Un buen número de problemas en la política se dan porque los acuerdos se incumplen o porque para llegar a los acuerdos unos dan muy poco y otros exigen mucho.
Hoy vemos la fuerte división existente en Morena, a nivel nacional y en Veracruz, que los puede llevar a acortar su vida en el poder y no tenerlo el medio siglo que el senador Adán Augusto López suponía, baladronando, que podrían retenerlo.
Acá en Veracruz, quienes están en el gobierno, representados por la gobernadora Rocío Nahle, tienen como enemigo al senador Manuel Huerta, a quien ya hubieran expulsado de Morena si estuviera en sus manos.
Desde tiempos de Cuitláhuac y ahora lo han acusado de todo, pero como no han podido eliminarlo han terminado por fortalecerlo.

El último pleito tiene que ver con las elecciones de alcaldes, pues acusan que el senador apoyó a candidatos de otros partidos, por lo que le endilgan el calificativo de traidor o lo señalan de respaldar a quienes zopilotean a la Gobernadora.

El Senador estuvo muy activo en el proceso electoral, desde la selección de candidatos hasta las votaciones, pues cuenta con una red importante de políticos y activistas, algunos de los cuales pudo impulsarlos en Morena y a otros se los rechazaron, buscando éstos acomodo en otros partidos y hubo quienes ganaron, como el caso de Emilio Olvera postulado por MC en Poza Rica, quien derrotó a la morenista Adanely Rodríguez.
Así ha sido siempre la política. Las divisiones se notan más en época de elecciones, pues los del partido en el poder que traen pleitos aprovechan para hacerse maldades.

Manuel Ramos Gurrión, quien fue senador, diputado, delegado del PRI por todo el país y fuerte aspirante a la gubernatura le tocó vivir lo de las divisiones y morder el polvo en tiempo de elecciones.
Presidente estatal del PRI en la época invencible del tricolor, fue el primer dirigente en perder numerosas alcaldías, cuando ser postulado por esa organización era sinónimo de ganar o arrebatar, pero por ningún motivo salir derrotado.
Gobernaba Rafael Murillo Vidal y estaba como poderoso subsecretario Manuel Carbonell, jugándose la oportunidad de ser el próximo gobernador.

Ramos Gurrión fue apaleado porque Carbonell metió las manos, el hombro y los pies a favor de candidatos opositores (rechazados por el PRI) que, representando a organizaciones sociales o grupos de interés, eran sus seguidores y lo apoyarían en su carrera para sustituir a Murillo.

Ganó, como opositor, Francisco King en Coatzacoalcos. Ganó Jonás Bibiano en Acayucan nominado por un partido independiente. Ganó Tremari en Papantla. El doctor Ledezma le ganó a los petroleros en Poza Rica. Y el PRI también perdió en Orizaba, Pánuco, Tlapacoyan y Misantla, entre otros muchos lugares.
Ramos Gurrión quedó por los suelos y Carbonell dio otro gran paso hacia la oficina principal del Palacio de Gobierno... aunque todo terminó en el carbonelazo.
Después se dieron situaciones similares, siendo las más significativas cuando Amadeo Flores, al presidir el PRI en tiempos del gobernador Patricio Chirinos, perdió alrededor de 50 alcaldías, y no fue por obra de la oposición sino por intervención de alguien del mismo gobierno y por acuerdos de Salinas de Gortari con el PAN. Poco después, Miguel Ángel Yunes Linares, en ese momento dirigente del Revolucionario Institucional, perdió más de 100 presidencias municipales cuando sus opositores priistas vieron que o lo frenaban en ese momento o sería gobernador.


Ahora se da una situación similar. Al día de hoy -aunque en política las cosas pueden cambiar casi de un día para otro- Morena no tiene una amenaza seria en la oposición, pero los enemigos están en su interior.
La Gobernadora y la gente que viene desde el "gobierno" de Cuitláhuac García están en contra de Manuel Huerta. Lo quieren sacar de Morena y eliminarlo políticamente. Por su parte el Senador les hace diabluras y es día de que no pueden contra él.
Y no han podido porque, por una parte, siempre se les adelanta y, por otra, porque sus diabluras no han merecido ni siquiera tarjeta amarilla por parte de la presidenta Sheinbaum, la dirigenta Luisa Alcalde o del secretario de Organización, Andy López Beltrán. ¿Por qué no ha sido cuando menos amonestado?, por algo será.
¿En qué terminará este pleito local? ¿Veremos algo parecido a un carbonelazo, cómo le irá a la Gobernadora? En fin, viene un episodio muy interesante y esclarecedor en 2027.