En una sociedad civilizada, la democracia y la moral van necesariamente tomadas de la mano, sin la moral, palidece cualquier principio de derecho pues su ejercicio indebido es capaz de variar el contenido y el sentido de cualquier norma con tal de afianzar la conquista o el sostenerse en el poder.

Aplicar la ley es una facultad de los funcionarios que se desempeñan en los diversos órganos del Estado, elaborarlas es facultad exclusiva de los legisladores e interpretarla correcta y finalmente solo a La Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En este marco es preocupante el enfrentamiento de las fuerzas políticas que se debaten en el escenario nacional con posiciones totalmente opuestas entre sí, una, la que está en el poder con una nueva energía, pretendiendo demoler el viejo sistema que se niega a morir y que, desde el otro bando, arrecia sus ataques pretendiendo impedir el avance y la consolidación del proyecto fresco y cálido pero impulsivo y destructor de la transformación que pretende cambiar las estructuras, principalmente las electorales.


Esas son las razones de las marchas y contramarchas que cimbran a la nación, por eso las fogosas discusiones en las cámaras legislativas, por eso las demoledoras denuncias y ataques diarios desde la tribuna presidencial, por eso resuenan las cámaras televisivas en defensa y en ataque de una y otra parte.

El calor político va a continuar ahora más intenso, lo que sigue es la derrota legislativa de la oposición en las cámaras, los contras han estado aferrados a obstaculizar toda propuesta presidencial, principalmente lo que les pueda lesionar como la disminución de sus presupuestos, restarles diputados y senadores plurinominales, todo ello protegido por la constitución y las leyes electorales.

No se reformó la Constitución en esta materia, la reforma a las leyes es predecible que no van a pasar, en gran parte se nota en la manifiesta indignación del pueblo bueno que se atreve a mancillar un símbolo de la justicia como es la imagen de la ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Doña Norma Piña.


Pero en donde muchos se van a arrugar va a ser en la elección de los cuatro nuevos miembros del Consejo General del INE; que fungirán 9 años y de los que se prevé que serán claramente afines al partido gobernante, lo que les permitirá controlar al árbitro de las dos próximas contiendas nacionales.

Todo ello se hará dentro de la ley, de hecho ya se está haciendo, nos guste o no, la soberanía, es decir, el poder que el pueblo les otorgó para tomar e imponer decisiones no está sujeta al gusto o al capricho del electorado, está sujeta solamente a la voluntad de quienes gobiernan, quienes utilizando los mecanismos legales pueden imponer lo que deseen sin importar los consensos, aunque suene a dictadura.

Veamos, para elegir a los nuevos consejeros se requiere constituir un Consejo Técnico de Evaluación que, previa convocatoria expedida por la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, a quien a través de la Junta de Coordinación Política le corresponden 3 miembros, a la Comisión de Derechos Humanos y al Instituto Nacional de Acceso a la información 2 a cada una, este Consejo inició funciones desde el día 24 de febrero y concluyó su tarea de evaluación el día 22 del presente mes después de analizar los perfiles de más de 624 aspirantes que reunieron los requisitos de elegibilidad de entre 1128 solicitudes, de los cuales, previo examen, fueron seleccionados 204 de los cuales son 102 hombres y 102 mujeres, de las mujeres, la más preparada, la más conocedora en materia electoral, constitucional y jurídica resultó ser Bertha Alcalde Lujan y por los hombres los señores Jorge Castañeda y Armando Ocampo Zambrano quienes obtuvieron las mejores calificaciones.


Bertha Alcalde además de haber sido abogada litigante egresada de la UNAM, con maestría en derecho comparado por la Universidad de Nueva York, y seguramente una de las candidatas con mayores posibilidades de ser la Presidente del Consejo Ejecutivo del INE, ya que por razones de género el tribunal Electoral Federal ha decretado que el próximo presidente debe de ser una mujer, esto puede suceder aun cuando el sorteo que se va a hacer mediante el procedimiento de formar cuatro urnas transparentes de las cuales una será exclusivamente de mujeres, no faltará la manita santa que atinadamente saque su nombre,

A esta buena mujer le estorba el parentesco de hermandad con la secretaria de Trabajo y Previsión Social, Luisa María Alcalde Luján, e hija de la exconsejera nacional de Morena Doña Bertha Luján. Lo que lo ubica con una identificación militante que supuestamente no garantizaría la imparcialidad.

Pero sean quienes sean, conforme al proceso de evaluación se presume que las quintetas estarán integradas por gente con el uniforme guinda bien puesto, así sin la estorbosa presencia de Lorenzo Córdoba y de Ciro Murayama, el nuevo consejo general del INE, con las pautas innovadoras marcará el rumbo de la democracia en México.


El proceso continúa con la selección de 20 aspirantes, previas entrevistas, apoyos documentales sobre su profesionalismo, de estos se integran 4 quintetas de las que se debe de elegir uno de cada quinteta por las dos terceras partes de los diputados presentes a más tardar el 31 de marzo, si no se pusieren de acuerdo a esa fecha La Cámara se reunirá el día primero de abril y seleccionará al candidato mediante el procedimiento de insaculación de las quintetas propuestas, una quinteta será integrada exclusivamente por mujeres para sacar de ahí a la presidente como está ordenado por el Tribunal Electoral.

En el extremo, si la Cámara de Diputados, por el motivo que sea, no realizara los nombramientos en este día, entonces se remiten las quintetas a La Suprema Corte de Justicia de la Nación quien, en sesión pública, procede a la designación para quienes sean, el día 4 de abril protesten los cuatro nuevos consejeros, primero la nueva presidente y luego los otros tres.

Finalmente, habrá que apuntar que esta oportuna renovación permitirá a Morena obtener cuando menos tres consejeros afines, que nadie se lamente del proceso y de sus resultados, siempre y cuando sea apegado a la ley y hasta donde se sabe se han respetado todas las normas, de todas maneras, habrá que estar preparado para esperar una gran ola de inconformidad y de señalamientos obtusos que abundarán por el cambio de óptica para operar la elección federal que se aproxima y que a todas luces por el rumbo que lleva, será muy cuestionada, pero saldremos adelante. Por el bien de la causa.