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Columnas y artículos de opinión
Guerra de encuestadores
Angel Lara Platas
6 de marzo de 2012
alcalorpolitico.com
Este periodo de sepulcral silencio electoral, ampliamente conocido como de la veda electoral, que según los legalistas es una mera ocurrencia de los franquiciatarios domiciliados en el IFE -por aquello de que resulta atentatorio contra la libre expresión y manifestación de las ideas-; pudiera ser traje a la medida para quien tiene la bendición de quien desde Los Pinos mueve los hilos del país.

Sin embargo, claramente se puede apreciar que el silencio electoral a unos los roza y a otros les da voz.

Derivado de la ola de cuestionamientos por los sorpresivos datos que arrojó la encuesta de Lauro Mercado, director de la desconocida casa encuestadora MERCAEI, y que el Presidente presentó como propias ante más de setecientos consejeros de Banamex; los comunicadores, como pelotones tras la palabra perdida, se han dado a la tarea de perseguir a los encuestadores para que expliquen, de manera convincente, las discrepancias en los resultados del trabajo de investigación que realizan. Y hasta los han hecho hablar de más.


Los encuestólogos, en un ambiente de confrontación metodológica, han cambiado su reluciente papel de intérpretes de la opinión ciudadana, a un cohibido grupo que tiene que explicar, en el banquillo de la crítica enjuiciatoria, el verdadero origen de esa cuasi virtud celestial que los prestigia como los adivinadores del futuro de aquellos que quieren fama, fortuna y poder.

En las entrevistas radiofónicas, los conductores se han dado vuelo con preguntas de filo punzo cortante. Pero a pesar de la incomodidad de las forzadas respuestas, los encuestadores han preferido contestar que ponerse del lado del criticado silencio.

La respuesta que resultó un verdadero pasmo para los radio escuchas fue la que, casi a coro, respondieron afirmando que las encuestas sí están hechas a modo del cliente. Que la idea de ellos es dejar satisfecho al contratante. Como dando a entender que el que paga manda.


También aceptaron que para favorecer la vanidad del patrón, “juegan” cuidadosamente con los márgenes que permiten las respectivas metodologías, con la firme intención de dejar satisfecho al cliente, pero sin hacer evidente la intención.

Como domingo en la Catedral, los dueños de la fama de las gráficas y los porcentajes también confesaron –más para salir al paso de las críticas que para exhibir las entrañas de su metodología-, que sus encuestas son una visión más de historia que de futuro. Y como para curarse un poco en salud, manifestaron que “la mejor encuesta será la del primero de julio, día de las votaciones”.

Lo cierto es que el asunto de las encuestas se ha convertido en algo místico, mágico y hasta con un poco de brujería.


Aparte de que las entrevistas con los reconocidos encuestólogos inician el primer viernes de marzo (fecha significativa en el tema de la hechicería); con preocupación se puede observar que la decisión del país está quedando en manos de las encuestas, como si se tratara de un hechizo nacional.

Tan atrayentes son los resultados de las encuestas, que ni el propio Presidente de la República pudo abstraerse al embrujo de estos sondeos de opinión pública. Ni tardo ni perezoso se mandó hacer la suya, nada más que con números más esperanzadores. Claro, al licenciado Calderón se le pasó un poquito la mano, o mejor dicho, la gráfica. Y ya metidos de lleno en lo mágico y misterioso, que empata a Josefina Vázquez Mota con el puntero Enrique Peña Nieto.

No cabe la menor duda que lo que hizo Calderón ante los banqueros, estuvo pensado y correctamente analizado. Lo que no queda claro es cuál de las dos frases fue su fuente de inspiración, si “Caballo que alcanza gana” o “El que se mueve no sale en la foto”. La primera, de corte popular, para dar el mensaje de que Josefina con su apoyo puede alcanzar y ganar; y la segunda, acuñada por Don Fidel Velázquez, en clara referencia a Andrés Manuel López Obrador, con el mensaje de que está tan rezagado que en la foto no saldrá.


Las discrepancias en los resultados de las diferentes encuestas que se realizaron durante el mes de febrero del año que transcurre, y las declaraciones de los encuestadores que fueron entrevistados, han motivado comentarios de algunos analistas en cuanto a que algo debe hacer la Asociación Mexicana de Agencias de Investigación, para que no se pierda el propósito principal de las encuestas, que incluye, por supuesto, la credibilidad de los propios ciudadanos.

Coinciden en que se tendrá que revisar la parte científica de los procedimientos de investigación. Recomiendan que fuera oportuna la aplicación de métodos de autorregulación y transparencia, sin descartar lo que concierne a los aspectos de la ética profesional, ahora en tela de la duda.

Lo que era una de las principales herramientas para la toma de decisiones políticas, las encuestas, pase a ser tan solo una mera fotografía “del momento”, para adornar una de las paredes de la casa de quien las manda a hacer.


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