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Columnas y artículos de opinión
El candidato no debe de ser una copia de AMLO
Luciano Blanco González
1 de julio de 2022
alcalorpolitico.com
No tenemos que ver la situación catastrófica que vivimos como el fin del mundo, esa visión es aniquiladora de una perspectiva que pudiéramos tener para sobrevivir con optimismo esperando el paso de las tempestades y pensando en un cambio saludable para el país y para la sociedad, que nos traiga seguridad y paz, de las que estamos tan urgidos.

Renovar el ánimo desde nuestras propias trincheras, desde donde se forjará a paso lento pero seguro, el modelo de gobierno que se formó en nuestras mentes por décadas, en una cultura de respeto y de civilidad ciudadana, que nos hace tener fe en la democracia y en la justicia como sólidas plataformas en las que se sustentará el bienestar colectivo.

Ese proyecto de vida nacional, se logrará desde el gobierno como rector de la conducta social y será posiblemente necesario imponérselo en las urnas, con grandes movilizaciones apoyados en la fuerza moral de líderes valientes y abnegados que cumplan en los hechos con respuestas satisfactorias a la demanda popular.


No importa quién sea el candidato, ni de qué partido, pero éste, no debe de ser una réplica que, en su afán de ser el candidato oficial, se aferre al simple compromiso de preservar los logros de la transformación, si fuera el caso, debe de ir más allá, mucho más allá, con una nueva estrategia de seguridad, que no nos presuma de su fortaleza física con las reuniones matinales de seguridad, en donde debe de reseñarse en qué zona militar se repartieron mas abrazos cálidos y cariñosos para encauzar a la delincuencia hacia el humanismo, motivándolo para que abandone su conducta de bestial crueldad que devasta y asola a toda la población.

Da tristeza ver en los potreros enmontados, en los solares baldíos, en los sucios y pestilentes basureros o en donde sea, a miles de madres ancianas y jóvenes que con un aliento de vida y esperanza, con pico y pala en mano, remueven escombros en busca de los despojos humanos de sus seres queridos, a quienes en su búsqueda, a ellas no les importan los candentes rayos del sol, no hay agotamiento, no interesan las manos desangradas o el dolor de huesos y espalda, añoran a sus hijos aunque sea muertos.

Esas verdaderas heroínas que buscan a algunos mártires de la descontrolada y tolerada violencia, conforme a la versión oficial, de que los delincuentes se están matando entre ellos y no con la sociedad, deben de ser madres de los que aparecen colgados en los puentes, embolsados, desollados, tirados en los caminos vecinales, desaparecidos, extraídos por la fuerza de sus casas, levantados en la calle, porque siempre se trata de un sangriento ajuste de cuentas, de un escarmiento, de un aviso a los miembros de las bandas rivales. Pobres madres.


Quien sea el candidato no debe de intentar ser una copia fiel de nuestro querido presidente, él no tiene comparación con ninguno de los aspirantes, el es único e irrepetible, como todo humano no es perfecto y como gobernante menos en razón de que la diversidad le impone una serie de medidas políticas que afectan emocional y económicamente a los gobernados, para beneficiar a otros.

Los mexicanos por siglos estuvimos acostumbrados al monólogo y difícilmente al diálogo con el gobierno, estábamos ansiosos de un gobierno que tuviera cierta cercanía con el pueblo, conocer y saber de ese misterio inescrutable que envuelve a la cosa pública, mi generación en el 68, logró aperturar esta demanda con una lucha que culminó con un derramamiento de sangre, aquella apertura democrática con el poder poco a poco se fue apagando y en los tiempos recientes era un privilegio de las clases pudientes y de los partidos políticos poderosos.

Al pueblo sólo le quedó un mecanismo en las plataformas llamado transparencia, con el que estábamos satisfechos ya que quien tenía deseo de saber algo de alguna operación del gobierno, simplemente recurría a la plataforma solicitando la información y el gobierno estaba obligado a informar con todo detalle. Subsiste este mecanismo, pero hay mucha información reservada.


Andrés Manuel, cuando se preparaba para ser presidente ejerció esta práctica de manera cotidiana con toda la población, al llegar a la presidencia esta práctica se volvió habitual, el diálogo se efectúa diariamente, de él, con los gobernados, pero hay la sensación de que el primer mandatario no escucha y sus consultas y foros en la que participan académicos, empresarios, periodistas, diputados, senadores, etcétera, reciben el calificativo de diálogo de sordos, porque dan la oportunidad de que los actores se desahoguen pero sus propuestas son ignoradas, es decir no son tomadas en cuenta.

Quien resulte candidato deberá de pronunciarse sobre el tema de la mañanera, ya que su manejo actual genera una candente polarización entre todos los mexicanos que se enervan con los comentarios a veces sardónicos y burlistas hacia determinados estratos sociales, los temas fabricados y preparados de antemano, dan lugar a conductas negativas como la violencia.

Cualquiera que tiene un arma a sabiendas de que no va a pasar nada, agrede a sus semejantes sin respeto ni miramiento alguno, nadie es intocable para los criminales, un sicario de segunda al servicio de un cartel asesina a dos hombres de dios dentro de una parroquia allá en Chihuahua, otro sicario busca a un adversario al que tiene órdenes de asesinar y en un centro de vacunación de infantes, sin importar la vida de los niños, le dispara a su adversario y hiere también a un infante que se encuentra grave, un marido celoso, mata a su esposa en un lujoso restaurante, en donde hay comensales y no le importa, pues claro, todos somos blanco de estos desquiciados humanos y en cualquier parte pueden exponernos o asesinarnos, inspirados en la falta de respeto a la ley, seguros de que ninguna autoridad intervendrá y si lo hace lo hará con abrazos.


La impunidad y el trato que ofrece el presidente a los delincuentes, hace que estos se multipliquen y los encontramos por doquier: huachicoleando, cobrando piso, extorsionando, robando automóviles y camiones en carreteras y en las calles, secuestrando, defraudando en el sistema bancario y un sinfín de delitos del fuero federal y del fuero común. Esa es una muestra de que se sienten protegidos.

El resto de programas y principios de la reforma Lopezobradorista, debe de permanecer intacta, pero nadie quiera imitarlo, porque nadie tiene los meritos y el trabajo histórico que ha desempeñado para llegar a donde está y para hacer lo que ha hecho, pero de ninguna manera queremos una mala copia en su lugar.

Finalmente, quienes estén satisfechos con la forma en que dirige el país el partido gobernante, deben de sumarse sin pasiones malsanas a una de las opciones que se les están ofreciendo para postular al candidato, pero deberá de ser con un amplio sentido de disciplina y evitar confrontaciones, pueden declararse Claudistas, Augustos, Marcelistas o Monrrealistas, no va a pasar nada, excepto que se exponen a una purga que puede terminar con la pérdida de su trabajo, si el que manda es de una línea contraria a quien se atrevan a postular y después de la elección una rasurada general para castigar el error de anticiparse y olvidar de que el que manda, manda y él dice por dónde. Así es la política y concluyamos con la mente despejada, libre de sobresaltos y confiados en que lo bueno debe ocurrir.- Por el bien de la causa.