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Columnas y artículos de opinión
Al Pie de la Letra
Alcaldes en aprietos
Raymundo Jiménez
10 de febrero de 2012
alcalorpolitico.com
Los presidentes municipales de extracción priista –principalmente aquellos que gobiernan más de la mitad de las 21 cabeceras distritales de la entidad– están más que estresados y no tanto por el retraso mensual de las participaciones federales que les corresponden a sus respectivos ayuntamientos sino porque desde la cúpula del poder pretenden endilgarles la responsabilidad de asegurar el triunfo electoral de los virtuales candidatos del PRI a la diputación federal.

Pero sólo en muy pocos distritos está garantizada desde ahora la victoria de los abanderados del Revolucionario Institucional, ya que son contados los casos donde se ha combinado el buen desempeño de las administraciones municipales con la postulación de candidatos que pueden ser bien aceptados por el electorado.

Uno de estos escasos ejemplos es el del distrito de Tuxpan, donde el ayuntamiento que preside el alcalde priista Alberto Silva Ramos viene realizando una excelente labor ampliamente reconocida por la ciudadanía porteña. Ahí, el PRI ha registrado la precandidatura de Genaro Ruiz Arriaga, un respetado ex dirigente de los ganaderos de la zona norte del estado que en el sexenio anterior se desempeñó como subsecretario de Ganadería y Pesca y que actualmente es diputado local con licencia.


Ruiz Arriaga habría sido propuesto por Silva Ramos, por lo que el alcalde tuxpeño ha asumido plenamente el compromiso de ayudarle a sacar la elección de julio próximo.

Sin embargo existen casos como el de Poza Rica, también en la zona norte de Veracruz, donde a pesar del buen trabajo que viene realizando la gestión del presidente municipal Alfredo Gándara Andrade las cosas se le están complicando al PRI porque el dirigente de la Sección 30 del sindicato petrolero, Jorge del Ángel Acosta, se registró también como precandidato pese a que la línea marcada desde Palacio de Gobierno era a favor del profesor Gaudencio Hernández Burgos, ex secretario general de la Sección 32 del SNTE muy allegado al maestro Juan Nicolás Callejas Arroyo, actual coordinador de los diputados federales veracruzanos del PRI, quien estableció una fuerte alianza política con el ahora gobernador Javier Duarte de Ochoa desde un año antes de la sucesión estatal de 2010.

En el puerto de Veracruz, a la ex directora municipal del DIF, Ángela María Perera Gutiérrez, quien es la precandidata propuesta por la alcaldesa Carolina Gudiño Corro, se le atravesó inesperadamente Jesús Peña Santamaría, quien ha presumido su desempeño como coordinador de asesores de la Oficina de Información y Estrategia del gobierno del Estado de México durante la administración del candidato presidencial Enrique Peña Nieto. Este aspirante priista presentó las firmas de apoyo de 134 de los 206 presidentes de comités seccionales del PRI en el distrito urbano jarocho.


En Boca del Río, el presidente municipal Salvador Manzur Díaz tiene una alta calificación de la ciudadanía boqueña pero quién sabe qué tantos votos le pueda transferir al precandidato Oliver Aguilar Yunes, quien ya perdió la elección de diputado local en el 2010.

En Xalapa, la alcaldesa Elízabeth Morales accedió a tomarse la fotografía tomando café en un sitio público con el ex procurador Reynaldo Escobar, pero a diferencia de otros ediles priistas que sí acompañaron a sus precandidatos en el acto protocolario de sus registros, la munícipe capitalina se disculpó pretextando que debía cumplir con su horario de trabajo. Lo cierto es que la relación entre ambos personajes quedó seriamente lesionada desde el atentado contra la maquinaria del ayuntamiento y las camionetas del DIF municipal que de manera impune fueron incendiadas. Además, Morales García siempre pretendió que por el distrito urbano se postulara a una mujer. Primero apoyó las aspiraciones de su ex secretaria particular Sharife Osman Flores y luego a la secretaria del sindicato de trabajadores del COBAEV y actual secretaria general del CDE del PRI, Éricka Ayala Ríos, quien al inicio de su administración municipal la designó directora de Recursos Humanos.

En Córdoba, el alcalde Francisco Portilla Bonilla tiene la encomienda de sacar a como dé lugar la elección del ex subsecretario de Ganadería y Pesca, Francisco Cessa Servín, hijo del ex alcalde Bernardo Cessa Camacho, uno de los que hace dos sexenios desertaron del PRI para apoyar a Convergencia, el partido de su amigo el ex gobernador Dante Delgado Rannauro.


Pero a Cessa Servín, quien fue director de Limpia Pública, regidor y dirigente municipal del PRI podría afectarle también el escándalo protagonizado hace un par de años por sus tíos Juan Manuel y María Teresa Cessa Camacho, contra los cuales se libró orden de aprehensión por el fraude de la Caja de Ahorro 3E, que desapareció 8 millones 900 mil pesos reclamados por dos centenares de pequeños inversionistas de 15 comunidades aledañas a la ciudad de Córdoba.

En San Andrés Tuxtla, el alcalde Rafael Fararoni Mortera fue candidato del PRI a la presidencia municipal en 2010 gracias al apoyo de su antecesora Marina Garay Cabada, quien contó con el respaldo del entonces dirigente estatal priista Jorge Carvallo Delfín para frenar la postulación de Manuel Rosendo Pelayo, a la sazón diputado local y actual coordinador estatal de las Juntas de Mejoras. Ahora, Fararoni se ha distanciado de la ex alcaldesa, cuya precandidatura a la diputación federal ha recibido el rechazo de diversos grupos políticos de Los Tuxtlas. El repudio ha sido tal que el propio líder del Congreso local tuvo que convocar recientemente en Nanciyaga a una reunión privada con varios ediles y dirigentes priistas de la región para exigirles que apoyen a la ex munícipe sanandrescana.

Pero el encuentro parece haber sido contraproducente, ya que según versión de algunos de los asistentes, el tono del diputado Carvallo no fue conciliador ni convincente sino autoritario, propio de quien se cree dueño de la voluntad de los militantes del partido tricolor.


La desesperación del ex dirigente del CDE del PRI es entendible pero no justificable. Y es que por su presumida cercanía con el candidato presidencial priista Enrique Peña Nieto, el coordinador del grupo legislativo del partido tricolor no puede darse el lujo de perder esta elección federal en este distrito donde asegura haber nacido y en el que pretende erigirse en el gran elector.