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Columnas y artículos de opinión
Al Pie de la Letra
‘Caballo blanco’
Raymundo Jiménez
13 de febrero de 2012
alcalorpolitico.com
Sobre una superficie de 334.36 hectáreas de la zona costera de los municipios de Alto Lucero y Actopan está por desarrollarse el primer proyecto de explotación de oro en el estado de Veracruz, el cual pretende extraer anualmente 100 mil onzas del preciado metal durante seis o diez años a partir del segundo trimestre de 2012.

Sin embargo, dadas las experiencias desastrosas en otras entidades como San Luis Potosí o Guerrero, donde unidades mineras a cielo abierto han contaminado con cianuro los mantos acuíferos provocando enfermedades y hasta la muerte de pobladores de la región, en Veracruz grupos opositores al proyecto “Caballo Blanco” han emprendido una campaña alarmista que podría poner en riesgo esta importante inversión que asciende a 385 millones de dólares.

“Queremos impulsar un proyecto minero ejemplar, que muestre que el alto nivel técnico, la responsabilidad ambiental y el desarrollo social pueden sumarse para abrir nuevas oportunidades de vida”, dice Richard Irvine, director general de Minera Cardel, que es la empresa operativa de Candymin, S.A. de C.V., filial en México de la firma canadiense GoldGroup Mining Corp que actualmente trabaja también los proyectos de Cerro Colorado, en el estado de Sonora, y el de San José de Gracia, en Sinaloa, sobre los cuales, por cierto, los activistas opositores al de “Caballo Blanco” no han dado información.


“Si vamos a invertir 7 millones de pesos anuales en diversos proyectos sociales dirigidos al autodesarrollo local. Si vamos a crear mil empleos directos en la fase de construcción y entre 350 y 400 directos en la fase de operación. Si uno de nuestros programas más importantes es el de la capacitación para jóvenes de las comunidades del área de influencia, que los habilitará para trabajar en la industria minera moderna. Si vamos a desarrollar un aprovechamiento racional de un recurso estratégico para la región, ¿no merecemos al menos que el proyecto sea abordado, valorado y comentado objetivamente?”, cuestiona con justificada razón el directivo de Minera Cardel, quien afirma que han mantenido una actitud de diálogo con los diversos actores involucrados en este proyecto, en especial con las comunidades vecinas y sus autoridades.

A diferencia de los grupos ecologistas que vienen promoviendo una intensa campaña en contra desde Xalapa, este proyecto minero ha sido bien acogido por los pobladores de las congregaciones costeras de Actopan y Alto Lucero. Y es que hasta el momento se han registrado poco más de 500 solicitudes de empleo para trabajar en la mina Caballo Blanco, que promete un salario promedio anual de más de 300 mil pesos.

El ingreso promedio anual en el estado de Veracruz es de casi 95 mil pesos anuales, muy abajo del promedio nacional que ronda los 99 mil pesos por año.


Richard Irvine dice confiar en el valor de las investigaciones que sirven de base a la Manifestación de Impacto Ambiental, modalidad regional, que han presentado y en el cual participaron especialistas del Instituto de Ecología de Veracruz y de la Universidad Veracruzana. “Tenemos principios éticos de acción bien definidos y queremos ser un factor positivo para la región. En efecto, también queremos un proyecto que responda a las expectativas de los inversionistas”, sostiene.

Otro motivo de preocupación sobre este proyecto ha sido el de las detonaciones, por su cercanía a las instalaciones de la planta nucleoeléctrica de Laguna Verde, ubicada a 3.5 kilómetros en línea recta. Pero comenta que aunque en México no existe una norma como tal que especifique los parámetros permisibles para la intensidad de voladuras, Minera Cardel se rige por los parámetros del Boureau de los Estados Unidos, vigente desde 1980. Y es que de acuerdo con estos parámetros, afirma que en el proyecto Caballo Blanco no se ha causado ningún tipo de movimiento importante durante las 45 voladuras realizadas entre el 21 de septiembre y 9 de noviembre de 2011. Inclusive presume que no se ha tenido una vibración mayor a la que registra un tráiler que pasa sobre la carretera 180, frente a la planta nuclear.

Otro punto de preocupación es el de la solución cianurada que se utiliza en el proceso de beneficio, la cual aseguran que correrá en un circuito cerrado. Explican que debido a que parte del agua se pierde por evaporación y el cianuro de sodio se degrada naturalmente, será necesario reponer estas sustancias en el ciclo. La solución cianurada que se utiliza no tiene contacto con el suelo del terreno, ya que éste es protegido por diversas medidas de seguridad como las geomembranas resistentes e impermeable, que preservarán los suelos y acuíferos de la región.


También garantizan que no habrá descargas residuales a mar abierto, pues el agua será recuperada y re-bombeada a un circuito cerrado, incluyendo el agua tratada en los patios de lixiviación. ¿La razón? Pues la sustancia lixiviada es la sustancia rica con el mineral, por lo que en ninguna situación Minera Cardel tiene interés en que esta sustancia se pierda en cualquier forma. El destino de esta sustancia es llegar a la planta de beneficio donde se extraerá el mineral y el agua sobrante será reintegrada al circuito. No obstante, aceptan que en el caso de ser necesario el vertimiento de aguas residuales al final de la vida útil del proyecto, esta descarga se someterá a los parámetros aplicables establecidos en la normatividad mexicana vigente.

Respecto al sitio arqueológico de Quiahuiztlán, ubicado a 7 kilómetros al suroriente del proyecto, no consideran ninguna interacción.

Otro aspecto importante es el del otorgamiento de seguros o garantías en caso de que durante la realización de las obras puedan producirse daños graves a los ecosistemas. En este sentido, la empresa minera considera destinar 5 millones de dólares para el cierre de las instalaciones y 3 millones 265 mil dólares para medidas de prevención, mitigación y compensación. La empresa minera se obliga a incluir el reconocimiento del pasivo dentro de sus estados financieros auditables, los cuales son públicos al encontrarse GoldGroup listada como empresa en el Toronto Stock Exchange. De tal forma se garantiza que el monto para la rehabilitación al final de la vida útil del proyecto estará disponible, incluso en el remoto caso en que por cuestiones ajenas a GoldGroup, el proyecto tuviese que detenerse temporal o definitivamente.


De acuerdo a sus requerimientos, el Proyecto Caballo Blanco necesitará 3 mil metros cúbicos diarios de agua, con un consumo estimado de 1.12 millones de metros cúbicos por año. Pero este volumen pretenden obtenerlo del acuífero subterráneo, como lo recomiendan los estudios hidrológicos (geofísica y geohidrológicos) realizados en la zona de interés. Todo ello será a través de los estudios detallados que serán presentados ante Conagua para obtener los permisos que correspondan y principalmente conociendo los límites de extracción que se tengan para llevar a cabo una explotación adecuada.

Según los estudios realizados, existe un recurso hídrico que no tiene actualmente aprovechamiento y desemboca en el mar. Por la infraestructura requerida por el proyecto, prevén preservar y aportar el vital líquido para el consumo de las comunidades del entorno.

Finalmente resumen que ante la naturaleza de los proyectos mineros, no es posible pensar en alternativas de selección de sitio, dado que las características que permiten la formación del yacimiento no son abundantes y, de hecho, el presente proyecto será el primero en minería de oro en el estado de Veracruz.