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Columnas y artículos de opinión
Poza Rica (15a. parte)
Luciano Blanco González
10 de abril de 2012
alcalorpolitico.com
Bloqueo del Convoy Presidencial

El Señor Presidente escuchó turbado la petición de los agitados estudiantes y recibió el pliego petitorio que le entregaban, en el que la Asociación denunciaba la proliferación del vicio y la necesidad de una Secundaria y Preparatoria gratuita para que la juventud de escasos recursos, tuviera la oportunidad de estudiar y superarse, prometiéndoles el Señor Presidente, ya recuperada la tranquilidad y con esa solemnidad propia de su cargo, que iba a estudiar y a resolver las peticiones, despidiéndose de manera cordial del Chihuahua y del Chino Hidalgo,

Éste último hizo la señal de que ya habían sido escuchados y que desalojaran, para que el convoy Presidencial, continuara su recorrido.


Al partir la comitiva, todos los presentes querían saber qué había dicho el Presidente y los comisionados informaban una y otra vez y la muchachada preguntaba y volvía a preguntar, emocionados y esperanzados formando una rueda humana festiva y entusiasta, decíanse unos a otros ya prometió, ahora falta que cumpla, comentaban los escépticos, pero brincaban de gusto, todos estaban contentos, las cosas habían salido mejor de lo que se habían planeado, hacían chascarrillos sobre el miedo, sobre los gritos, sobre los empujones, sobre la represión, sobre los resultados,

Por su parte, los líderes estaban bombos, aún les temblaban las corvas, porque vieron muy molesto al Gobernador y sabían que el Gobernador López Arias, Ex Procurador General de la Republica era mano dura, la represión no se iban a hacer esperar,

También hubo ciudadanos que celebraban la hazaña, porque en el acto del Casino, las autoridades locales informaron al Presidente de la Republica que en esta Ciudad lo había todo, y que en Poza Rica no faltaba nada, ese era el protocolo oficial, no pedir nada para que el mandatario se fuera contento, que nadie lo molestara con peticiones absurdas, aquí no falta nada Señor Presidente, tenemos un Gobernador que nos atiende, mientras que el Gobernador que recibía el reconocimiento, hacia un gesto de modestia.


Por ello, era lógico que el mandatario estatal trinara en contra de sus ineptos colaboradores que lo habían hecho quedar mal, poniendo en riesgo su carrera política, la rabieta fue mayúscula, cómo era posible que hubieses fallado el espionaje y las investigaciones del temible Servicio Secreto, y que no hubiera detectado las estrategias del movimiento estudiantil, ahí estaban las consecuencias.

Para los resultados, hubo un breve silencio, en ese silencio que no sabes qué es lo que va a pasar, en ese ambiente denso, pesado, incierto, en el que se intuye que algo se está preparando, que algo va a suceder.

Y así fue, un buen día, las fuerzas del orden representadas en la Ciudad por Don Leonardo Muñoz que era el Inspector de Policía, acompañado del Servicio Secreto, un Señor Kelly y otro de apellido Perea, llegaron a la casa de Ignacio Morales Lechuga, Ignacio Alvarado Castillo, Arturo Hidalgo Castellanos, Carlo Magno Aróstegui, Efraín Ladrón de Guevara y del Chihuahua, a quienes detuvieron sin cordialidad y sin invitación, simplemente a manera de secuestro los subieron a empujones a un automóvil y los trasladaron de inmediato a Xalapa.


Allá llegaron dándose valor uno con otro, pues el carro iba custodiado por dos patrullas, directamente a Palacio de Gobierno, primero a las oficinas de Seguridad Publica, donde fueron recibidos con atenciones y con burletas, muy machitos verdad, muy valientitos, aquí los vamos a educar, se decían entre sí los policías.

De ahí los trasladaron escoltados a las oficinas del Gobernador, Don Fernando López Arias, quien los recibió en su despacho con un gesto osco, pero con un discurso amable donde les decía que él los entendía perfectamente, porque él, en su juventud también había sido inquieto, rebelde, inconforme, había sido rojillo y admirador en su época de Vicente Lombardo Toledano, pero que siempre fue respetuoso del Gobierno y de las autoridades, que por esa ocasión compartía su inquietud, porque era cierto que Poza Rica estaba lleno de cantinas y que le hacían falta escuelas, que ya tenia dos millones de pesos, uno que le había enviado la Federación y otro de las arcas del Estado, para construir la Preparatoria y que Don Fernando García Barna Rector de la Universidad Veracruzana, estaba de acuerdo en esta obra, solo que no podía construirla y continuar hasta que el patronato entregara el terreno al Gobierno del Estado y que ya estaban viendo eso con el Presidente Municipal.

Don Fernando vestía un traje obscuro y una corbata roja, durante la platica, no dejo de observar a cada uno de los jóvenes y escuchó con paciencia las quejas de lo mal que estábamos, por su parte Nacho a nombre de la Juventud, le agradeció que los escuchara y le manifestó que si la preparatoria se construía, la gratitud de los Pozarricenses iba a ser infinita. Contestando el Gobernador, al momento de estirar la mano para despedirse, tengan la seguridad de que así será, Fernando López Arias, siempre cumple su palabra, exhortándolos a estudiar, señalándoles que ese era el camino del éxito, no se desvíen en politiquerías amen a México y quieran a Veracruz, momento en el que iniciamos entusiasmados el regreso a nuestra querida ciudad llevábamos buenas noticias.


Y si, al poco tiempo…