icono menu responsive
Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
La transparencia en el primer mundo
Arturo Reyes Isidoro
21 de marzo de 2012
alcalorpolitico.com
Con el encabezado o título “La revolución de cristal de Obama”, el diario español EL PAIS publicó en su edición del domingo pasado un amplio artículo en el que informa y analiza cómo la Casa Blanca ha dado un enorme impulso a la transparencia a tal grado que los ciudadanos pueden conocer hasta qué personas visitan al presidente y cuáles son sus donaciones electorales.
 
Acostumbrados como estamos en México a la opacidad, el trabajo periodístico publicado debiera ser lectura obligatoria de nuestros políticos y legisladores y hasta me atrevería a proponer que un día cualquiera se leyera completo en la tribuna del Congreso local, que aunque no modificaría el statu quo en materia de transparencia en el estado, por lo menos haría reflexionar a quienes están encargados de proponer o modificar leyes porque, ya lo he comentado en otras ocasiones, la Ley 848 de Transparencia y Acceso a la Información Pública para el Estado de Veracruz fue hecha precisamente para no informar, para ocultar datos, cifras, detalles del Gobierno del Estado pretextando que es información reservada.
 
Firmado por Cristina F. Pereda, el artículo inicia diciendo que todo comenzó con una promesa electoral: Obama se presentó a los comicios de 2008 como el candidato que revolucionaría el Gobierno abriéndolo a los ciudadanos y apostó por la filosofía que entiende la democracia como acceso igualitario a la información y disponibilidad de herramientas de control sobre responsables política. Prometió transparencia, es decir, datos, cifras, detalles, y ha cumplido casi de inmediato, no como nuestros candidatos que prometen y nunca cumplen.
 
En el trabajo del diario español se apunta que la promesa del ahora presidente no era fácil de cumplir, pero la Casa Blanca tardó apenas cuatro meses en lanzar data.gov, un portal con 250,000 bases de datos con información del Gobierno, información que va desde presupuestos estatales hasta lo que invierte Estados Unidos en ayuda exterior, el coste del programa de comedor en las escuelas públicas de todo el país o un historial de estadísticas sobre pacientes de cáncer.
 
Se apunta que durante los primeros tres años del gobierno de Obama se temió que todo se quedara en un gesto simbólico, ya que todos los datos eran públicos anteriormente y la única novedad radicaba en ponerlos todos juntos en el mismo portal al alcance de cualquier ciudadano, pero tres años después el Gobierno ha revelado un conjunto de datos que hasta ahora eran secretos: los historiales de viajes y visitas a la Casa Blanca.
 
Ahora, la Oficina de Información del presidente recopila desde hace días, en Ethics.gov, hasta siete bases de datos gubernamentales, de tal modo que los ciudadanos pueden averiguar los nombres de todas las personas que se han reunido con un miembro de la Administración, y, por primera vez en la historia, la página, que enlaza las bases de datos entre sí, permite relacionar las identidades con cifras de donaciones privadas a campañas electorales, contribuciones y grupos de influencia, hasta denuncias por violaciones éticas.
 
 
El jefe de información del gobierno norteamericano, Vivek Kundra, durante el lanzamiento del portal data.gov dijo que al poner la mayor cantidad de información posible al alcance de los ciudadanos, el Gobierno ha empezado a reconocer “que no tiene un monopolio ni sobre las mejores ideas ni sobre las soluciones a nuestros principales problemas”. Se explica que se trata de una revolución liderada por ingenieros informáticos cuya misión radica en poner la información en manos de los ciudadanos y dejar que éstos la utilicen para controlar al poder. Por ejemplo, una solicitud que reciba más de 25 mil firmas de ciudadanos tiene garantizada una respuesta por parte del Gobierno.
 
Pero lo interesante también es que los legisladores, la Cámara de Representantes sigue el ejemplo acercando la actividad legislativa a los ciudadanos con ayuda de Facebook, publicando todos los proyectos de ley, con sus correspondientes modificaciones conectadas a los perfiles públicos de los políticos, bajo la filosofía de que el Parlamento sólo puede servir a los ciudadanos si éstos están informados y si los legisladores se informan constantemente.
 
Pero eso es en el primer mundo. En una verdadera democracia. Y habla bien de Obama que entienda que el Gobierno no tiene el monopolio ni sobre las mejores ideas ni sobras las soluciones a sus principales problemas, lo que es válido para cualquier gobierno incluidos el federal de México y el estatal de Veracruz, aunque acá los datos relevantes que debiéramos conocer los ciudadanos se nos ocultan al amparo de la propia Ley de Transparencia que permite el pretexto de que hay información que no se puede proporcionar porque es reservada, lo que genera desconfianza y falta de credibilidad de los ciudadanos en sus autoridades.
 
De los hombres en el poder no podemos esperar que algún día actuarán con verdadera transparencia, pero los ciudadanos y quienes ejercemos el periodismo y hacemos opinión pública tenemos que hacer de ese tema una lucha permanente si queremos aspirar y alcanzar otros niveles de desarrollo y de democracia, lo que finalmente redundaría en la buena salud de los intereses ciudadanos.
 
Extraña ausencia
 
Llama la atención que el gobernador Javier Duarte de Ochoa, como jefe político del priismo veracruzano, no acudió anoche al consejo político en el que rindieron protesta los candidatos de su partido tanto a senadores como a diputados federales. Hasta el sexenio anterior era costumbre que un acto de ese tipo fuera relevante y acudiera el Gobernador del Estado. Lógicamente, sus razones tendría y cada mandatario tiene su propio estilo de hacer política.
 
En la foto del acto que distribuyó anoche el PRI busqué y no vi a la diputada local Anabel Ponce Calderón, a quien hasta lo último algunos medios la manejaron como candidata suplente a senadora. Lo cierto es que la política huasteca desde un principio tuvo claro que ella no entraría en ninguna fórmula ni seria tampoco candidata a diputada federal por el distrito de Pánuco. Desde un principio la llamaron, hablaron con ella y no se dieron las condiciones para que participara, pero tampoco ella tuvo el mayor interés en insistir en buscar una nueva posición que le hubiera implicado una fuerte erogación económica, de varios ceros, que hoy una campaña política cuesta millones.