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Columnas y artículos de opinión
Al Pie de la Letra
PAN: Yunes arrasa
Raymundo Jiménez
21 de febrero de 2012
alcalorpolitico.com
La tarde del domingo 5 de febrero, cuando ya era irreversible la victoria de Josefina Vázquez Mota, cuentan que una palabra anidó en las cabezas de los operadores de Ernesto Cordero: “Traición”.

Y es que dicen que no había otra explicación a lo ocurrido en estados estratégicos para Cordero –Guanajuato, Jalisco, Baja California y el DF– para vencer a Vázquez Mota.

Las cifras ofrecidas a Cordero por los gobernadores Juan Manuel Oliva, Emilio González Márquez y José Guadalupe Osuna eran completamente opuestas a la realidad.


Desde las 14:00 horas las cifras de las encuestas de salida eran rotundas: Vázquez Mota tenía 53 puntos, Cordero 38 y Santiago Creel nueve. Los mismos resultados los tenían uno y otro equipo.

Refieren que Cordero estaba encolerizado y recriminó con palabras ásperas a varios de los operadores por no haberle cumplido. Rabioso, el ex secretario de Hacienda se negaba a reconocer la victoria de Vázquez Mota, que pasadas las 19:00 horas recibió la llamada del presidente Felipe Calderón para felicitarla.

La elección interna del PAN exhibió no sólo los juegos de poder, desafíos a Calderón y traiciones, en particular de los gobernadores y operadores militantes del Yunque, sino el empleo extendido de mecanismos de defraudación electoral.


Los manejos sucios ocurrieron antes y durante la jornada: Compra y coacción de votos con recursos públicos y privados; acarreo de electores afiliados corporativamente; entrega de dádivas, entre ellas miles de despensas a los afiliados pobres; robo de urnas y hasta balazos, como ocurrió en el municipio de Zozocolco, en la sierra de Papantla, donde fueron robadas las ánforas.

Pero la “operación” no le alcanzó a Cordero, ya que a pesar de que duplicó los votos que le atribuían las empresas encuestadoras no alcanzó a forzar siquiera la segunda vuelta. Sus más allegados hablaban de “traiciones” o de que al menos la mayoría de los gobernadores panistas y otros operadores electorales no cumplieron su palabra pese a los abundantes recursos y apoyos que recibieron del presunto precandidato favorito del presidente Calderón.

En Guanajuato, por ejemplo, el gobernador Juan Manuel Oliva, quien hizo ganar en las internas locales a su candidato a sucederlo, Miguel Márquez Márquez, había ofrecido a Cordero arrasar, pero perdió ante Vázquez Mota: 16 mil 500 contra 7 mil 700.


En Jalisco ocurrió algo semejante: En las internas panistas locales, el gobernador Emilio González Márquez hizo triunfar a su secretario de Gobierno, Fernando Guzmán Pérez-Peláez, pero en esa entidad Cordero perdió tres a uno: Apenas 3 mil 900 por 12 mil 800 de Vázquez Mota.

Como los gobernadores de Guanajuato y Jalisco, el de Morelos, Marco Antonio Adame, también es militante de El Yunque, pero él no se comprometió con Vázquez Mota o Cordero sino con los dos: Su esposa, Mayela Alemán respaldó a la primera y su hijo Juan Pablo, al segundo.

Hubo otros estados con los que Cordero apostaba a su triunfo: En Baja California, el gobernador José Guadalupe Osuna, amigo de Calderón, le prometió la victoria, pero el ex secretario de Hacienda obtuvo mil 900 votos y Josefina 6 mil 400.


En Coahuila –cuyo máximo líder panista es el senador Guillermo Anaya, compadre de Calderón y ex candidato del PAN a gobernador–, la votación para Vázquez Mota fue también contundente: 8 mil por apenas 2 mil para Cordero.

Y, en Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares le prometió a Cordero que arrasaría en esta entidad pero sólo le consiguió 21 mil 700 votos, contra 28 mil 500 de Vázquez Mota, con 10 mil sufragios presuntamente fraudulentos en Tantoyuca que quedaron bajo litigio.

Sin embargo, en las elecciones internas de este domingo 19 para elegir a los candidatos del PAN al Senado de la República, Yunes Linares operó con mucha mayor eficacia para que su hijo menor Fernando Yunes Márquez amarrara la candidatura a la Cámara alta del Congreso de la Unión, cargo de elección popular al que él declinó públicamente en enero pasado.


Yunes Márquez “arrasó” con alrededor de 27 mil votos, esto es, seis mil más de los que hace un par de semanas el grupo de su padre le aportó a Cordero en su fallida candidatura presidencial.

En cambio, los números de votos obtenidos anteayer por Julen Rementería del Puerto y Alejandro Vázquez Cuevas casi coinciden con los que el domingo 5 le sumaron en Veracruz a Josefina Vázquez Mota en la elección interna por la candidatura a la Presidencia de la República.

De acuerdo con las cifras preliminares de la Comisión Estatal Electoral del PAN, el hijo del ex director del ISSSTE y ex candidato a gobernador sacaba ayer una amplia ventaja a los otros tres aspirantes al Senado de la República, pues al computarse el 97 por ciento de las casillas Julen Rementería del Puerto acreditaba sólo 15 mil 616 votos; Alejandro Vázquez Cuevas 13 mil 750, y Mauricio Duck Núñez 958 sufragios.


Con este resultado, Yunes Márquez no sólo amarra la candidatura senatorial de mayoría relativa sino que además obtiene el derecho de ser registrado en la primera fórmula, con lo cual queda electoralmente blindado en caso de que el PAN perdiera esta elección federal, ya que si el partido blanquiazul obtiene la segunda mayor votación el diputado local boqueño aseguraría automáticamente el escaño de primera minoría tal como ocurrió hace seis años con el panista cordobés Juan Bueno Torio, quien en número de votos superó al priista José Francisco Yunes Zorrilla, relegado hasta el tercer lugar en esos comicios que en Veracruz ganaron los candidatos de la izquierda Dante Delgado Rannauro y Arturo Hérviz Reyes.

Este triunfo interno en el PAN ha de resultar doblemente satisfactorio para el ex priista Miguel Ángel Yunes, pues no sólo está por catapultar a su hijo menor al Congreso de la Unión sino que ha evidenciado también la disminuida fuerza política del “Pipo” Vázquez, el ex dirigente estatal panista que mantiene el control del partido blanquiazul desde hace tres sexenios y con el cual está seriamente confrontado desde que a mediados de 2010 lo echó de la coordinación de su campaña por la gubernatura de Veracruz, lo que ha motivado que Vázquez Cuevas se lamente públicamente de haberle abierto las puertas de Acción Nacional y ayudado a que el año antepasado fuera nominado a la gubernatura de la entidad por encima de otros aspirantes como Gerardo Buganza Salmerón, quien a raíz de esta imposición renunció a su militancia de 16 años para apoyar el proyecto del gobernador priista Javier Duarte de Ochoa, a cuyo lado funge ahora como secretario general de Gobierno.