9 de abril de 2012
alcalorpolitico.com
Y mientras continúa la guerra… (¡Dios nos libre o por lo menos no nos agarren como al Tigre de Santa Julia!); digo, perdón, mientras continúa la contienda electoral, más pinole con el dedo, me pregunto, con José Saramago: “¿Cómo podemos ser optimistas en un planeta donde las personas viven tan mal, donde se está destruyendo la naturaleza y donde el imperio dominante es el dinero?”
Me pregunto, también con José Saramago: “Cómo se puede ser optimista cuando todo esto es una extensión de sangre y lágrimas? Ni siquiera vale la pena que nos amenacen con el infierno, porque ya tenemos infierno. El infierno es esto”.
¿Se acuerdan de la película mexicana “El infierno”? Pos como que ya estamos, ¿no?
A propósito, según una encuesta del INEGI, en nuestro país mejora la percepción en seguridad; sin embargo, detectó que la gente tiene mayor desconfianza al caminar sola por la tarde. ¿Nomás por las tardes?
No sé ustedes, pero de acuerdo con un estudio del Centro de Investigación para el Desarrollo, A. C. (CIDAC), “a raíz de la violencia de los últimos 5 años, 55 millones de mexicanos hoy se sienten inseguros. Esa percepción de inseguridad ha provocado un cambio drástico en el actuar cotidiano de personas y empresas. Sin embargo, no todos los delitos logran modificar nuestra conducta, es decir, un robo de celular no es igual de grave que un secuestro y no impacta en la misma medida en nuestra percepción de inseguridad”. Pos sí.
Según este sesudo estudio, “de 33 delitos del catálogo de delitos del fuero común, encontramos que solamente 8 impactan de forma negativa a la percepción de seguridad de los individuos: secuestro, homicidios ocurridos por presunta rivalidad delincuencial, lesiones dolosas con arma blanca, extorsión, robo con y sin violencia a peatón y robo con y sin violencia de vehículo”. ¡Ay, Dios!
¿Y usted a qué más le teme? ¿Al “Coco”? ¿No tene meño de la oscuridad y el perro aullando? Yo la verdad le temo a todo esto y a más; pero sobre todo a la estupidez, la mediocridad, la pendejez, la indiferencia y etcétera, etcétera. Le temo y hasta soy alérgico. Pero bueno, no les confesaré aquí mis fobias y frustraciones, ¿verdad?
Ya vieron la película “Los juegos del hambre”. Cada día nos gusta más la violencia, verla por lo menos, y nos vamos acostumbrando a ella. A propósito de este film, la actriz Jennifer Lawrence en entrevista comentó: “Creo que como humanidad nos estamos volviendo insensibles y estamos en un shock de valores donde nos invade la tragedia; usamos el dolor ajeno como entretenimiento, vemos cómo se destruyen en la televisión, cómo se acaba con millones de vidas ante nuestros ojos”.
Y en esas estamos. El actor Josh Hutcherson expresó: “La película y los libros hablan sobre el control de la población, la pobreza, el hambre, y también la cultura de la violencia…” Y agregó: “Te hace pensar en cómo a los seres humanos nos gusta, tristemente, ver a la gente sufrir. Por eso está este reality, donde la gente muere, y es entretenimiento”.
Qué chido, ¿no? ¿Y así nos quejamos de tanta violencia? Con razón Saramago dijo: “Ya no cambiaré de opinión, ni me queda tiempo en la vida para cambiarla: el ser humano no tiene remedio”. Pero él mismo escribió: “Mi mirada es pesimista, pero ésta es la que quiere cambiar el mundo”.
Ahí se ven.
De cinismo y anexas
Por cierto, Saramago dice que los políticos siempre tienen que decir que van a hacer más de lo que luego hacen, “a veces, los primeros que se sorprenden de esto son ellos mismos. Porque al final no pueden hacer aquello que les gustaría haber hecho”.
Hasta la próxima
[email protected]
Me pregunto, también con José Saramago: “Cómo se puede ser optimista cuando todo esto es una extensión de sangre y lágrimas? Ni siquiera vale la pena que nos amenacen con el infierno, porque ya tenemos infierno. El infierno es esto”.
¿Se acuerdan de la película mexicana “El infierno”? Pos como que ya estamos, ¿no?
A propósito, según una encuesta del INEGI, en nuestro país mejora la percepción en seguridad; sin embargo, detectó que la gente tiene mayor desconfianza al caminar sola por la tarde. ¿Nomás por las tardes?
No sé ustedes, pero de acuerdo con un estudio del Centro de Investigación para el Desarrollo, A. C. (CIDAC), “a raíz de la violencia de los últimos 5 años, 55 millones de mexicanos hoy se sienten inseguros. Esa percepción de inseguridad ha provocado un cambio drástico en el actuar cotidiano de personas y empresas. Sin embargo, no todos los delitos logran modificar nuestra conducta, es decir, un robo de celular no es igual de grave que un secuestro y no impacta en la misma medida en nuestra percepción de inseguridad”. Pos sí.
Según este sesudo estudio, “de 33 delitos del catálogo de delitos del fuero común, encontramos que solamente 8 impactan de forma negativa a la percepción de seguridad de los individuos: secuestro, homicidios ocurridos por presunta rivalidad delincuencial, lesiones dolosas con arma blanca, extorsión, robo con y sin violencia a peatón y robo con y sin violencia de vehículo”. ¡Ay, Dios!
¿Y usted a qué más le teme? ¿Al “Coco”? ¿No tene meño de la oscuridad y el perro aullando? Yo la verdad le temo a todo esto y a más; pero sobre todo a la estupidez, la mediocridad, la pendejez, la indiferencia y etcétera, etcétera. Le temo y hasta soy alérgico. Pero bueno, no les confesaré aquí mis fobias y frustraciones, ¿verdad?
Ya vieron la película “Los juegos del hambre”. Cada día nos gusta más la violencia, verla por lo menos, y nos vamos acostumbrando a ella. A propósito de este film, la actriz Jennifer Lawrence en entrevista comentó: “Creo que como humanidad nos estamos volviendo insensibles y estamos en un shock de valores donde nos invade la tragedia; usamos el dolor ajeno como entretenimiento, vemos cómo se destruyen en la televisión, cómo se acaba con millones de vidas ante nuestros ojos”.
Y en esas estamos. El actor Josh Hutcherson expresó: “La película y los libros hablan sobre el control de la población, la pobreza, el hambre, y también la cultura de la violencia…” Y agregó: “Te hace pensar en cómo a los seres humanos nos gusta, tristemente, ver a la gente sufrir. Por eso está este reality, donde la gente muere, y es entretenimiento”.
Qué chido, ¿no? ¿Y así nos quejamos de tanta violencia? Con razón Saramago dijo: “Ya no cambiaré de opinión, ni me queda tiempo en la vida para cambiarla: el ser humano no tiene remedio”. Pero él mismo escribió: “Mi mirada es pesimista, pero ésta es la que quiere cambiar el mundo”.
Ahí se ven.
De cinismo y anexas
Por cierto, Saramago dice que los políticos siempre tienen que decir que van a hacer más de lo que luego hacen, “a veces, los primeros que se sorprenden de esto son ellos mismos. Porque al final no pueden hacer aquello que les gustaría haber hecho”.
Hasta la próxima
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