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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
Avances, en este Gobierno
Arturo Reyes Isidoro
16 de febrero de 2012
alcalorpolitico.com
Creo que, en efecto, lo que el gobernador Javier Duarte de Ochoa quiso decir es que no habrá más cambios en el gabinete… por ahora. Porque habría que entender que ese: “El único que da salidas o entradas es un servidor, así que cuando yo diga que se van o que entran, es la oficial (versión)”, significa ni más ni menos, lleva implícito que en el momento en que él decida, sin necesidad del rumor que muchas veces antecede y acompaña una remoción, se irá quien se tenga que ir. Otra cosa sería si hubiera remarcado que no habrá cambios en el gabinete en lo que resta del sexenio. Así que los rumorólogos de café pueden seguir armando y desarmando gabinetes, que en una de esas y le atinan. Por lo pronto, los que han de haber conciliado ya el sueño son el doctor Pablo Anaya Rivera, secretario de Salud, cuya salida se estuvo especulando pues se rumoraba que iría como candidato a diputado federal plurinominal, así como Leticia Perlasca Nuñez, de quien se decía que dejaría la Secretaría de Turismo ante las presiones de los empresarios de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río. De todos modos, sujetos al canibalismo político, no será nada raro que los continúen zopiloteando.
 
En otro tema, el secretario de Finanzas, Tomás Ruiz González, dejó la pelota en la cancha de la Legislatura al declarar que si el Congreso del Estado lo quiere y lo requiere se presentará a explicar la procedencia y el destino de los 25 millones de pesos decomisados en el aeropuerto de Toluca. “Cada vez que me convoquen los legisladores estaré ahí”, dijo. Él ya dio un paso necesario, pero parece que los supuestos representantes populares ni lo ven ni lo escuchan. Cuán sano sería para el Gobierno del Estado, para su maltrecha credibilidad, que un asunto así se ventilara públicamente y se respondiera a todas las interrogantes con documentos en la mano. Extraña que los diputados de la oposición no han dicho ni pío ante el ofrecimiento de Tomás.
 
En el caso del ataque armado e incendio a las instalaciones del diario El Buen Tono, de Córdoba, en noviembre del año pasado, me parece ya un avance de la administración estatal que el procurador Felipe Amadeo Flores Espinosa haya salido a dar la cara así haya sido presionado por la denuncia del periódico de que a cien días de los hechos no se tienen resultados de la investigación. Me parece un avance porque se ha dicho que las indagatorias continúan, que hay varias líneas de investigación, que han sido llamadas a declarar más de 50 personas, que el video del ataque forma parte de la investigación, que se trabaja en coordinación con autoridades de otros estados para tratar de dar con los responsables (lo que podría entenderse que ya los tienen identificados), además de que se dio a conocer el número de la investigación ministerial. Pero además, que se han dado todas las facilidades y respaldo al empresario periodístico y a sus abogados, “quienes en todo momento han tenido vista de la averiguación previa, por lo tanto al video de referencia, y están al tanto de las acciones de la Procuraduría para tratar de esclarecer los hechos”, además de que han sido atendidos en su petición de que se les brinde seguridad.
 
Digo que me parece un avance porque este Procurador no convocó apresuradamente a conferencia de prensa para decir que con base en Plataforma México se sospecha del dueño, bla bla bla, como irresponsablemente hacía su antecesor, ni se ha acusado temerariamente a nadie involucrándolo con la delincuencia organizada sin ofrecer públicamente pruebas, ni se ha querido desviar la atención vía twitter y, pienso, se le crea o no al actual por lo menos ya informó sobre el curso de las investigaciones del caso. Nuevamente, para la maltrecha credibilidad del Gobierno estatal, cuánto favor le haría Amadeo a la administración a la que sirve si informara también del estado que mantienen o el avance que se tiene sobre otros casos que han sido motivo de escándalo incluso nacional por su gravedad y por la poca seriedad con que fueron atendidos. De todos modos, en lo que lleva la administración no se había informado públicamente sobre el curso de la investigación de un caso peliagudo. Ojalá y de aquí en adelante esa sea la tónica.
 
Yo todavía no me explico por qué ante hechos tan graves, en su momento se trató de minimizarlos anticipándose a fabricar culpables, a descalificar, a tratar de desviar la atención, a ocultarlos, logrando con ello únicamente que surgiera la sospecha, la desconfianza, la incredulidad y un terrible golpeteo mediático que dejó muy maltrecha la imagen de la administración, en lugar de salir a informar las cosas tal cual, a tratar de explicar como ahora lo ofrece Tomás Ruiz y como lo ha hecho Amadeo. Ese tipo de colaboradores son los que necesita el gobernador Javier Duarte de Ochoa, con experiencia, con pleno conocimiento de las áreas y los temas que manejan, con sentido político pero también con sentido común, que estén dispuestos a dar la cara y ofrecer explicaciones, las que la sociedad, la opinión pública, también demandan.
 
Para mi gusto, el Gobernador debiera romper su propia afirmación de que no habrá más cambios en el gabinete y hacer los que sean necesarios para rodearse de colaboradores como los antes mencionados, que no lo metan en broncas, que lo ayuden a él y a levantar la imagen de la administración, que contribuyan a restaurar la confianza y la credibilidad perdidas o dañadas. A todos nos conviene.
 
He tratado a Tomás Ruiz y conozco desde que éramos jóvenes a Amadeo. He tratado a Gerardo Buganza Salmerón y colaboré muchos años al lado de Adolfo Mota Hernández. Fui compañero de dirigencia política de Jorge Uscanga Escobar y conozco de muchos años a Marcelo Montiel. Cualquiera de ellos realizaría un espléndido trabajo de tendido de puentes con todos los actores políticos, económicos, sociales del estado, pero sobre todo periodísticos, para restañar heridas, para buscar acercamientos, para reencausar la causa de Veracruz; son negociadores políticos natos y profesionales. A mi juicio eso es urgente y uno de los grandes pendientes del Gobierno estatal. Ya en el pasado se ha demostrado que por muy distintos intereses que tengamos los veracruzanos, cuando hay voluntad política, decisión y si se quiere hasta humildad para lograrlo, es posible entendernos, estar unidos dentro de nuestras diferencias. Solo hay que quererlo.
 
Por lo pronto, de veras que envío mi abrazo de felicitación a Adolfo Mota Hernández por esa gran idea de poner en marcha el programa “En este taxi yo sí leo” y que, dijo ayer, se extenderá a consultorios, peluquerías y oficinas públicas, programa que tiene el propósito de motivarnos a la lectura. Este es otro gran acierto de la administración y ya volveré sobre el tema.