el gobernante se encuentra invariablemente comprometido... fallar en la práctica de tales valores, incuestionablemente es contrario a la democracia y al contenido y espíritu de las leyes que rigen a los mexicanos... Ello siempre habrá de registrar consecuencias no recomendables.
 
Lo que se ve
 
Cierto, en esferas gubernamentales el uso frecuente (casi habitual) e incluso extremo del Poder Supremo, incuestionablemente colocan a toda sociedad en donde se practique, en escenarios donde se eleva el riesgo de las libertades, referencias que pareciera se han disparado en los marcos de la vida pública de los mexicanos, o sea, cacería de brujas o brujos como en tiempos de la inquisición, pero con las variantes de la modernidad, que inducen hacia un sector de la sociedad hacia la defensiva, al tiempo que en los espacios gubernamentales se muestran claramente a la ofensiva.
 

Si en esos marcos de actuación nos instalamos y permanecemos, si no se corrigen los rumbos y estilos, la referencia hacia el futuro podría ser (por un lado) la sensación de ser víctimas de la tiranía y (por el otro) la obsesión por el poderío que transforma al gobernante en omnipotente.
 
La omnipotencia en niveles gubernamentales nunca ha permitido cultivar buenos frutos.
 
Lo que se oye
 

Todo hace indicar que en el sector médico (me refiero a los serios y responsables, no los vinculados con la politiquería) se toman las previsiones y correspondientes avisos, para que todo el sector vinculado con la salud se mantenga en estado de alerta, ante el inminente riesgo de que se registre un “cuarto oleaje” de contagios pandémicos, ello ante la ya clara presencia de la nueva versión del virus ahora identificado como Ómicron en el territorio mexicano.
 
Claro nos queda que el estar vacunados es esencial para no afrontar ante el contagio los niveles de agonía, pero en ese mismo tenor algunos especialistas consideran que la nueva variante del coronavirus pandémico, registra mayores niveles de contagios, pero sus efectos se advierten en la mayoría de los casos con menores referencias de agresividad hacia los pacientes, ello obviamente si el contagiado es atendido a tiempo y de manera apropiada, agregando el que se encuentre vacunado.
 
Así las cosas, los mexicanos que sospechen estar contaminados, deben acudir de inmediato a centros de evaluación médica para que se les realicen los exámenes convenientes y, de resultar positivos, de inmediato recibir la atención médica que el caso requiera.
 

Bien me referían mis maestros hace ya varias décadas: “Después de la fiesta... Viene la peste” y eso que aún no llegan los Reyes Magos.
 
Para Ustedes apreciadas y apreciados lectores, mis más emotivos parabienes para que 2022 sea un año de salud, prosperidad y bienestar.