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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
Fidel-Yunes, la campaña de 2010
Arturo Reyes Isidoro
22 de marzo de 2012
alcalorpolitico.com
Polvos de aquellos lodos, pero, no obstante, tema de mucha actualidad, en especial por el momento político que se vive, en la antevíspera de que se inicien formalmente las campañas electorales –dentro de diez días–, que habrán de renovar el Ejecutivo federal y el Legislativo del Congreso de la Unión.
 
La sentencia es definitoria y contundente: después de la elección de Veracruz (la de 2010 que renovó la gubernatura del estado que ganó Javier Duarte de Ochoa), se podría afirmar que en México todo se vale para ganar una elección. Esto lo dicen dos gurús, dos expertos, dos consultores que estuvieron en el centro mismo de la batalla, José Adolfo Ibinarriaga y Roberto Trad Hasbun, en un libro convertido en un best seller (en las librerías Gandhi de la Ciudad de México y de Puebla observé el pasado fin de semana cómo se está vendiendo, como pan caliente): El arte de la guerra electoral.
 
Con el subtítulo de: Guía esencial para entender cómo funciona una campaña política, Ibinarriaga, socio fundador y director de la empresa de consultoría política Cuarto de Guerra SC, junto con su socio Trad Hasbun, decidieron publicar un manual a manera de guía, precisa y detallada, que indica cómo se deben hacer las cosas en una campaña política, texto que, como indica el prologuista, Rubén Aguilar Valenzuela, tiene tres grandes méritos: el estudio sobre el tema, la experiencia de campo y la reflexión crítica de esa experiencia. Es una obra en un lenguaje lo más sencillo posible que se lee en una sentada.
 
Pero aparte del interés general que suscita el tema, a mí me llamó la atención en especial porque tiene un apartado dedicado a un asunto de interés para los veracruzanos: el papel que jugaron en la campaña electoral de 2010 Fidel Herrera Beltrán y, sobre todo, Miguel Ángel Yunes Linares. Lo que dicen Ibinarriaga y Trad Hasbun cobra especial relevancia porque desvelan la estrategia que siguió Yunes, con detalles hasta ahora desconocidos, y cómo no los iban a saber si ellos fueron sus asesores (han diseñado y operado campañas electorales en México, Centroamérica y Sudamérica).
 
De la lectura quedan claras varias cosas. Por ejemplo, que tenía razón el entonces gobernador Fidel Herrera Beltrán cuando se defendía diciendo que aquel escándalo mediático que le armaron sobre unas grabaciones en las que se jactaba de “estar en plenitud del pinche poder” y que ordenaba a los funcionarios de su gobierno a utilizar recursos públicos con fines electorales para beneficiar a los candidatos del PRI, era parte de una campaña en su contra del Gobierno federal, del PAN y del candidato Yunes Linares.
 
Los autores del libro y asesores de Miguel Ángel califican esa embestida contra el político de Nopaltepec como “El último momento imborrable de la campaña” que armaron para tratar de llevar al choleño a la gubernatura. Y es que, según lo señalan, el verdadero enemigo a vencer, quien pesaba políticamente, era Fidel, e incluso por eso como estrategia rehuyeron un enfrentamiento entre su candidato y Herrera Beltrán.
 
Explican que tanto una investigación de campo tanto cuantitativa como cualitativamente les hizo concluir muy claramente que “los electores distinguían la alta aprobación de Fidel Herrera frente a un candidato, Javier Duarte, que no tenía ni la trayectoria ni la experiencia ni la capacidad del gobernador. Los electores aprobaban al gobernador, pero esa aprobación no se heredaba a su candidato”.
 
Por eso, agregan, la estrategia “que acordamos fue que toda nuestra comunicación debería contrastar capacidad y experiencia entre Miguel Ángel Yunes versus Javier Duarte, así como recordar a los electores lo que ya sabían: que Javier Duarte no era Fidel Herrera (ni tenía su capacidad ni su experiencia)”.
 
Para ellos fue relevante, revelan, no meter en la contienda al entonces gobernador, a pesar de que existía una animadversión histórica y una larga competencia personal entre Yunes y él. “Los lineamientos estratégicos de campaña especificaban, de forma clara, que sería ganadora una campaña que estableciera un plebiscito entre Yunes y Duarte, pero que no sería ganadora una campaña de marcas entre el PAN y el PRI, ni entre candidato y marcas –es decir, de Yunes contra el PAN–. Sin embargo, el área de mayor peligro en la campaña era una contienda de Yunes contra Herrera; en principio porque este último no estaba en la boleta electoral; en segundo lugar, la evaluación ciudadana de Herrera era muy alta, y en tercer lugar, por el factor personal de la confrontación que existía entre ambos personajes”.
 
Abundan en detalles y en explicaciones y, basados en lo anterior: “Aterrizamos la estrategia en la publicidad, con el slogan ‘Yo me encargo’, que cruzaba los atributos de Yunes con la estrategia: capacidad y experiencia”. Todo eso por lo que hace al papel crucial que jugó Fidel Herrera Beltrán en la campaña y en la contienda, el peso específico que tuvo, lo que hace pensar y concluir que fue determinante para el triunfo del PRI y de su candidato, y que si no hubiera sido por él, el Gobierno del Estado estaría hoy en manos panistas (de poco más de 2 millones y medio de ciudadanos que fueron a votar, la diferencia fue apenas de 79 mil votos), concretamente de Miguel Ángel Yunes Linares, un político con toda la experiencia, batallador, que, a juicio de sus asesores, ganó la campaña pero perdió la elección. En parte por algunos errores que cometió, que los explican, de lo que ya nos ocuparemos mañana.
 
Pipo, patalea
 
Mientras, Alejandro Pipo Vázquez Cuevas no se da por muerto. Patalea y este jueves, a la una de la tarde, en un restaurante del centro, bajo el grito de guerra “No desistiremos” saldrá a fijar su postura ante la prensa luego de que la Comisión Nacional de Elecciones del PAN anuló la elección en la que resultó triunfador Fernando Yunes Márquez pero enseguida lo designó su candidato oficial al Senado por el estado de Veracruz. En el “No desistiremos” incluye a su aliado de lucha y de dolor (por la pérdida de las candidaturas) Julen Rementería del Puerto, pero también a correligionarias suyas como Alba Leonila Méndez Herrera, aguerrida activista blanquiazul de la región de Martínez de la Torres, así como a Gloria Olivares Pérez, secretaria de Promoción Política de la Mujer en Xalapa, quienes en solidaridad con sus compañeros no aceptaron encabezar la segunda fórmula, en franca rebeldía contra el Comité Nacional de su partido, pero también, de paso, del propio presidente Felipe Calderón y de la candidata presidencial Josefina Vázquez Mota.
 
De todos modos, Julen Rementería del Puerto dará también conferencia de prensa, por la mañana de este jueves, en la ciudad de Veracruz, aunque ya adelantó anoche que no se irá del PAN, tenga o no candidatura.