6 de abril de 2012
alcalorpolitico.com
Apenas iniciadas las campañas presidenciales y en general tienen una suspensión obligada por la “semana mayor”. Cuando todavía no quedan suficientemente claras las estrategias, los estilos y sus propuestas los candidatos se van de vacaciones. De lo poco que se ha visto se puede decir que la competencia es entre tres, con el PANAL de relleno, pero que tenderá a ser entre dos, Peña y AMLO, por lo anticipado del siempre previsible derrumbe de la señora Mota.
La campaña va a ser de spots, publicidad, actos de rutina y algo de trabajo territorial. Desde ahora, de inicio, ya se identifican los rasgos principales en el formato de las campañas de los tres principales aspirantes: Peña, es el actor estelar en escenarios light, cuidados y maquillados, con dependencia del “telepronter” dadas sus obvias limitaciones culturales; López Obrador, logra actos masivos basados en su capacidad de convocatoria, se ve natural y es su medio, el problema será lo repetitivo y que caiga en imágenes intranscendentes; la señora Mota, va en caída libre, comete muchos errores y se percibe débil, solo la sostendrán su voto duro y el efecto de la manipulación en los programas sociales. De Quadri, se puede decir muy poco, no aporta nada a la competencia, es el bufón en turno de la dueña de la educación básica en México.
La coalición de intereses que impulsa a Peña, con el emblema del PRI, quiere hacer creer que es inevitable su acceso a la presidencia, que ya ganaron y que solo nos queda rendirnos. Se valen de todo, sobre todo del duopolio televisivo y un consorcio de casas encuestadoras. En esa estrategia quieren mantener a raya a Obrador, su único opositor, colocándolo en una tercera posición. Contra ese un intento, bastante artificial, los últimos sucesos y tendencias indican que AMLO va para arriba, mientras que la señora Mota, retrocede. Lo de Peña es relativo, su verdadera dimensión se verá en los debates y cuando AMLO se le empiece a acercar.
En Veracruz, lo mismo de siempre, el PRI se muestra como un partido en el gobierno, apabulla con una propaganda que llega al insulto. Su evidente derroche lo va a llevar, muy pronto, a rebasar el tope de campaña. El PAN esta desconocido, lleno de conflictos y sin brújula. La coalición de izquierda, un poco por las circunstancias, está trabajando en las campañas, pendiente y cada vez mas lista para afrontar una competencia de verdad.
El caso Xalapa es especial, me toca participar directamente, lo conozco y vivo una experiencia cercana. Veo lo mismo de siempre, al “sistema” en toda su realidad: acarreos, despensas, regalos y duplicidad de los aparatos públicos. Aquí, como supongo en el resto del país, no enfrentamos nombres y siglas, sino al dinero, a los intereses creados y a la manipulación de las necesidades de la gente. No hay ética, otra cosa es lo legal, que funcionarios municipales dejen el cargo para incorporarse a las campañas del PRI; me parece censurable sobre todo en el caso de la directora del DIF, dejando claro que su asistencialismo, ya de por si cuestionable, se explica por intereses electorales; eso es inadmisible en democracia y en una sociedad decente.
La campaña de Xalapa debe incluir los debates, es un buen mecanismo para darle frescura a la competencia, nadie debería pretextar algo para no participar en lo que viene a ser el foro más natural para ver las cualidades verdaderas de los candidatos. En ese sentido, maduro y ciudadano, deberían apuntarse las institucionales educativas, periodísticas, sindicales y empresariales, entre otras, como promotoras. Considero que los empresarios de Xalapa, de los primeros interesados en la gobernabilidad y estabilidad social, tienen que ser plurales e incluyentes, conociendo a todos los candidatos, propiciando diálogos con uno, por separado, o con todos. A Xalapa le hace mucha falta que todos sus habitantes se asuman como auténticos ciudadanos más allá de su labor específica; los empresarios tienen el privilegio, dada su condición económica, de promover una ciudad democrática; por ellos y por todos. Esperemos.
Recadito: López Obrador en Xalapa, 17 de abril, plaza “Leufa
[email protected]
Xalapa Enríquez., Ver a 05 de Abril del 2012
La campaña va a ser de spots, publicidad, actos de rutina y algo de trabajo territorial. Desde ahora, de inicio, ya se identifican los rasgos principales en el formato de las campañas de los tres principales aspirantes: Peña, es el actor estelar en escenarios light, cuidados y maquillados, con dependencia del “telepronter” dadas sus obvias limitaciones culturales; López Obrador, logra actos masivos basados en su capacidad de convocatoria, se ve natural y es su medio, el problema será lo repetitivo y que caiga en imágenes intranscendentes; la señora Mota, va en caída libre, comete muchos errores y se percibe débil, solo la sostendrán su voto duro y el efecto de la manipulación en los programas sociales. De Quadri, se puede decir muy poco, no aporta nada a la competencia, es el bufón en turno de la dueña de la educación básica en México.
La coalición de intereses que impulsa a Peña, con el emblema del PRI, quiere hacer creer que es inevitable su acceso a la presidencia, que ya ganaron y que solo nos queda rendirnos. Se valen de todo, sobre todo del duopolio televisivo y un consorcio de casas encuestadoras. En esa estrategia quieren mantener a raya a Obrador, su único opositor, colocándolo en una tercera posición. Contra ese un intento, bastante artificial, los últimos sucesos y tendencias indican que AMLO va para arriba, mientras que la señora Mota, retrocede. Lo de Peña es relativo, su verdadera dimensión se verá en los debates y cuando AMLO se le empiece a acercar.
En Veracruz, lo mismo de siempre, el PRI se muestra como un partido en el gobierno, apabulla con una propaganda que llega al insulto. Su evidente derroche lo va a llevar, muy pronto, a rebasar el tope de campaña. El PAN esta desconocido, lleno de conflictos y sin brújula. La coalición de izquierda, un poco por las circunstancias, está trabajando en las campañas, pendiente y cada vez mas lista para afrontar una competencia de verdad.
El caso Xalapa es especial, me toca participar directamente, lo conozco y vivo una experiencia cercana. Veo lo mismo de siempre, al “sistema” en toda su realidad: acarreos, despensas, regalos y duplicidad de los aparatos públicos. Aquí, como supongo en el resto del país, no enfrentamos nombres y siglas, sino al dinero, a los intereses creados y a la manipulación de las necesidades de la gente. No hay ética, otra cosa es lo legal, que funcionarios municipales dejen el cargo para incorporarse a las campañas del PRI; me parece censurable sobre todo en el caso de la directora del DIF, dejando claro que su asistencialismo, ya de por si cuestionable, se explica por intereses electorales; eso es inadmisible en democracia y en una sociedad decente.
La campaña de Xalapa debe incluir los debates, es un buen mecanismo para darle frescura a la competencia, nadie debería pretextar algo para no participar en lo que viene a ser el foro más natural para ver las cualidades verdaderas de los candidatos. En ese sentido, maduro y ciudadano, deberían apuntarse las institucionales educativas, periodísticas, sindicales y empresariales, entre otras, como promotoras. Considero que los empresarios de Xalapa, de los primeros interesados en la gobernabilidad y estabilidad social, tienen que ser plurales e incluyentes, conociendo a todos los candidatos, propiciando diálogos con uno, por separado, o con todos. A Xalapa le hace mucha falta que todos sus habitantes se asuman como auténticos ciudadanos más allá de su labor específica; los empresarios tienen el privilegio, dada su condición económica, de promover una ciudad democrática; por ellos y por todos. Esperemos.
Recadito: López Obrador en Xalapa, 17 de abril, plaza “Leufa
[email protected]
Xalapa Enríquez., Ver a 05 de Abril del 2012