icono menu responsive
Columnas y artículos de opinión
 El cambio histórico quedará trunco...
Luciano Blanco González
19 de agosto de 2022
alcalorpolitico.com
El cambio político que pretende en el país el presidente Andrés Manuel López Obrador, no es posible realizarlo en un solo periodo gubernamental de seis años, quizás sean necesarios dos o más periodos para cimentarla, no es posible perdurar y menos de la manera en que se está haciendo, porque primero necesariamente hay que preparar mentalmente al pueblo, adoctrinarlo e inducirlo a caminar conscientemente por la nueva vía que intente romper viejos paradigmas como el individualismo, el lucro inmoderado, la riqueza, la ostentación y en la administración pública la máxima lacra y desgracia de México configurada en la endémica corrupción que se da en todos los niveles, ahogando descarada o subrepticiamente cualquier intento de extirparla.

Andrés Manuel no combate contra imaginarios molinos de viento, se bate con verdaderos gigantes amacollados o no en portentosas mafias económicas y políticas en el país y en el extranjero, que trabajan incansables para hacer fracasar un proyecto cuyo fondo no conocemos pero que, por los indicios, se inclina a modelos de otras naciones y de otros líderes, que en la prensa internacional son exhibidos como negativos por su tendencia a perseguir las libertades y con prácticas populistas que han empobrecido a su población y quebrado las economías nacionales como Nicaragua, Venezuela, Cuba, Argentina, que en su intento de romper las herrumbrosas y pesadas cadenas colonialistas, que por siglos han impuesto a los países latinoamericanos, primero desde Europa y ahora continuadas por los Estados Unidos, han elegido un modelo político bastante denostado, pero atractivo a las masas proletarias y para buen número de líderes en América, tanto que Perú, Bolivia, Brasil (en transición) y Colombia entre otros han elegido ya esa esfera.

Son tiempos similares a los de la década de los 70, que destacaron por la bandera tercermundista que aquí enarboló Luis Echeverría, quien alentó a los países subdesarrollados para formar un frente común de los países subdesarrollados, ahora esa alianza revive con un nuevo nombre que se denomina Foro de Sao Paulo, que aglutina todas las fuerzas de la izquierda en esta región del planeta y cuya esencia es la de tomar el poder por la vía democrática y abandonar la violencia, sin embargo la desconfianza mundial a esta proclama es que sus integrantes al llegar al poder han intentado establecer verdaderas dictaduras para permanecer en él, falseando la democracia mediante una serie de simulaciones.


El otro gigante con el que diariamente se esmera el presidente por despertarlo de su eterna somnolencia, cernirlo para sacarlo de su incurable pereza, al que le ríe, al que acaricia con sus sonrisas, al que endulza con sus palabras, el que se retuerce en su asiento cuando le llaman sabio y bueno, ese está satisfecho y conforme, tiene un padre que lo comprende, que lo protege, que lo exalta, ese está conforme, come, calza, se cura, pasea, con los 80 pesos diarios de pensión que constantes y sonantes recibe cada dos meses, íntegros, sin intermediarios que se los moche, sin tener que darle para la coca a nadie.

Sabe que no es pobre, cuando menos no se da cuenta, pero cuán contento se pondría si le llevaran una despensa aunque lleve frijol con gorgojo, de lo que sí está seguro es de que su voto vale y votará por quien le ofrezca más en el momento de la elección, de lo contrario no irá a votar como hizo en la pasada elección de sus líderes, en que siendo millones y millones de beneficiarios de los programas sociales, él prefirió quedarse en casa, no le importa, piensa y susurra, todos son iguales, todos roban.

Hay otro gigantón descomunal que si piensa, que si actúa, que a cada avance de la transformación se rasca intensamente, tanto que hasta roña debe de tener, ese no duerme, está en constante movimiento, habla, grita su inconformidad sale a las calles y se siente agredido cada que mencionan a los de su clase, hace uso de su arma poderosa que es la palabra, la letra y la imagen y en venganza profiere irrespetuoso una avalancha de burlas y denuestos, lanza verdaderas bombas de ataque, para tumbar de su pedestal al artífice de la transformación.


El cambio histórico quedará trunco si no aceleran el paso, Andrés Manuel, perdió un tiempo precioso que fue cuando tenía el control de las cámaras legislativas, y lo pudiera seguir teniendo si hubiera más diálogo y concertación, pero se optó por el pleito, por la discusión, utilizando herramientas sucias de espionaje y de difusión de actos de la vida privada, alejando con ello toda posibilidad de entendimiento.

Estamos en tiempos imposibles de llegar a arreglos públicos por la degradación sistemática que se hace de los posibles aliados, los constantes ataque están fortaleciendo a la llamada oposición, Alito y su partido están recobrando fuerza y presencia, se han olvidado que los sentimientos de solidaridad están con los débiles, no con los poderosos, cuando se genera violencia mediática, la opinión pública no culpa a los gobiernos locales, el filo de su lengua y las diatribas las dirigen en contra del gobierno federal, a quien identifican como que es quien debe de poner orden, inclusive de dirigir y controlar el desorden.

Ya no hay tiempo de concientizar, ahora en efecto no hay un líder de la llamada oposición al gobierno, aunque se escuchen voces discordantes en todo el cuadrante y en las calles, ello parece dar seguridad a los partidos en el poder para continuar usufructuándolo, pero un estratega calificado como nuestro Presidente debe de saber lo que se machaca en la teoría política que ha sentado como precedente de que en tiempos de crisis, siempre surge el líder para salvar la situación.


Finalmente, debemos de anotar que quienes sí creemos estar preparados debemos analizar con toda la paciencia posible los acontecimientos y no desvirtuar el fondo de cada acción y estar muy convencidos de que lo que hace el Presidente es por el bien de la patria, que somos todos, muchas son las figuraciones que nos meten en la cabeza los críticos, tratando de contener el avance, pero debemos de tener muy claro de que todo tiene un interés a veces perverso y otro sincero, saber y querer distinguir uno y otro nos dará la luz para sacar nuestras conclusiones, que cualquiera que sean, hay seguridad de que el cambio no será a fuerzas, Andrés Manuel no es un dictador, ni aspira a serlo, nadie espere que mediante decreto establezca que es de seguridad nacional, la prolongación de su sexenio.- Por el bien de la causa.