En su declaración de impuestos, los griegos deben indicar si tienen alberca en su casa, con el fin de que la autoridad fiscal pueda verificar si su ingresos coinciden con su estilo de vida. En 2009, en Atenas, sólo 324 personas lo declararon. Para comprobar la información, las autoridades fotografiaron vía satélite, una zona residencial de casas muy costosas, escondidas detrás de grandes portones. El resultado fue espeluznante. Se descubrieron un total de 16,974 casas con alberca. Esto explica por qué la evasión fiscal en este país, es de 30 mil millones de euros al año, cantidad que sería suficiente para resolver los problemas de deuda que hoy sufre ese país. Esto es sólo una muestra de la profunda corrupción, la enorme economía informal y la profunda evasión fiscal que enfrenta Grecia y que ha provocado una profunda crisis económica que amenaza la estabilidad en toda Europa y representa un grave riesgo para la Economía Mundo.

Y es que el problema central de la crisis europea es el enorme déficit fiscal de países como Grecia, Italia, España, Portugal e Irlanda, que han tenido realizado un riesgoso manejo de sus finanzas públicas, provocando enormes huecos fiscales que han propiciado un incremento impresionante de la deuda pública con muy escasas posibilidades de ser pagada.

Como historia macabra, existe un intricando y obscuro entrelazamiento de compromisos y obligaciones financieras, de tal modo entramadas que el incumplimiento de pagos (default) de un sólo país, pondría al resto al borde del colapso. Con un sistema financiero integrado a nivel mundial, los países europeos pequeños, se deben grandes cantidades de dinero entre sí y a sus vecinos más ricos como Alemania, Francia e Inglaterra.



La primera ficha del tenebroso dominó es Grecia con una deuda de 236 mil millones de dólares (mdd) de los cuales le debe casi 10 mmd a los bancos portugueses, 75 mmd a bancos franceses, 45 mmd a Alemania y 15 a Inglaterra. Para Portugal, el incumplimiento griego sería un golpe brutal.

Pero no para ahí el problema, de hecho apenas empieza pues Portugal, a su vez, tiene una deuda de 286 mmd, de los cuales le debe 86 mmd a los bancos en España, 47 a los de Alemania, 47 a Italia, 45 a Francia y 24 mmd a Inglaterra.


Asimismo España tiene una deuda pública de 1.1 billón de dólares, de los cuales adeuda 238 mmd a bancos alemanes, 220 mmd a Francia, 144 a Inglaterra y 30 mmd.

Italia, cuyas finanzas están permanente en desequilibro, tiene una deuda total de 1.4 billones de dólares, de los cuales debe la mitad (511 mmd) a bancos franceses, lo que, por cierto, equivale a casi el 20 por ciento del PIB francés. Además, debe 47 mmd a bancos españoles, 190 a alemanes y 77 mmd a bancos ingleses.

Por último, está Irlanda con una deuda de 867 mmd, que se reparte en 188 con Inglaterra, 184 con bancos alemanes, 60 con bancos franceses, además de deberle 16 mmd a España.



La trampa de la indiferencia ante los problemas de estos países pequeños, por parte Alemania, Francia e Inglaterra, es que de no apoyarlos estarían poniendo en riesgo la viabilidad de sus propias economías nacionales. Por ello se ha preparado un plan de rescate que incluye 130 mmd de euros, para balancear las cuentas griegas. Aunque estos recursos sólo serán otorgados si Grecia accede a implementar un plan de profundas reformas fiscales y financieras que garanticen el ajuste de los desbalances de sus finanzas públicas. Por desgracia, ello implica altos costos sociales que los ciudadanos no quieren pagar y que están propiciando un amplio descontento expresado en huelgas y manifestaciones.

Lamentablemente, Grecia tendrá que pagar el costo de sus errores, de otro modo, el costo lo pagaremos todos.

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