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Columnas y artículos de opinión
Los migrantes también tienen derecho
Guillermo H. Zúñiga Martínez
25 de febrero de 2012
alcalorpolitico.com
a prosa exquisita, que la vida está llena de momentos. Usted recordará algunas líneas como aquellas en las que vierte sus deseos íntimos: “Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente cada minuto de su vida;… Si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano. Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera y seguiría así hasta concluir el otoño”.

La existencia también está hecha de propósitos y de acciones que, si se pudieran reiniciar, cambiarían sustancialmente porque hay mutación en los intereses y en la manera de hacer las cosas; mas, la vida también está hecha de emociones irrepetibles que hacen vibrar de manera sensible a los seres humanos, tal es el caso de la experiencia que se acaba de registrar en Huntington Park, California, cuando un grupo de migrantes mexicanos recibieron, de parte del Dr. Javier Duarte de Ochoa, certificados que los acreditan como graduados en educación media superior de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz.

La ceremonia fue sencilla pero pletórica de júbilo porque cada uno de ellos se hizo acompañar de su familia y cuando tuvieron la oportunidad de expresar sus sentimientos, lo hicieron llenos de alegría porque jamás se imaginaron que hasta su lugar de trabajo llegaran los vientos culturales de Veracruz.


Las palabras del Cónsul de Asuntos Comunitarios, Gaspar Hernández, fueron de aliento y esperanza porque estaba presenciando un acto poco común entre nuestros connacionales que abandonaron su tierra en búsqueda de nuevas oportunidades. Les dijo, entre otras cosas, que se sentía orgulloso de saber que a pesar de sus desvelos, habían logrado una satisfacción mas en su vida.

Cuando llegó el turno de Mario Cárdenas, Presidente del Consejo de Federaciones Mexicanas en Norteamérica, hombre que se convirtió en migrante por amor, ofreció su mensaje lleno de contenido y de definición personal porque aceptó que la única manera de progresar en país ajeno implica dos cosas fundamentales: trabajar y estudiar; comentó que, a pesar de los años que lleva conviviendo entre norteamericanos, tiene que aprender todos los días, hacer consultas y que a veces pasa las horas leyendo e investigando para convertirse en un ciudadano con los elementos necesarios para alternar con dignidad en una sociedad exigente, demandante y que invita a ser cada día más preparados, por lo cual exhortó a los egresados a dar más de sí mismos y proseguir su ilustración en el marco de licenciaturas que les ofrece la Universidad Popular.

En la ceremonia también participó don Samuel F. Magaña, Presidente de la Federación Duranguense USA, quien con mucho tesón y voluntad a toda prueba ha logrado conformar una familia ejemplar y crear la empresa que hoy le permite tener 300 trabajadores. En sus ratos libres se dedica a promover tareas culturales entre ellas la alfabetización, la educación primaria, secundaria y ahora las preparatorias y la educación superior; por estas actividades se advierte fácilmente el aprecio que le tienen sus paisanos.


A este acto, celebrado en un salón social de este municipio conurbado con Los Ángeles, para sorpresa mía asistió la distinguida Alcaldesa Ofelia Hernández, funcionaria sencilla y cordial, quien pronunció palabras de felicitación para los que recibieron sus documentos; se trata de una mujer forjada en el trabajo y el estudio, que abrazó la política por vocación dado que lo que más le interesa es coadyuvar al logro del bienestar de los habitantes de esa circunscripción territorial. Convivió, entregó reconocimientos y a cada uno de los alumnos, hombres y mujeres ya maduros, les impuso una insignia del Ayuntamiento que preside; a la más destacada de las estudiantes le otorgó la llave de la ciudad, que fue recibida con gusto porque es así como se estimula con honradez a quienes demuestran que estando en otro país, desean vincularse a él con la calidad de sus servicios.

Los presentes manifestaron su gratitud al Gobernador de Veracruz, doctor Javier Duarte de Ochoa, porque con enorme generosidad y congruencia está promoviendo que nuestra cultura, conjugada con las exigencias de la sociedad norteamericana, se manifieste principalmente en la preparación de los trabajadores.

Un ariete formidable para estas acciones internacionales lo ha sido don Carlos Martínez, Secretario General de la Federación Duranguense, quien se destaca por ser un hombre que ve hacia adelante y quiere que los paisanos --allá establecidos- demuestren una y otra vez su inteligencia y talento para honrar a su patria en el país al que sirven.


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