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Columnas y artículos de opinión
Tierra de Babel
¡Qué cabrona la muerte!
Jorge Arturo Rodríguez
2 de febrero de 2012
alcalorpolitico.com
Antes que nada, primero lo primero, o lo que es lo mismo, expreso mi solidaridad y apoyo a los compañeros periodistas Claudia Guerrero Martínez, Manuel Rosete Chávez y Mussio Cárdenas Arellano por el caso ese de los dizque 400 Pueblos, lo cual me encabrona… ¿En qué mundo vivimos? Pobre la Bella Xalapa, ¿a dónde vamos a llegar? En fin, dicen que cada quien tiene lo que se merece, ¿será cierto? A pa’ conformismo entonces… Dice Bernard Le Bouvier de Fontenelle que cuando las cosas no quieren conformarse con nosotros, nosotros debemos conformarnos con ellas. ¿A poco?
 
Mejor los puntos sobre las íes, con respeto y tolerancia, sin agraviar a terceros, pero que tampoco chinguen la conciencia. No olviden lo que expresó Benito Juárez, que el respeto al derecho ajeno…
 
Y andando por estos lares del enojo y la molestia (pese a que el proverbio chino dice que cuando te inunde una enorme alegría, no prometas nada a nadie, y cuando te domine un gran enojo, no contestes ninguna carta), mucho me consternó la muerte de la periodista Aurora Berdejo. Pero me encabronó saber que murió por influenza y complicaciones. ¿Qué mundo vivimos?
 
En esto de la muerte, recordé lo que escribió William Deer: “Cualquiera puede morir en un instante. El último suspiro le pertenece a la muerte. Conozco a gente que vive a diario temerosa de su presencia; otras, por el contrario, la desafían. Hay quienes se topan con ella, inesperadamente; muchas más viven a su lado, todos los días, todas las noches. A menudo se le respeta, se le venera; en no pocas ocasiones se le implora, se ansía su llegada. Pero ella, caprichosa, aparece cuando quiere, tiene suficientes y en ciertos tiempos abundantes últimos suspiros”.
 
Y sí, la muerte es caprichosa y a veces tan absurda. Deer continúa: “¿Qué es la muerte?, me pregunto. Francisco me comentó alguna vez que vivimos sin vida, basta sólo con mirar alrededor para darse cuenta de ello. Es la muerte la que vive nuestras vidas. Por ahí hay gente que cree todavía lo contrario, son como lucecillas empeñadas en abatir una oscuridad inmensa. Y sí, frecuentemente alumbran, abren caminos. Pero lo cierto y peor de todo es que no se sabe por dónde la muerte cualquier día llegará: ha aprendido, por repetitiva, a simular”.
 
No hay duda: “La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene”, dijera Jorge Luis Borges. Pero, ¡qué cabrona la muerte!
 
Los días y los temas
 
En entrevista con Jefté Martínez, publicada en Milenio El Portal, de fecha 8 de diciembre de 2011, mi alcaldesa Elizabeth Morales expresó: “¿Cómo nos ha ido este año? Creo que hemos hecho un trabajo que a 11 meses comienza a dar frutos y creemos que en tres años va a haber sembrada una semillita que perdure y que permita que Xalapa vaya dando un giro”. Bien. De eso se trata, porque si se siembra la semilla con fe y se cuida con perseverancia, sólo será cuestión de tiempo recoger sus frutos, dijera Thomas Carlyle. Entonces, al tiempo.
 
De cinismo y anexas
 
¿Será cierto eso que dicen que hoy en México más vale (y vale más) tener conocidos que conocimientos? ¿Lejos quedaron la palabras aquellas de Benjamin Franklin, que invertir en conocimientos produce siempre los mejores beneficios?
 
Ahí se ven.
 
Hasta la próxima
 
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