¿Cómo explicar el fenómeno de la salida masiva de mexicanos a lugares de recreo pese a la violencia que impera en el país? ¿De qué manera analizamos el que, pese a la propaganda negativa que por varios años se ha impuesto en el imaginario popular, unos dos millones de mexicanos se hayan decidido por inundar los destinos de playa de Veracruz? ¿Cómo es posible que no hayan hecho mella en su decisión ni el sambenito de que nuestras playas están contaminadas ni que persiste la violencia del crimen organizado justo ahí donde se respira mejor la brisa marina del Golfo de México?

 

Si eso ocurrió en nuestros litorales, del otro lado de nuestro territorio, en el Océano Pacífico, también asolado por las bandas delictivas con un nivel de sadismo que ni el cine gore ha podido proyectar, se logró una ocupación del 100 por ciento en los hoteles, como en el icónico caso de una ciudad de Acapulco, donde no se han logrado los resultados esperados en el operativo Guerrero Seguro.

 

¿Somos los mexicanos tan audaces o inconscientes como para exponernos junto con nuestras familias a la posibilidad de quedar atrapados en medio del fuego cruzado o víctimas directas de gavillas entrenadas para sacar jugo hasta de las rocas, con tal de disfrutar de un chapuzón en las playas o balnearios?

 

Hace unos años, no había muchos habitantes del Distrito Federal que pudieran jactarse de no haber sufrido algún acto delictivo, desde un atraco callejero hasta el secuestro, y si la suerte había sido benévola, pocos podían decir que no conocían a algún familiar, amigo o compañero de trabajo que no hubiera sido víctima incluso de homicidio.

 

La población estaba aterrorizada, temerosa, era cauta en sus salidas, aprendían técnicas para no ser sorprendidos, y aun así debían ir a trabajar, a socializar con amigos o parejas, a divertirse, pese a la violencia. Eso mismo está ocurriendo en el caso de Veracruz, pese a que, si bien ha disminuido, la violencia aguarda a la vuelta de cualquier esquina del puerto, en cualquier recodo del camino, en circunstancias impensables como manejar a plena luz del día.

 

Como reza el nombre del programa de la periodista Cristina Pacheco: “Aquí nos tocó vivir”. Hace un año, los centros turísticos de Veracruz veían cercana la bancarrota. Imaginaban una situación similar a la de Acapulco, donde ni las moscas se paraban en las mesas vacías de bares y discotecas, y ningún turista pensaba en tenderse tranquilamente a broncearse en sus playas.

 

Veracruz ha triunfado. El turismo se ha fortalecido como una fuente inmejorable de divisas; el gobierno estatal ha hecho su tarea para que los visitantes se sientan atendidos, protegidos, mimados. Este hecho no tiene discusión. En casi todas las playas, pese a que muchos ayuntamientos han sido omisos para cuidar su higiene recogiendo la basura que en algunas se enseñorea, el gobierno estatal ha buscado la manera de mejorar los servicios, ofrecer vigilancia, supervisar la calidad de los alimentos, brindar servicios de auxilio tanto en carreteras como en las playas para disminuir el caso de muertes por inmersión o por accidentes viales.

 

La violencia vive con nosotros, pero no la dejemos dictar nuestros destinos.

 

 

Acostumbrados a lo que están, luciendo sus mejores galas de lo que ha sido producto de la “fidelidad” en Veracruz, un grupo de asaltantes, beneficiarios de la impunidad que reinó en la administración pasada, un grupo de mozalbetes que no garantizan un solo voto en la elección presidencial, se dan vuelo pidiendo dinero en nombre del candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, dizque para organizar sus eventos. Ayer un grupo de campesinos papantecos se entrevistaron con nosotros para poner su queja. Los enviados de Jorge Carvallo Delfín, representante en Veracruz del peñismo, un señor de apellido Cobos y otro Roura, les exigían 200 mil pesos a cambio de conseguirles una entrevista con Enrique Peña. No dudamos de la versión que nos dieron ayer los afligidos campesinos porque pronto saldrá a relucir el número de averiguación previa de la PGR, por el delito de enriquecimiento inexplicable, que tiene el flamante representante de Enrique Peña en Veracruz, el diputado local (con licencia para ser presidente de la Junta de Coordinación Política, más no como diputado local para seguir cobrando como tal), el mexiquense Jorge Cavallo Delfín, quien hoy se siente que políticamente es más fuerte que el propio gobernador Javier Duarte de Ochoa.

 

 

No tardó mucho el Partido de la Revolución Democrática en evidenciar rupturas propias de la temporada; si de por sí se madrean a cada rato entre ellos, con el proceso electoral donde no levantan ni con rayos de bicicleta, peor. Literalmente se les ha acabado el amor.

 

Y es que en voz de la candidata del Sol Azteca al Senado de la República, Margarita Guillaumín Romero, los actuales senadores por Veracruz, Dante Delgado Rannauro y Arturo Hérviz Reyes, por cierto correligionario de la ex diputada local, “no cumplieron la tarea legislativa como debe ser; les faltó más compromiso social con Veracruz”.

 

Lo curioso, sin embargo, es que a escasos 80 días de que se celebren las elecciones, doña Margarita haya descubierto el hilo negro y durante los seis años que duraron en sus cargos no haya tocado ni con el pétalo de una rosa a Dante Delgado y a Arturo Hérviz, cuando su obligación como legisladora y representante de la izquierda era haber exigido resultados desde el primer día en que fueron elegidos como senadores en el 2006.

 

Qué caso tiene ahora, a meses de que se renueve el Congreso de la Unión, evidenciar la holgazanería de ambos legisladores si finalmente ya preparan maletas para abandonar la Cámara de Senadores.

 

Por cierto, ya que doña Margarita ejerce actualmente su función de contralora social, sería de enorme utilidad conocer cuál es su postura respecto a los cientos de defraudados por el proyecto Sofom de casas que supuestamente eran gestionadas por Arturo Hérviz ante la Comunidad Europea.

 

 

Como es nuestra costumbre, damos voz a nuestros lectores: “He leído su artículo “Que regresen los 25 millones” (incluido en la parte inferior) y me llamo mucho la atención. Para aclarar, soy esencialmente apartidista, solo quiero un México mejor, con líderes reales, comprometidos, visionarios, honestos…

 

Igualmente necesitamos periodistas valientes, honestos, objetivos…

 

No como periodista, como ciudadano, que usted crea que esos 25 millones en efectivo realmente eran fondos para pagar legalmente proveedores del gobierno es simplemente increíble. Incluso al decepcionante Tomas Ruiz, otrora altamente capaz funcionario, le debe costar trabajo salir y asegurar que ese es un movimiento perfectamente legal y regular….

 

Con la gente que lo he hablado, ciudadanos comunes que hemos reído hasta el cansancio por tanta torpeza al ejecutar el traslado del dinero y luego justificar lo injustificable con todos los medios al alcance del gobierno estatal, se nos han ocurrido sinnúmero de argumentos de porqué la historia del Gobierno de Veracruz es inverosímil, algunos muy simples y que a nuestro entender, a cualquier persona sensata se le podrían ocurrir; por eso llama tanto la atención que haya quien crea tan ridícula historia,

 

Algunos argumentos muy simples,

 

Si realmente los 25 millones fueran para proveedores, ¿usted cree que aceptarían millones de pesos en efectivo? Tomas Ruiz probablemente recuerde, si no es que aparte de lo que ya ha perdido, haya extraviado hasta la memoria, que los depósitos en efectivo no solamente generan un impuesto definitivo sino que por depósitos de tales cantidades, los proveedores serian inmediatamente sujetos a investigación de las autoridades.

 

Existe la posibilidad de que ingenuamente me responda que los proveedores iban a pagar todo en efectivo. En algún lugar también Tomas Ruiz debe recordar que hay requisitos para la deducibilidad, normalmente las empresas y gobiernos que usan dinero legalmente emitimos unos documentos que Tomas Ruiz y los funcionarios del gobierno probablemente recuerden también, se llaman cheques, y deben ser nominativos. Estos requisitos aplican también para todos los contribuyentes,

 

Sabe como paga el Gobierno estatal regularmente? No recuerdo que a los proveedores, muchos de ellos sin pago desde hace meses, les envíen un jet privado con “personal” de finanzas a pagarles,

 

Lo que me gustaría es que al detectar el dinero en efectivo hubieran solo seguido a los “funcionarios” del gobierno estatal para conocer el real destino y lograr flagrancia. Lo que me gustaría es que no hubiera esa corrupción y cinismo que corroe a nuestro país. Me gustaría que pudieran proceder contra los responsables…me gustaría que pudiéramos todos reconocer las cosas como son y no escuchar y leer tantas mentiras, tan absurdamente sostenidas,

 

Qué pena Sr. Rossete….

 

 

¿Cabeza de lata?... Ya lo que sea.