Forjado en las peores mañas del viejo PRI –partido en el que militó más de 30 años, desde principios de la década de los setentas hasta el 2004, cuando renunció públicamente al partido tricolor en rechazo a la postulación a la gubernatura de Veracruz de Fidel Herrera Beltrán, su más odiado enemigo–, Miguel Ángel Yunes Linares ha hecho valer ahora, en plena pugna por las cuotas de poder al interior del PAN, la validez de ese dicho popular de que “en tierra de ciegos el tuerto es rey”.

 

En el PRI, por ejemplo, nunca pudo llegar a ser candidato a gobernador, su máxima aspiración política personal. En el PAN, en cambio, lo consiguió al sexenio siguiente de haber desertado del Revolucionario Institucional.

 

En el partido blanquiazul poco a poco ha ido extendiendo sus parcelas de poder. Luego del frentazo que se llevó en la elección de gobernador de 2010, la cual perdió ante el joven priista Javier Duarte de Ochoa, a finales de ese año intentó adueñarse de la estructura directiva del PAN en la asamblea estatal celebrada en la ciudad de Orizaba, pero los grupos panistas tradicionales –encabezados, entre otros, por el senador cordobés Juan Bueno Torio, desplazado de la nominación a la gubernatura, y por Alejandro Vázquez Cuevas y Julen Rementería del Puerto, aspirantes al Senado de la República avasallados en las votaciones internas del domingo pasado por Fernando Yunes Márquez, el hijo menor de Yunes Linares–, formaron la llamada “Muralla Azul” para frenar la desbocada ambición del megalómano ex director del ISSSTE.

 

Después de ese traumático aplastamiento, ocurrido inmediatamente después de su sonado fracaso por ganar la gubernatura de Veracruz, la mayoría de sus adversarios dentro y fuera del PAN dieron por hecho que Yunes estaba casi aniquilado políticamente.

 

Ahora, seguramente, deben estar arrepentidos de haber subestimado al ex priista, quien como operador político en Veracruz del desinflado precandidato presidencial Ernesto Cordero perdió primero la elección interna del domingo 5, pero dos semanas después arrasó en las votaciones panistas que más le interesaban: la de aspirantes al Senado de la República, en la que su hijo menor Fernando Yunes avasalló a Rementería y a Vázquez Cuevas, a quien en 2010 Miguel Ángel Yunes echó de la coordinación de su campaña electoral por la gubernatura tras acusarlo de haber sido cooptado por el gobernador Herrera.

 

Sin embargo, ahora el mismo Yunes está bajo sospecha de haber pactado con el grupo priista que gobierna Veracruz. Corre, por ejemplo, la versión de que la candidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota, habría sido advertida del supuesto juego perverso que el ex operador corderista pretendería fraguar en las elecciones federales de julio próximo.

 

Según ha trascendido, el escenario electoral que más le convendría a Yunes Linares sería aquél en el que los candidatos del PRI al Senado –José Francisco Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa, su primo hermano– triunfaran, y que el PAN quedara posicionado en el segundo lugar de la votación estatal porque de cualquier manera su hijo Fernando Yunes tendría amarrado el escaño senatorial de primera minoría.

 

En este hipotético escenario, el que en cambio quedaría fuera de la Cámara alta del Congreso de la Unión sería Julen Rementería, quien por el lugar en que fue sembrado en la elección interna del pasado domingo 19, le corresponde ser registrado como candidato de mayoría relativa pero en la segunda fórmula. Y la única opción que tendría el ex alcalde porteño para acceder al Senado sería la de derrotar a los candidatos del PRI en las elecciones constitucionales de julio entrante.

 

Pero entre los grupos antiyunistas del PAN dan por hecho que el ex director del ISSSTE y sus hijos no van a permitir que Rementería llegue al Senado, ya que el ex funcionario de la SCT sería otro candidato natural para la gubernatura de Veracruz en el 2016.

 

De hecho, si alcanzara el escaño, Julen sería el aspirante más fuerte dada su cercanía política con la candidata presidencial Josefina Vázquez Mota.

 

Por eso Yunes Linares ha maniobrado no sólo para aniquilar el liderazgo panista del “Pipo” Vázquez sino para eliminar también de la próxima sucesión estatal a Rementería, igual como se deshizo en 2010 de sus otros adversarios, entre ellos el entonces senador Gerardo Buganza Salmerón, que terminó por salir del PAN.

 

Pero su proyecto para dentro de cuatro años, según parece, ya no lo encabezaría él sino su hijo menor Fernando, quien de llegar al Senado iniciaría su precampaña al día siguiente tal como en su momento lo hizo también el priista Fidel Herrera, electo senador en el año 2000.

 

Con los tres Yunes del PRI y PAN en la Cámara alta del Congreso de la Unión es muy probable que en el 2016 por lo menos uno sea postulado por su partido a la gubernatura. Ya se verá entonces si se cumple o no aquella maldición atribuida a Herrera Beltrán en la víspera de la sucesión estatal de 2010, cuando supuestamente el entonces mandatario veracruzano habría predicho que “ningún Yunes será gobernador de Veracruz”.

 

 

Este viernes 24 de febrero inicia el Doctorado en Administración Pública 2012-2015, generación “Adelante”, que será impartido por el Instituto de Administración Pública (IAP) de Veracruz.

 

El contador público Ricardo García Guzmán, presidente del IAP, informó que este nuevo evento académico, cuya duración es de tres años, ha tenido gran penetración entre los servidores públicos de los niveles jerárquicos superiores y mandos medios de la administración pública estatal.

 

“La demanda del mismo rebasó nuestras expectativas pero finalmente ha quedado conformado el grupo de 45 aspirantes a Doctor en Ciencias de la Administración Pública, quienes cubrieron cabalmente los requisitos señalados en la convocatoria”, comentó el ex titular de la Contraloría General del Estado y ex presidente municipal de Pánuco.