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Columnas y artículos de opinión
Zeitgeist
Incoherencia, cinismo y mendacidad: la fórmula perfecta de la política panista
Armando Chama Tlaxcalteco
6 de marzo de 2012
alcalorpolitico.com
A veces, en el ejercicio de la opinión, de la crítica y de la muestra de la inconformidad de un ciudadano común y corriente como lo es éste servidor, uno puede ser tachado de crítico mordaz, de emitir opiniones destructivas, de ser un detractor a ultranza y sin fundamento del partido en el poder, más propiamente debí haber dicho que del Gobierno en el poder, sin embargo, la llamada “alternancia” que se dio hace doce años, no significó que desapareciera la figura de “El partido de Estado”.

Algunas personas han tachado a éste servidor de ser priista, cosa que está totalmente fuera de cualquier lógica, pues ya en ocasiones anteriores he resaltado todas las tropelías de las que se ha valido ésta asociación política para asegurarse de no perder la posición estratégica que han tenido antes y después de dejar Los Pinos. También he recibido comentarios y criticas acerca de mi tendencia perredista, sin embargo y de igual forma, he manifestado mi opinión sobre las posiciones tan comodinas de las dirigencias del PRD y como éstas pueden variar de acuerdo a la negociación de sus canonjías y de sus cotos de poder.

Muy a los pesares de quien hace estos señalamientos, debo aclarar que no pertenecí ni pertenezco a ninguna asociación política, no fui ni soy miembro activo o adherente de uno de estos cárteles, no tengo paralelismo ideológico alguno con el PRI o el PRD ni muchísimo menos (afortunadamente) con el PAN. Por lo tanto, mi opinión no es la de un resentido político, sino la de una voz que cree firmemente que habla por una inmensa mayoría, pues como atingentemente lo dice E.B. White “La democracia es la sospecha reiterada de que más de la mitad de la gente tiene la razón más de la mitad de las veces”.


Invocando dicha frase es que en esta ocasión, me permitiré comentar dos experiencias de las que tuve la fortuna de ser testigo y con ello obtener evidencia de primera mano, acerca de dos problemáticas que según la versión oficial se están combatiendo con éxito indiscutible en México. Vale aclarar por cierto, que éstas experiencias no son privativas de la gente que se dedica a la elaboración de estadísticas gubernamentales, o de individuos doctos para la elaboración, interpretación y análisis de datos oficiales, sino que basta sólo con la plática, con el comentario, con el saludo diario, con la convivencia con la gente que como usted o como yo vive sin ningún tipo de privilegio, de esos que otorga el tener un buen apellido o una amistad influyente.

La primera hace alusión al sistema de salud y a la nula complementariedad entre los programas de asistencia social implementados por el gobierno federal.

Hace unos días y ante la necesidad de atención médica, además de ser requisito obligatorio para recibir el apoyo monetario del programa OPORTUNIDADES, una persona de la que por razones obvias me solicitó omitir su identidad, acudió a la consulta médica para cubrir este requerimiento al módulo de IMSS ubicado en la colonia Tricentenario en Coatepec. Sin embargo, dada la muy limitada atención junto con la carencia de los instrumentos para hacer un correcto diagnostico, fue canalizada al Hospital Civil del mismo municipio para que se le realizara una radiografía; vale aclarar que el costo de ésta quedaría solventada al presentar la hoja de afiliación del SEGURO POPULAR, según el dicho de los médicos del citado módulo.


Una vez que ésta persona se presentó en el Hospital Civil (Coatepec) se le notificó que el instrumento necesario para efectuar la radiografía se encontraba totalmente fuera de servicio por presentar varios desperfectos, sin embargo se le volvió a canalizar ahora al Hospital Luis F. Nachón de la ciudad de Xalapa, pues en este lugar se le daría el servicio. Para ello antes de acudir a esta institución, ésta persona presentó algunos síntomas que empeoraron su estado de salud, por lo que con enormes sacrificios y pese a los altos costos de un médico particular, decidió que no iba a esperar hasta la próxima revisión en el módulo del IMSS que sería en poco más de un mes. Por lo cual acudió con un traumatólogo particular, el cual y de igual forma solicitó un estudio radiográfico.

Con la orden de estudio por parte del traumatólogo particular, acudió entonces a la ciudad de Xalapa (hospital Luis F. Nachón), y de ello este servidor da fe de los hechos en especialmente de lo siguiente:
En la entrada principal de dicho nosocomio se encuentra una “mesa de atención” que según el rótulo es de el SEGURO POPULAR, en la que un hombre jóven de apariencia regordeta y con mala muy mala atención, nos indico de manera grosera que “éste programa no cubre el costo de las radiografías y muchísimo menos si la orden es de un médico particular”. A pesar de ello se consultó con una trabajadora social de la que de manera más clara y amable se obtuvo la misma información, sin embargo nos orientó para consultar a la persona encargada del área de rayos X para ver la posibilidad de llevar a cabo el estudio. Desafortunadamente también con una pésima atención ésta persona nos dijo lo mismo, es decir, que la prioridad la tienen las personas que van canalizadas de una institución de salud de gobierno.

Se da usted cuenta amigo lector, ¿todo lo que hay que pasar para llevar a cabo una jodida radiografía? De lo anterior cabe preguntarse: sí las revisiones médicas que son requeridas para recibir el apoyo de OPORTUNIDADES no solucionan los problemas de salud, pues para que existen ¿no?, y ya que existen, ¿por no hay una adecuada transversalidad de los programas sociales que efectivamente procuren la salud sin necesidad de recurrir, cuando esto es posible, a un médico particular? en este caso con el SEGURO POPULAR. Así que no deja de ser insultante tanta publicidad del gobierno federal acerca de la supuesta eficiencia tanto en la calidad de la atención como de la tecnología utilizada en los programas de salud. Por cierto la radiografía fue pagada del peculio propio del paciente.


La segunda experiencia hace alusión al grave problema de desempleo que se está presentando a nivel nacional y la promoción cínica del gobierno federal por tratar de vender la idea contraria, hecho que todos los panistas de todos los rincones de México intentan capitalizar en este año electoral.

Casi a finales del mes de febrero en un evento público, el ejecutivo federal dio a conocer que durante los primeros cuarenta y cinco días de este año, se habían creado cuarenta y cinco mil empleos, enfatizó el hecho de que tantos empleos creados en mes y medio no tenía precedente en México. No cabe duda que vivir “enchurrado” favorece la ya de por si posición obcecada de parte del ejecutivo. Está totalmente fuera de toda realidad asegurar, defender y vender tales disparates cuando existen más de cinco millones de personas en su mayoría jóvenes, buscando empleo sin éxito; los que si están generando empleo en México son las organizaciones que el gobierno llama “delincuencia”.

Hace unos días y dentro del ejercicio académico, platicaba con mis alumnos y muchos de ellos plantean la inquietud de convertirse en empresarios, formar su propio negocio y ser generadores de empleo muy a pesar de las difíciles condiciones económicas y de las trabas burocráticas a las que se tendrán que enfrentar; sin embargo hubo una opinión de uno ellos que llamó poderosamente mi atención. Este alumno en uso de su libre albedrío y expresión, dijo, palabras más palabras menos que: “sí en la búsqueda de empleo no logra incorporarse a uno de manera rápida, y si alguien fuera de la ley le hiciera un ofrecimiento para incorporarse a las filas de éstos, y pensando en una situación en la que su familia no tuviera ni siquiera para el sustento diario, sin pensar y sin titubear , aceptaría la oferta, pues es preferible en todos los casos, el bienestar de su familia a costa de lo que sea”.


Es totalmente inverosímil que esa sea la realidad a la millones de jóvenes mexicanos estén condenados en los próximos años, en los que al propósito, una mayor proporción de la población serán jóvenes en edades económicamente productivas, que en el mejor de los casos pasaran a formar parte del subempleo en una economía no formal, que a su vez ni siquiera les garantizará una pensión para su vejez, y una vez pasados los años ésta proporción mayoritaria de jóvenes serán entonces ancianos. Imaginemos pues ahora el problema del desempleo en una sociedad mexicana envejecida: ancianos sin posibilidad de empleo por cuestiones propias de su edad y en condiciones paupérrimas por la falta de pensiones producto de la vida laboral fuera de la economía “formal”.

Por cierto, hace unos días, a finales de diciembre del año que acaba de pasar y gracias a la facilidad de lo que llaman “redes sociales”, hice el ejercicio de intentar ponerme en contacto con un miembro activo del Albiazul estatal - para no exhibirlo sólo diré que es de estas familiar cuyo apellido comienza con “Y”- y que al propósito, compartimos la formación universitaria, en la cual no dejaba mucho sino bastante que desear, pero que por su apellido y posición goza de un buen puesto en este grupo político.

Por medio de estas redes le comenté la posibilidad de plantearle un proyecto, para lo cual me proporcionó no solo su dirección de correo electrónico sino también su número de teléfono personal, sin embargo al solicitarle la posibilidad de incorporarme como empleado a su equipo de trabajo, cortó de tajo la comunicación, y hasta el día de hoy no he recibido respuesta alguna.


Seguro estoy que si mi propuesta hubiera sido la de reclutar gente para sus votaciones internas o para hacer proselitismo para las próximas elecciones, la respuesta habría sido diametralmente opuesta.

Es por todo lo anterior que, estimable lector, le invito a no creer todo lo que se nos dice, independientemente del partido que sea, seamos una población informada pero no manipulable, pues es tiempo de adquirir nuestra mayoría de edad como ciudadanos. Será recurrente que en estos días y semanas toquen a su puerta para pedir el apoyo a tal o cual candidato, y es menester estar informados para no creer lo que estos grupos venden, pues finalmente ellos son “felinos domésticos” entrenados y pagados para vender mentiras que por cierto ni ellos mismos se creen; nosotros los ciudadanos tenemos la obligación moral de ser críticos y no perder de vista que una mentira reiterada por parte de estas asociaciones políticas, puede llegar a ser concebida como una verdad, una verdad <<ad hoc>> a ciertos grupos de interés económico y político que enferman al país. Sin embargo considero amigo lector que: NO ES UNA MEDIDA SALUDABLE, ADAPTARNOS A UNA SOCIEDAD ENFERMA.