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Columnas y artículos de opinión
Voto de gratitud
Rafael Martínez Zaleta
17 de diciembre de 2011
alcalorpolitico.com
La gente de pueblo es noble y por añadidura agradecida. El acucioso comunicador Ricardo Ramírez Juárez, me hizo favor de acercarme el texto siguiente donde se manifiesta la voz de un hombre, que en su particular manera de expresarse, se esfuerza por decir su verdad. “Llegar a la tercera edad es difícil, no solo para uno sino para quienes de una u otra forma velan por nosotros. Yo me imaginaba que llegaría a la vejez de manera tranquila en la que las molestias por la edad, no fuesen algún impedimento para vivir de una forma digna. Más sin embargo las enfermedades han hecho de mí, una persona distinta a la que yo supuse llegaría a ser.

He estado sufriendo estos últimos años. Mis diferentes enfermedades han mermado mi salud, al grado de padecer de múltiples dolores que han hecho de mí una persona demacrada y sin esperanzas en esta vida. Solía levantarme pensando en las cosas que tenía que hacer, en mi trabajo, mi familia y hasta con los amigos. Por mis problemas de salud, después sólo pensaba en levantarme y tratar de pasar el día de la forma menos dolorosa.

Toqué puertas para conseguir que alguien me ayudara a mejorar mi situación, pero a un viejo como yo los prejuicios terminan alcanzándolo. Pero hoy doy gracias a Dios, porque me permite agradecer a quien me ayudó, a quien me tendió la mano, sin ver que la mía se encontraba temblorosa, arrugada y sin fuerzas, que alimentó mi alma y me dio esperanzas de creer en un nuevo día. Hoy me siento vivo y puedo decir ¡GRACIAS! Señora Karime Macías de Duarte.


Estoy en deuda con usted por el resto de mi vida y el único pago que le puedo ofrecer es pedirle a Dios que la cuide, que cuide a su familia. Su gran bondad que se derrama por todos los rincones de nuestro estado, sin duda ha venido a cambiar la suerte de miles de personas como yo. Esa bondad es la que hoy me tiene con la oportunidad de vivir mi vejez de la mejor manera. Desconozco si mis reflexiones llegarán a sus oídos, pero tengo la esperanza de que me permitan agradecerle públicamente el apoyo recibido. Gracias señora Karime Macías. Respetuosamente C. Pedro López Jiménez, folio 80205, becario de la tercera edad, de la congregación de Adolfo Ruiz Cortines, municipio de Papantla”.

Estas son las palabras de Pedro López. Palabras humildes, sencillas, sinceras; que brotan de los labios de un campesino al calor de la emoción. Palabras de recia tonalidad, expresadas con voz sonora para que se escuchen con claridad, para que lleguen lejos, para que las conozcan todos. Pedro López Jiménez es un hombre virtuoso, aunque él no lo sepa. Y digo virtuoso, porque es agradecido, y porque la gratitud es quizás la madre de todas las virtudes. Pedro López en su trabajo de peón conoció la pobreza, la más desgarradora de las pobrezas; que es lo único que tuvo en abundancia en su ingrata vida. En la ruda faena del campo sus manos se hicieron callosas, sus pies insensibles y en su ordinaria vida su piel se tostó con los ardientes rayos de sol. Pero un mérito tuvo Pedro López. Uno tan solo. Y fue el hecho de aprender que en la vida, no todo se hace con dinero. También la voluntad y la imaginación cuentan. Y a través de ellas, supo levantar a sus hijos; les enseñó a trabajar y les allanó el camino en este mundo… Y un día Pedro López se dio cuenta que el atardecer de su vida se acercaba, y el tiempo que nada perdona, se había llevado sus energías y fortaleza. Pero no contaba que en los últimos años de su desventurada existencia, iba a surgir un hálito de esperanza, que cambiaría totalmente el rumbo de su destino.

Pedro López Jiménez es apoyado por un programa para adultos mayores. Y puede tranquilamente observar el milagro de un amanecer, con la seguridad de su alimento diario. Pedro López no sufre la angustia de una posible enfermedad, porque tiene asegurada su atención médica. Y al reflejarse en el espejo de su vida diaria, se ha dado cuenta, que en este mundo y en esta vida, aún hay personas nobles y generosas que velan por la integridad de quienes se encuentran en el olvido… Lo ha dicho Pedro López con mucha emotividad “Agradezco a Dios, y a la señora Karime, por haberme tendido su mano, sin ver que la mía se hallaba arrugada, temblorosa y sin fuerzas. Muchas gracias señora Karime, por alimentar mi alma. Por darme la esperanza de creer en un nuevo día”


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