icono menu responsive
Columnas y artículos de opinión
¿Y si Mouriño no hubiera muerto?
Helí Herrera Hernández
16 de abril de 2012
alcalorpolitico.com
[email protected]
Twitter:HELIHERRERA. Es

La campaña electoral de doña Josefina Vázquez Mota arrancó con el pie izquierdo en lugar de haberlo hecho con el derecho, por decirlo coloquialmente y no por la asimetría política.

Pasada la euforia de la precampaña interna de su partido, donde arrasó a su principal contrincante Ernesto Cordero, la constitucional ha ido de mal en peor a partir de lo sucedido en el estadio azul, que prácticamente marcó su destino.


Error tras error que le han venido costando simpatías que se reflejan en actos desangelados, donde los comensales le recriminan de todo, hasta confesiones de ella desastrosas como las hechas en la Iberoamericana, o las referidas a nuestra máxima casa de estudios, la UNAM, donde confiesa que es “un mounstro”; o sus afinidades y simpatías por la dictadura de Augusto Pinochet, que la han obligado a realizar solo actos prácticamente en salones cerrados, donde avisa que “impulsará el lavado de dinero”, sin contar con la controversia de los pisos firmes donde ella da una cifra, mientras que el presidente Felipe Calderón da otra.

No necesita uno acudir a las encuestas, de suyo amañadas y perversas, para percatarse que la candidata blanquiazul se encuentra en arenas pantanosas que por su desesperación de salir de allí, se hunde cada día más y a dos meses y medio de distancia del primero de julio Andrés Manuel López Obrador ya la emparejó y la empieza a rebasar “por la derecha”, parafraseando al titular del Poder Ejecutivo que hace seis años hizo famosa esa frase.

El anuncio más pegador del Instituto Federal Electoral “te lo dije” parece ser el que permeó las últimas reuniones realizadas, de manera urgente por el Presidente de la República con su partido y principales asesores, y la semana anterior con la propia candidata, donde a decir de alguien que allí estuvo, el principal reclamo ya no fueron todas la pifias de doña Josefina aquí relatadas, sino el spot de radio y televisión donde dice “seré una presidenta con faldas pero eso sí, con muchos pantalones”, dado que el presidente Calderón le mostró consultas de opinión que le ganaron el repudio de miles de mujeres puesto que esa declaración es machista, es reconocer don de mando, de valentía y firmeza.; de aceptar que esos atributos se concentran debajo de la cintura masculina y arriba de las piernas, concitando en la práctica que para ser presidente de México se necesitan genitales y por ende, solo Enrique Peña Nieto o Andrés Manuel López Obrador tienen esos atributos para serlo.


Deduzco que fue el autor de las campañas sucias Antonio Solá el que le orientó a la candidata del PAN hacerlo, convencido que iba acercarla al electorado femenino y ganarse mucho miles de votos con él, pero el muestreo social opinó lo contrario a grado tal, que las féminas que ya habían aceptado votar por ella ahora están variando de opción electoral, y más concretamente a favor del candidato de los partidos Movimiento ciudadano, PT y PRD.

Mejor le hubiera ido, pienso yo, que los spots contuvieran un mensaje afirmando, que todos los presidentes de esta nación han tenido pantalones, y que ni eso les dio el valor, la inteligencia, la capacidad y altura de miras para haber logrado contener la miseria y pobreza, desde que abrazaron el modelo neoliberal Miguel de la Madrid, Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox y el actual mandatario, y la han multiplicado, por lo que “se requería de una mujer con las FALDAS BIEN PUESTAS” para lograrlo.

El problema ahora para el PAN y el Presidente de la República es que su candidata se alejó totalmente de la posibilidad de ganar la elección presidencial porque va en caída libre, y lo más grave es que va colocándose en tercer lugar, salvada de no caer al último porque está la caricatura del candidato de la maestra Elba Esther Gordillo el tal Quadri.


No me cabe la menor duda que a estas alturas de la campaña el ejecutivo federal se estará lamentando del terrible accidente aéreo del 4 de noviembre de 2008, cuando el avión lear jet 45 con matricula XC-VMC que regresaba del estado de San Luis Potosí con el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, se estrellara cerca de la intersección del periférico y Paseo de la Reforma, causándole la muerte al que era su delfín, y seguramente candidato presidencial por su partido.

Otra situación estarían viviendo los panistas de no haber muerto allí el nacido en Madrid España, y que opta por la nacionalidad mexicana cuando decide afiliarse al partido (de) Acción Nacional, de acuerdo a lo estipulado por el artículo 30 sección A, fracción II de la Constitución General de la República, que precisa que “serán mexicanos los nacidos fuera de nuestro territorio, pero de padre o madre mexicana, y que al llegar a la mayoría de edad opten por nuestra nacionalidad”.

Como extraña pues don Felipe a Juan Camilo Mouriño en estos terribles momentos en que observa que la presidencia de la república se la entregará a un candidato distinto a su partido el primero de diciembre de este año.