Una de mis costumbres, casi hábito, es tomarme el primer café de la mañana viendo y oyendo la entrada del noticiero matutino de Telever, a las siete de la mañana. Me agrada la imagen de Carolina Ocampo, su voz, y me da gusto siempre observar al amigo y compañero de oficio de muchos años Tonatiuh Pola, conductores titulares y, claro, saber cómo van a estar las condiciones del tiempo sobre lo que oportunamente y bien informa Isidro Cano, quien, para mi gusto, sería un excelente secretario de Protección Civil.

 

Ayer, esta práctica mía no fue la excepción, pero sí me llamó la atención que el primer bloque de noticias inició con la entrada al aire de la secretaria de Protección Civil del Gobierno del Estado, Noemí Guzmán Lagunes, para hablar sobre el sismo que se sintió poco después de la media noche del lunes-martes. Su intervención fue oportuna, pero para decir que no había habido pérdidas humanas ni daños materiales y que todo estaba tranquilo, habló y habló y habló y le dio vueltas al asunto pues ya no sabía qué agregar ni como terminar su improvisado mensaje.

 

Le hizo la lucha, hay que reconocerlo, pero creo que como están las cosas, le faltó el pequeño gran detalle político: darle champú al Jefe, a su jefe, al gobernador Javier Duarte de Ochoa, al que nunca mencionó ni siquiera por equivocación; es decir, necesitados de una buena imagen, todavía más por ser ésta época electoral, no les hubiera venido mal que, se me ocurre, ella hubiera dicho que desde la hora del temblor, el gober se mantenía despierto pendiente de la situación, recibiendo reportes; que incluso tan pronto habían salido las primeras luces del día había sobrevolado la zona más cercana al epicentro para cerciorarse que no hubiera afectaciones humanas ni materiales; que había hablado con todos los alcaldes de la zona centro por si algo se les ofrecía; que había estado en contacto con el sismológico nacional para saber los últimos reportes (Fidel ante cualquier nortecito salía a decir que había hablado hasta con los del Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos); que había estado en comunicación con los comandantes de la Marina y el Ejército por si había necesidad de un operativo de rescate de emergencia; que le interesaba, le preocupaba y le ocupaba no solo la prosperidad sino la seguridad de sus representados, etcétera, etcétera, todo eso y más aunque no hubiera sido cierto, que nadie iba a salir a comprobarlo, pero que hubiera dejado al Ejecutivo como campeón ante los veracruzanos. Pero nada.

 

Acaso Mimí todavía estaba medio dormida cuando la metieron al aire (las siete de la madrugada, imagínese), ya que experiencia política tiene (como que ya fue incluso senadora), pues no se cree que a propósito dejó de mencionar al Gobernador, pero lo cierto es que falta una buena encerrona con los titulares de despacho para instruirlos con toda precisión que si el titular de la administración estatal no le interesa ser popular, eso no quiere decir que no deba tener la mejor imagen entre el populacho y una forma de lograrlo es presentarlo como un hombre eficaz, el más eficaz en el servicio público a los veracruzanos. Con un plus: no hay mejor campaña política a favor de un partido que siendo o pintando a la autoridad como a un verdadero Juan Camaney en eso de servir a todos. Ayer se perdieron un valioso tiempo, un valioso espacio y una gran audiencia para fortalecer la imagen del gobernador Duarte de Ochoa. A ver ahora cuando vuelve a temblar.

 

Por lo demás, luego de la atropellada intervención de la Secretaria, salió Isidro Cano a informar y a hablar del tema con toda solvencia, conocimiento e información. Habló de placas tectónicas, de centímetros, de efectos, de maremotos, del Pacífico, del Atlántico, etcétera. Entonces sí, quedamos tranquilos.

 

De todos modos, Noemí y los demás secretarios y subsecretarios y directores generales y directores y jefes de área deben dormir y vivir tranquilos, pues ayer mismo el mandatario estatal declaró tajantemente que no habrá más cambios en su gabinete, que los que se tenían que ir ya se fueron y andan en precampaña y que la salida de unos y la supuesta llegada de otros no son más que rumores. “Se habla de la salida de todo mundo, son rumores. El único que da salidas o entradas es un servidor, así que cuando yo diga que se van o que entran, es la oficial (versión), mientras tanto es parte de nuestra cultura, de nuestra identidad política jarocha: siempre especular con las salidas y las entradas”.

 

Tiene razón. Esa práctica es parte del folclor jarocho. Es casi un deporte. Es un ocio necesario, indispensable para alimentar la sobremesa en el restaurante, en los cafés, donde se arman y desarman gabinetes, donde se tejen renuncias y nombramientos, pero además es un ejercicio catártico, terapéutico, pues es la única forma que encuentra el ciudadano de desquitarse de la ineficacia, de la deshonestidad, de la impunidad del servidor público.

 

Invita el PRI para otra fiesta política más este miércoles cuando se celebrará una llamada Convención de Senadores a la que convoca el Órgano Auxiliar de la Comisión Nacional de Procesos Internos en la que los delegados votarán a favor de las candidaturas de Pepe y Héctor Yunes, uno Zorrilla y otro Landa. Será a las seis de la tarde en el World Trade Center. Un buen pretexto para ir a la zona conurbada y de paso disfrutar del Carnaval. A propósito de estos Yunes, lo que se sabe es que Héctor se las está viendo negras debido a que no tiene recursos económicos y hasta ahora su precampaña no ha sido más que de saliva. Y eso que falta la campaña formal y las prerrogativas son muy pocas.