El periodista estadounidense P.J. O’Rourke alguna vez dijo que “el planeta está bien, la gente está jodida”. Pero la verdad, a estas alturas, no creo que el mundo esté bien ni siga bien y, con ello, cada día que pasa hay mucho más gente jodida. Es decir, un puñado de personas podridas en lana y el resto de la chingada, ahí nomás pasándola y, como quien dice, nomás milando cómo otros hasta desperdician. Claro, a menudo escucho: “Pobres pero felices”. Lo cual me causa una sonrisa, porque recuerdo las palabras de Jacinto Benavente: “Eso de que el dinero no da la felicidad son voces que hacen correr los ricos para que no los envidien demasiado los pobres”. ¿A poco no?

 

En fin, sabemos que hay de pobres a pobres, y de jodidos a jodidos. De todo hay en la viña del señor. Y aquí en nuestro país, como en muchos otros, lo que dijo Francis Scott Fitzgerald cobra vida: “Los ricos tienen más dinero, y los pobres, más niños”. ¿Será?

 

No es necesario averiguarlo; lo vemos a diario. ¿Cómo salir de esta situación? Vaya usted a saber.

 

Entretanto, les comento que cierta vez Benjamin Franklin expresó que el camino hacía la riqueza depende fundamentalmente de dos palabras: trabajo y ahorro. Sí, es cierto, pero pa’ quien puede. En México, ¿cuántos de los que trabajan con lo que ganan pueden ahorrar? (Sin considerar, claro, esa dichosa “cultura del ahorro” que a muchos nos vale cacahuate).

 

Por ello resulta desalentador acordarnos de lo que muchos ya sabemos: en México la desigualdad entre los salarios de quienes más ganan y los que perciben el salario mínimo, cada vez se hace más grande. ¿A poco?

 

Pos sí, es triste, pero al menos es, decía sarcástico el poeta William Deer.

 

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) recientemente catalogó a nuestro país entre las naciones con mayor desigualdad en salarios y distribución de la riqueza, por lo cual por tercera ocasión el organismo lo clasificó como “muy desigual”. ¡Sí! Siempre estamos entre los peores.

 

¿Qué hacer? La OCDE señaló que los países deben luchar contra la creciente desigualdad, con políticas que de forma simultánea reduzcan la brecha de ingresos entre ricos y pobres, mientras se estimula el crecimiento económico.

 

El economista en jefe del organismo, Pier Carlo Padoan, sostuvo: “La creciente desigualdad es uno de los principales riesgos para la prosperidad y seguridad de nuestro futuro. El principal desafío al que ahora se enfrentan los gobiernos es la implementación de reformas que reencaminen el crecimiento, pongan a trabajar a la gente y reduzcan la acentuada brecha de ingresos”.

 

Ahí ‘ta la cuestión.

 

 

Hablando de estos temitas, es de reconocer la labor que realiza mi Gober Javier, desde el inicio de su administración, por combatir la pobreza. En días pasados expresó que el programa Un día una obra Adelante es la prueba de lo que podemos lograr uniendo esfuerzos y destacó que su gobierno está entregando diariamente obras de calidad para mejorar la vida de más veracruzanos. Bien.

 

Por eso sus colaboradores trabajan coordinadamente, especialmente en este caso el titular de la Secretaría de Desarrollo Social del Estado, Marcelo Montiel Montiel, con el apoyo invaluable del coordinador operativo del programa Adelante, Miguel Ángel Luna Modesto. Bien, también.

 

 

Jean Jacques Rousseau dijo: “La igualdad de la riqueza debe consistir en que ningún ciudadano sea tan opulento que pueda comprar a otro, ni ninguno tan pobre que se vea necesitado de venderse”.

 

Ahí se ven.

 

Hasta la próxima