icono menu responsive
Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
Gobernar sin bigote
Arturo Reyes Isidoro
9 de febrero de 2012
alcalorpolitico.com
Me imagino que como pasó en mi caso, en muchos hogares mexicanos, en familia, seguimos con mucha atención la entrevista que le hizo Joaquín López Dóriga la noche del lunes pasado a la ahora candidata del PAN a la Presidencia Josefina Vázquez Mota. Aunque muchos tratan de hacer a un lado la diferencia de género, es indudable que ser mujer le da una ventaja, más porque es la primera vez en la historia del país que surge una aspirante con fuerza y posibilidades reales de crecer entre el electorado e incluso de ganar y porque su figura surge dentro de una corriente en América Latina en la que mujeres triunfan en la política y gobiernan con éxito países importantes, con historia y tradición, como Dilma Rouseff en Brasil, Cristina Fernández de Kirchner en Argentina y Laura Chichilla en Costa Rica.
 
Advertí en ella, además de la felicidad que la embargaba, mucha seguridad al responder a las preguntas del periodista, una fluidez mental sin ningún titubeo, uno solo, conocimiento de los temas sobre los que se le preguntó, sencillez, nada de arrogancia, carisma, frescura, mirada fija, de frente a los ojos del entrevistador y el uso de un lenguaje no retórico, con sentido común, que todos entendemos. La novedad que representa atrae la atención y si sabe capitalizar bien este detalle puede llegar a una posición inédita en la historia política de México.
 
Pero de lo que dijo en 12 minutos algunas cosas me gustaron. Como por ejemplo, cuando Joaquín le comentó: “Pero no me diga que no le dolieron cosas que dijeron de usted. ¿O de qué está hecha?”, en referencia a las descalificaciones que sufrió de Ernesto Cordero durante la precampaña. Su respuesta: “Cuando entramos a la política sabemos que es parte de lo que vivimos, pero creo que lo peor que te puede pasar en la política es ir arrastrando resentimientos, rencores…”. Me parece una respuesta muy sensata, que debiera ser una regla de oro de todo aquel que incursiona en política, más del que llega al poder. En un país lleno de agravios, en efecto cuánta falta nos hace olvidar resentimientos y rencores que envenenan el alma y, en el caso de los políticos y de la política, frena el desarrollo de los pueblos.
 
También me pareció bien lo que dijo que no hay que minimizar nunca a los adversarios, esto cuando López Dóriga le recordó que había dicho que el candidato a vencer era Enrique Peña Nieto sin mencionar a Andrés Manuel López Obrador. Argumentó su dicho aceptablemente.
 
Pero una ventaja que la diferencia totalmente de Peña Nieto, y eso seguramente será una de sus fortalezas durante la campaña, es su énfasis en el papel, en el rol de la familia. El entrevistador le preguntó que si llegara a la Presidencia que papel jugaría su marido (se llama Sergio Ocampo Muñoz). Además de hablar bien de él, de que no interfiere para nada en sus actividades, de las que es respetuoso, expresó: “A nosotros nos gustaría ser una familia como la gran mayoría de las familias mexicanas. Para mí lo más importante son las familias mexicanas”. Y ya de cara a las cámaras y aprovechando la proyección nacional continuó: “Yo voy a cuidar a sus familias como se cuidar a la mía, con responsabilidad, con honestidad y voy a defender a sus hijos y a sus nietos como he defendido también a mis hijos”.
 
Implícitamente estableció una comparación con su más fuerte competidor, el copetudo mexiquense Peña Nieto, quien acaba de ser motivo de otro escándalo mediático cuando sin ningún rubor confesó a una periodista ser padre de varios hijos, algunos fuera de familia, sus varias aventuras amorosas con diversas mujeres, la acusación de una de ellas de es que mentira lo que dice de que va a apoyar a los niños cuando no lo hace con un pequeño hijo suyo; comparación que, sobre todo entre familias conservadoras, religiosas, o que ponen muy en alto el valor de la responsabilidad paterna y la unidad familiar, puede quitar muchos votos a él y acarrearlos hacia ella.
 
Ya de por sí los mexicanos han podido establecer una gran diferencia en la formación de los hijos de Peña Nieto y de Vázquez Mota, pues mientras que la hija del candidato priista, Paulina Peña Pretelini, insultó a lo que ella llamó “prole” mexicana que criticó a su padre por su pifia en Guadalajara el año pasado, estableciendo de paso un distingo discriminatorio, una de las tres que tiene ella, María José Ocampo Vázquez, la ha defendido con argumentos irreprochables. Josefina Vázquez Mota podrá aparecer en los estrados con su familia completa, en unidad, lo que no podrá hacer Peña Nieto.
 
Y a las mexicanas en especial seguramente gustó lo que dijo al final de la entrevista, sobre lo que le ha dicho, le ha recomendado la ex presidenta de Chile Michelle Bachelet –lo que dejó ver que la panista ha platicado con mujeres en el poder del continente, o que han pasado por el poder; es decir, que está aprendiendo y ha preguntado a quienes tienen más experiencia que ella–: “Nunca te de la tentación de gobernar con bigote. Gobierna como lo que eres, como una mujer”.
 
Leo que la mayoría de los columnistas y comentaristas políticos no creen que logre alcanzar a Peña Nieto. Yo no sería tan concluyente. Y si no lo alcanza, por lo menos será una competidora que pondrá en serios aprietos al priista. De entrada me atrevería a asegurar que le va a bajar votos y que va a reducir la ventaja en corto tiempo. Por lo pronto, creo que como hace doce años lo hizo su correligionario Vicente Fox, ella hace renacer la esperanza a miles, millones de mexicanos que siguen esperando un cambio sustancial que mejore el estado de cosas en el país.
 
Un primer logro que ya se le puede atribuir: viene a darle fortaleza al proceso electoral, lo vuelve más interesante por competitivo y enriquece la democracia en el país. Es de desearle éxito.
 
Es hora de respaldar al gobierno de Javier Duarte
 
No es nada para alegrarse, pero tampoco para ponerse a lamentar. Más se tiene que hacer, o más bien dicho, más tiene que hacer el Gobierno del Estado y los veracruzanos respaldarlo, porque en el barco vamos todos juntos. Ayer por primera vez, de acuerdo al portal del diario Reforma, el Departamento de Estado norteamericano incluyó a Veracruz en su alerta de viajes a México. Fue la primera alerta en el año luego de que no lo hacía desde el 21 de abril de 2011. "«En meses recientes, el Estado de Veracruz ha visto un incremento en la violencia entre miembros de organizaciones criminales rivales», asegura la alerta estadounidense”. La alerta llega en el momento menos oportuno, cuando se pretende atraer visitantes para el Carnaval y la Cumbre Tajín. Y los hechos respaldan la preocupación del gobierno vecino. Ayer se informó extraoficialmente del hallazgo de cuatro muertos en Xalapa, hubo un enfrentamiento en el tramo Tamarindo-Buena Vista, con rumbo a esta capital, aparecen más cadáveres en fosas en Acayucan, en esa ciudad fue asesinado el líder de la CTM, hubo una ejecutada en el puerto de Veracruz… en fin. Esta es hora de respaldar las acciones de seguridad del gobierno de Javier Duarte de Ochoa, de la Marina y del Ejército. Es por el bien de todos.