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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
Innecesario, pacto de civilidad
Arturo Reyes Isidoro
8 de febrero de 2012
alcalorpolitico.com
Contrario al gobierno precedente, la actual administración considera innecesario buscar la firma de un pacto de civilidad entre los partidos políticos con motivo del año de elecciones, pues tiene muy clara su tarea: gobernar para todos y dar a todos las facilidades para que el proceso electoral se realice con participación. Esto lo declaró el secretario de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón, el pasado 21 de enero a la periodista Amigzaday López Beltrán.

Aun se recuerda que en el pasado gobierno, con gran estridencia se realizó la firma de varios acuerdos, tanto políticos como económicos, en la que participaron prácticamente todos los llamados agentes políticos, sociales, económicos, religiosos y hasta algunos culturales y periodísticos, con la excepción de los panistas que se mostraron renuentes a participar argumentando que en realidad se trataba de actos propagandísticos del entonces Ejecutivo del estado.

Tiene razón el secretario Buganza Salmerón. El único pacto que se debe buscar es el del cumplimiento de la Ley, que rige para todos, un acuerdo que debiera ser permanente, observarse todo el tiempo y no solo en época electoral; un compromiso que dé plena garantía para el ejercicio de los derechos, en este caso políticos, conforme al cual todos y cada quien pueda actuar conforme a sus intereses sin obstáculos de ninguna especie.


Oportunamente señalé cómo, por ejemplo, en su última visita que hizo al estado el entonces precandidato presidencial Ernesto Cordero Arroyo, arropado por el ex candidato a la gubernatura Miguel Ángel Yunes Linares, realizó uno de sus actos proselitistas en el auditorio Benito Juárez, del puerto de Veracruz, inmueble bajo control del Gobierno del Estado, lo que habló bien de la administración estatal, que no lo haya bloqueado ni le haya negado un espacio público pues el principio de orden que se pregona y que se busca debe empezar por el respeto a toda participación ciudadana sin distingo alguno. Esto además, en el caso del señor Cordero, no le dio ningún pretexto para tratar de justificar su derrota en el estado. Perdió limpiamente, y ya.

El mismo señor Cordero tuvo actos masivos, muy concurridos, lo mismo en Tantoyuca que en Huatusco, siempre bajo la égida de Yunes Linares, y que se hubiera sabido nunca hubo denuncia de alguna presión o de, por ejemplo, alguna amenaza a camioneros para que no les facilitaran unidades a los blanquiazules, por lo que pudieron movilizarse libremente, y es algo que también tiene que reconocerse como un signo positivo en la vida política del estado.

Y lo mismo vale para la señora Josefina Vázquez Mota, ahora triunfadora candidata presidencial panista, pero también para los precandidatos al Senado blanquiazules Alejandro Vázquez Cuevas, Julen Rementería del Puerto, Fernando Yunes Márquez y Mauricio Duck, quienes –lo he venido comentado– tampoco han encontrado cerrados los espacios en los medios (me imagino que a condición de que paguen su publicidad, aunque eso en el pasado tampoco era suficiente), lo que induce a pensar que a los editores no los han amenazado con retirarles publicidad oficial si anuncian y dan cabida a los aspirantes de la oposición, otro signo que confirmaría lo que ha dicho Gerardo Buganza Salmerón de que no es necesario ningún pacto de civilidad, pues basta con que las autoridades garanticen el respeto a la Ley.


“Es innecesario ese tipo de propósitos –dijo Buganza ante la pregunta de Amigzaday sobre si era necesario firmar un pacto de civilidad– puesto que el Gobierno tiene clara su tarea, que es lograr que haya procesos democráticos que se lleven con toda tranquilidad y participación”. Además, si se cumple con esa línea de gobierno, se estará alentando la participación y también logrando credibilidad y confianza ciudadanas.

A lo dicho a la compañera, resulta alentador que ayer se haya difundido oficialmente que la administración estatal se encuentra preparada para atender cualquier tipo de manifestación derivada del proceso electoral federal, pues el mismo señor Buganza Salmerón declaró que el gobernador Javier Duarte de Ochoa ha reiterado su instrucción de atender a todos sin distinción y por lo tanto hay puertas abiertas y habrá diálogo. Esta medida es clave para el éxito del proceso en el estado, pues el gobierno es para todos y no se debe caer en el error de Felipe Calderón que ha confundido la dirección de su partido con la del gobierno.

En ese sentido, la administración está actuando adecuadamente y es un acierto que deje una instancia para enfrentar cualquier queja o inconformidad, y más lo será si resuelve con prontitud, con imparcialidad. El señor Buganza Salmerón ya fue candidato de la oposición y seguramente sabe muy bien los obstáculos que enfrentan los candidatos y partidos no oficiales, además de lo frustrante que resulta no ser atendidos y por lo mismo estar en desventajas. Ahora, ya sin partido político, resulta la personas idónea para ser el mejor árbitro en la relación gobierno-candidatos, gobierno-partidos. Hasta ahora, según vamos leyendo en la prensa, escuchando en la radio o viendo en la televisión, las cosas van. La garantía de la atención a todos los actores políticos, sin distingo de siglas y colores, será la base del éxito que todos deseamos y de que gane el mejor.


He escrito que si el Gobierno y los partidos y sus candidatos cumplen, uno respetando los derechos ciudadanos de participación y los otros haciendo activismo político proselitista conforme a derecho, entonces el resto de la responsabilidad, que es, que debe ser decisiva para los resultados, recae en todos quienes tenemos una credencial de elector. Con toda libertad nosotros también debemos participar defendiendo nuestros derechos, exigir todas las garantías para poder manifestarnos libremente ir a votar a favor o en contra, según nos parezcan los candidatos, de quienes aspiran a representarnos. Yo ya tengo muy claro por quien no voy a ir a votar de los aspirantes enlistados, y así sea un solo voto, un solitario voto, quedaré satisfecho conmigo mismo de haber actuado, participado, conforme mi convicción personal.

La civilidad política la debe imponer el ciudadano que es el que tiene el poder del voto exigiendo el respeto a la Ley. Nada más y nada menos.