No cabe duda que el periodo de prohibición de proselitismo de candidatos, que duró alrededor de 35 días, en el cual, el calendario electoral no permitía ningún tipo de promoción de candidatos, quizás, rompieron la inercia de aceptación y consolidación de los personajes políticos que buscan el puesto más importante al que un mexicano aspira: la Presidencia de la República.

En los cuarteles de campaña, de todos los institutos políticos invitados a la fiesta del 01 de julio de 2012, se cocinaron y ajustaron las estrategias para iniciar formalmente el periodo de proselitismo y propaganda de los candidatos y partidos políticos, ahí hubo suficiente tiempo para planear que deben y que no deben de hacer los aspirantes.

El clima político para estas elecciones del 2012, exhibe a una ciudadanía más participativa, que integra a una sociedad urgida de buenos resultados, una ciudadanía agobiada por las necesidades sociales que perturban la tranquilidad de los mexicanos, la inseguridad, mala educación, falta de empleo, los servicios de salud cada día mas caros, pobreza, marginación, falta de oportunidades, pérdida paulatina de suficiencia alimentaria y muchos otros temas que mantienen en la desesperanza a un pueblo que requiere, necesariamente, de las políticas públicas para mantener el relativo bienestar en el que vive.


Este sentimiento, ha hecho que los ciudadanos estén pendientes, quizás, como nunca sobre las actuaciones de los aspirantes a la Presidencia y, desde finales de año han puesto mayor atención a los candidatos y a sus actos.

Las casas encuestadoras siguen manteniendo las preferencias electorales con porcentajes muy ambiguos en la presentación de las tendencias, sin duda, dentro de la sociedad hay un gusto especial por cada uno de los contrincantes, pero la verdad, es que no son el reflejo de los votantes.

Hay datos presentados en las encuestas que ni siquiera se acercan al rigor científico tolerable permitido de la investigación y, por lo tanto, falsean la preferencia real de los cuidadnos por determinado candidato.


Este comentario es parte del escenario político en el que estamos inmersos y que es determinante para que al final del proceso todos los mexicanos que votarán, lo hagan influenciados por el todo del clima político generado de aquí hasta el 1 de julio de este año.

Los candidatos Enrique Peña Nieto, Josefina Vázquez Mota, Andrés Manuel López Obrador y el profe Quadri, iniciaron sus campañas propagandísticas en busca del voto de los mexicanos con una fuerte dosis preferencias a favor y en contra, por supuesto.

Peña Nieto, el líder en el parámetro de las encuestadoras que aún lo mencionan como el candidato con mayor fortaleza en las preferencias a favor, pero, que también ocupa un lugar importantísimo en las preferencias negativas de los votantes desde sus desaguisados errores que desde, la Filu 2011, no ha podido aumentar la preferencia electoral. Por el contrario se ha visto disminuido y las empresas encuestadoras lo han protegido presentando porcentajes en donde el número de indecisos es tomado en cuenta dizque para sacar el porcentaje real, sesgando el resultado.


Sin embargo, su equipo de campaña y el aparato priísta demuestran que pueden mantener al candidato con posibilidades cuidándole muy bien la imagen de una persona sencilla, conocedora de las neuralgias de cada estado y con un discurso, en los spots, de buena intención que no de propuestas contundentes, aceptable.

Josefina Vázquez Mota, la candidata del PAN, la primera mujer abanderada para un puesto tan importante inimaginable que pudiera lograrla además, ha logrado vencer a sus oponentes y abrió una posibilidad de ser una candidata fuerte capaz de obtener el voto de los mexicanos, una mujer que con su espontaneidad, su experiencia como político y sus frescura en los discursos en su precampaña, realmente fue un atractivo que hizo que la ciudadanía volteara los ojos para seguirla, muchos indecisos y simpatizantes, se sintieron atraídos.

Pero, el aparato del PAN inexperto como la mayoría de las veces, metió a la Vázquez Mota, en un acartonado discurso, sombrío, demasiado serio y malo, en los spots, que ha hecho que la simpatía capturada en los últimos meses ponga en riesgo la candidatura porque es mayor la diferencia de Josefina en precampaña que en la campaña actual, riesgo porque puede resultar un decepción para los votantes, finalmente, si la congruencia de la candidata esta en problemas la decisión de los mexicanos estará en problemas.


Y Andrés Manuel López Obrador, ese viejo lobo de mar, cuyos mensajes han sido todavía de bajo perfil apostándole al gusto contestatario de la izquierda y que privilegia la euforia de sus seguidores en mítines mesurados aún, es quizás, el candidato que a estas alturas del partido puede recoger los votos de las decepciones, es decir aquellos que saldrán de los cuidadnos indecisos y de aquellos que aún no deciden por quien votar.

Y el profe Quadri, bueno este no tiene mucho que ofrecer y puede ser beneficiario, por lo menos del gremio, si los líderes magisteriales mandan a votar por él.

Suburbio 1


Si los candidatos no levantan, quedará solo el voto nulo o la propaganda política, es decir, las propuesta que cada partido tenga para abanderar el desempeño de cada candidato en el supuesto que logren la Presidencia de la República, las propuestas son palabras que los candidatos no han logrado convertir en posibilidades de hechos, apenas unos días de campaña, esperemos como avanzan y que proponen que valga el voto.

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