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Columnas y artículos de opinión
Economía y sociedad
El gasto público y el desarrollo económico
Hilario Barcelata Chávez
2 de abril de 2012
alcalorpolitico.com
La intervención del Estado en la economía en México ha tenido una enorme influencia sobre el desarrollo nacional en general y sobre la dinámica económica y el bienestar social en particular. Al mismo tiempo, la falta de esta presencia, ha debilitado de manera dramática la capacidad del país para alcanzar un crecimiento económico de largo plazo y para mejorar sistemática y continuamente las condiciones de vida material de la población.
 
La crisis de la economía mexicana en 1982 propició una gran reforma económica que se manifestó primordialmente en la reformulación teórica y práctica de las finanzas públicas. Este cambio se refleja en la tendencia de largo plazo del gasto público, el cual creció un 2,422% en términos reales de 1959 a 1982; a una tasa promedio anual de 15.1%. A partir de ese año, esta tendencia expansiva cambia mostrando una profunda caída, con un ritmo y en una magnitud tal que de 1983 a 2007 apenas mostró un incremento de 23.6%, a una tasa media anual de 0.9%.
 
Esta contración fiscal se muestra también en la tendencia que sigue el gasto público como proporción del PIB, observándose que, mientras en 1959 representaba el 10.1%, en 1982 alcanzó un valor de 42.2. A partir de ese momento se reduce hasta llegar a un 25.6% en 2007.

De igual modo se puede observar que el gasto total por persona creció en un 1,128.5% en el primer período, a una tasa media anual de 11.5%. En cambio, en el segundo se redujo en un 18% a una tasa media anual de -0.8%. Lo anterior es indicativo, en el primer período, de una mejor respuesta del gasto al crecimiento de las necesidades de una sociedad en expansión. En contraste, en el segundo período, debe entenderse como una amplia reducción de esa capacidad.

La expansión del gasto público de 1959 a 1982 impulsó un vigoroso proceso de crecimiento económico que se manifestó en un aumento del PIB de 317%; lo cual corresponde a una tasa media anual de 6.4%. En cambio en el período 1983-2007 el PIB apenas creció apenas un 93%, esto es, una variación media anual de 2.8%. Asimismo el PIB per cápita durante el primer período registró un crecimiento de 103%, estos es 3.1% promedio anual. En contraste, en el segundo, el aumento fue de sólo 28% a una tasa media anual del 1%.
 
Esta reversión del proceso de crecimiento económico y de acumulación de capital se explica precisamente por el menor poder que tiene el gasto público para influir en la dinámica económica. En este sentido vale la pena señalar la correspondencia en las tendencias de las trayectorias del gasto público y el PIB a lo largo de los dos períodos antes referidos; observándose que hasta 1982 las tasas de crecimiento positivas del gasto público estatal acompañan el crecimiento del PIB, de modo que las fluctuaciones en los primeros determinan las del segundo. Para valorar esta relación hay que considerar que el valor del Coeficiente de Regresión del PIB/Gasto Público Total es de R2PIB/GT = 0.9545 en el primer período, es decir, existe una alta correspondencia entre ambas variables, lo cual permite afirmar que la política de gasto expansivo impulso el crecimiento del país. A partir de la gran depresión de 1982, deja de existir esa coincidencia y el valor que alcanza el Coeficiente de regresión PIB/Gasto total R2PIB/GT = 0.1283 lo que evidencia la pérdida de esa relación positiva entre gasto fiscal y crecimiento. El Estado dejó de ser el motor del desarrollo. A partir de ese momento, la reducción de la intervención económica del estado propició un nulo crecimiento y en adelante el crecimiento de la economía nacional será resultado la expansión del sector exportador que en los 90´se vio favorecido con la apertura comercial del país.
 
Como puede verse de manera muy general, la reducción del gasto público y la ausencia del Estado en la economía, debilitaron las bases del crecimiento económico nacional e hicieron más difícil, lenta y mediocre la recuperación. Las nuevas bases sobre las que se cimentó el crecimiento económico a partir de 1983 además de ser incapaces de impulsar el desarrollo industrial masivo, destruyeron cadenas productivas y promovieron un proceso de industrialización selectiva dominado por los grandes grupos económicos, la mayoría transnacionales. El crecimiento se ha vuelto inestable pero sobre todo ha dejado de impulsar el desarrollo nacional. [email protected]