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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
Historia de la gallina negra
Arturo Reyes Isidoro
27 de febrero de 2012
alcalorpolitico.com
Podría pensarse que lo retomo de un cuento de Gabriel García Márquez, pero no. Podría haber sido cierto aunque bien encajaría en el realismo mágico. Un abogado y periodista oriundo del sur del estado pero radicado hace mucho tiempo en Xalapa, prácticamente xalapeño ya como muchos que decidimos hacer nuestra vida para siempre en la capital del estado, apreciado y respetado compañero, acaso hoy más periodista que abogado, en sus mejores tiempos de litigante logró muchas veces ganar juicios de desahucio de inquilinos que ni pagaban sus rentas ni querían desalojar los inmuebles. Ante lo tortuoso y difícil de hacer que se cumpliera el mandamiento legal pero además de que las autoridades autorizaran el uso de la fuerza pública y prestaran elementos policiacos para ello, todo con la consiguiente pérdida de tiempo que implicaba, se las arreglaba de la mejor manera para lograr su propósito mediante un acto de brujería. Ante la resistencia de los inquilinos, cuando se decidía ordenaba a uno de sus ayudantes que fuera a comprar una gallina, con un aerosol la pintaban toda de negro y ya en horas tarde de la noche le cortaban el pescuezo y así chorreando de sangre, amparados por la sombra de la noche, iban y la colgaban en la puerta de la entrada de la vivienda del que se resistía a salir. Santo remedio. En menos de lo que canta un gallo, asustados, los morosos se salían y el abogado entregaba el inmueble vacío y cobraba sus respectivos emolumentos. La magia funcionaba. Alguna vez le pregunté si eso era cierto y como respuesta obtuve una carcajada.
 
Escribo esto porque los brujos de Catemaco, por voz del chamán Manuel Villegas Gutiérrez, aseguró “que es buena idea” que como medida emergente y aprovechando que el próximo viernes es el primer viernes de marzo, fecha simbólica y mayor de los dueños, amos y señores de la magia blanca y de la magia negra, hagan una limpia con tal de que la Procuraduría General de la República, en realidad el Gobierno Federal, regrese al Gobierno del Estado los 25 millones de pesos que decomisó a dos empleados estatales en el aeropuerto de Toluca la noche del pasado 27 de enero, hoy hace exactamente un mes, y que las autoridades veracruzanas aseguran y han tratado de demostrar por todos los medios que la procedencia de los fajos de billetes es totalmente legal, no obstante lo cual no obtienen respuesta positiva a su demanda.
 
“Queremos abundantes cosechas, queremos que el trabajo que está haciendo el señor gobernador sea fortalecido a través de una danza y una limpia, creo que todos necesitamos de esa ayuda”, dijo el llamado “brujo mayor de los Tuxtlas”, señor Villegas Gutiérrez, quien aprovechó para expresar que además de pedir por la salud de los veracruzanos, también “que quienes tengan el dinero lo regresen”, según se publicó en el diario Notiver el pasado viernes 24 de febrero.
 
Además de recomendar que “por cada año vivido, todos debemos hacernos una limpia sin excepción para sacar de nuestras vidas la malas vibras”, este hechicero, adivino, encantador, nigromante, aojador, zahorí, jorguín, mago, embaucador catemaqueño, dijo que “es momento de pedir que nos regresen ese dinero que es del estado y de los veracruzanos y que por motivos que desconocemos (habló como si él fuera el Gobernador; debe ser también el brujo más grillo de todos) pararon en manos de gente extraña, porque es parte fundamental para el desarrollo de los pueblos” (esta última frasecita debiera quedar grabada en letras de oro o por lo menos de bronce), para informar finalmente que aparte de sus conjuros utilizarían, para ayudar a que se regrese la lana, varios kilos de huevos, hierbas y algunos amuletos. Sea.
 
Lo cierto es que tratándose de 25 melones, de los grandes, yo iría no solo con los brujos de Catemaco sino hasta bailar a Chalma (situada a 115 kilómetros al sur de la ciudad de México, lugar de veneración religiosa desde los tiempos precortesianos y desde 1533 bajo la administración de la orden de los agustinos; muchas personas van allá en peregrinación para pedir algún don o remedio a enfermedades a situaciones difíciles) y, volviendo al estado, a orillas de la laguna, a la luz de la luna que generalmente alumbra la noche del primer viernes de marzo, me sometería no a una sino a veinte danzas, me haría la “contra” (corte de la vena cercana a la mano, aplicación de polvo de cuerno de cabra, toma de amargo menjurje, cruz en la frente hecha con un colmillo de víbora de cascabel, tallada de huevos sobre la cabeza para luego romperlos en un vaso, limpia con hierbas mágicas, oraciones y conjuros, quema de copal y de velas y veladoras y un buche en la cara de éter –¡pa’ su má, hasta parezco ya el brujo!, pero no se crea, todo es producto de mi experiencia reporteril–) y a todas las limpias que fueran necesarias.
 
Qué bueno que estos chamanes están dispuestos a ayudar al Gobernador porque ya comprobamos, tristemente, la fuerza de un tehuacán sin gas que tienen los diputados federales priistas veracruzanos, quienes hace diez días salieron a reclamar al Gobierno Federal el dinero y ni los pelaron, confirmando lo que escribí aquí el pasado 19 de enero (“Los políticos de hoy, ni gallanos ni pollos”): “Los viejos políticos y los políticos viejos recuerdan muy bien que hubo alguna vez en el país la creencia de que el único Estado verdaderamente politizado era Veracruz y que los únicos políticos políticos de México eran los veracruzanos… Varios lustros después, hoy tristemente vemos que nuestros políticos no pintan, no son gallos y ni a pollos llegan y para muestras ahí están tanto el equipo de campaña del candidato presidencial Enrique Peña Nieto como el ayer renovado Comité Ejecutivo Nacional del PRI donde no hay un solo veracruzano ni siquiera para cargarle el portafolios a los picudos en el poder… Lo que pasa actualmente no es más que el vivo reflejo de la pobreza de la otrora bien llamada clase política veracruzana, o sea, puras vergüenzas”. Porque puras vergüenzas hemos pasado desde que salieron a hacer el reclamo en apoyo al Gobernador y en el Gobierno Federal olímpicamente los ignoraron, cuál defensa de los intereses de Veracruz, dejando al Gobierno estatal y de paso a los veracruzanos con la única defensa posible ahora: la de los brujos de Catemaco o, ya de perdida, el Chapulín Colorado.
 
Algo que a los veracruzanos nos queda y tenemos claro es que el joven gobernador Javier Duarte de Ochoa ha sido respetuoso y colaborador del gobierno de Felipe Calderón; que no ha escatimado reconocimientos para él y su administración; que ha sido tal vez el principal aliado en su política de combate a la delincuencia organizada; que no ha obstaculizado a su partido en el estado, pero que no hay reciprocidad. Destino aparte que tenía o podría haber tenido, si se ha probado ya el origen lícito del dinero, debiera regresársele sin más demoras. Habrá que esperar ahora luego del próximo viernes las limpias y las danzas ¡y en una de esas y con la ayuda de los brujos de Catemaco se tiene éxito! Entonces sí, sin duda, nos reiremos de nuestros flamantes diputados federales tricolores. Qué más nos quedaría. Por si las dudas, ya voy a comprar mi calzón rojo para ponérmelo al revés la noche del próximo viernes. Los diputaditos federales estos que tenemos debieran hacerlo también.
 
De antemano mis mejores deseos de éxito al magistrado Edel Álvarez Peña por la apertura este lunes de otro diario más de su cadena, ahora el Diario de Orizaba. En mi pasado comentario se me pasó comentar que también tiene el diario La Crónica de Xalapa, así que serán once los rotativos diarios que tendrá la capital del estado.