Viendo la fotografía oficial que se difundió el pasado martes 10 de abril, me pregunté qué estaría pensando, o más bien si cuando alzó la mano para rendir protesta como nuevo Jefe de la Oficina de Programa de Gobierno, Ranulfo Márquez Hernández se acordaría de aquel momento, en 2010, cuando hecho una furia porque no había alcanzado la postulación como candidato a la gubernatura del Estado corrió de su casa a tres jóvenes que habían ido a solicitarle su apoyo político en su calidad de militante pero también de dirigente estatal del PRI.

 

Me hice la pregunta porque su semblante parecía indicar que olvidó por completo que dos de aquellos jóvenes a los que corrió con un “¡Fuera de aquí. Ahí está la puerta (señalándoles con el dedo índice de la mano alzada). Pinches chamaquitos. Vayan a formarse, yo ya hice cola!” ¡eran Javier Duarte de Ochoa y Salvador Manzur Díaz!, Gobernador hoy el primero y presidente el segundo de uno de los municipios más importantes del estado, el de Boca del Río.

 

Y es que el ex presidente estatal del PRI no se disciplinaba, estaba en verdadero plan de rebelión ante la decisión que había tomado su amigo el gobernador Fidel Herrera Beltrán, no obstante que la entonces presidenta del Comité Ejecutivo Nacional, Beatriz Paredes Rangel, ya lo había llamado a México para pedirle que se sumara a la candidatura de Duarte y había dicho que sí, pero cuando regresó a Veracruz persistió en su actitud.

 

En su columna “Línea Caliente” del pasado 14 de abril (“Ranulfo, el eslabón perdido”), el colega Edgar Hernández publicó en sus últimos párrafos: “Luego de su arribo (a la Oficina de Programa de Gobierno) le han querido manejar la especie de que llega a la operación político-electoral para amarrar el triunfo de Peña Nieto y que sin Ranulfo, ‘hombre de vasta experiencia política’ difícilmente se cumplirá el compromiso de los 1.7 millones de votos, y que sin él Erick Lagos Hernández y Jorge Carvallo son nada. Vaya hasta le endilgan que es el único capaz de rescatar el norte veracruzano en manos de la familia Yunes Linares. Ranulfo para sus propagandistas es el Llanero Solitario que salvará a Veracruz, para la realidad política, sin embargo, es el último eslabón de una cadena de favores que se pagan por esa alianza indestructible que tienen Javier y Fidel en donde hay cabida para los buenos, los malos y los feos”.

 

Ante esa insistencia periodística de que vino a operar políticamente, Márquez Hernández ha salido a declarar ya que se limitará a cumplir las funciones que corresponden a la Oficina de Programa de Gobierno. El sábado pasado se “asomó” al acto priista en Tantoyuca, pero nada más. Por la precisión y el deslinde político que hizo el gobernador Javier Duarte de Ochoa en su declaración a Notiver y por la información que se tiene de que habría entrado con calzador a su actual cargo, todo parece indicar que, en efecto, su función se limitará a las que marca la normatividad para la oficina que encabeza. Y que si quiere operar políticamente o intervenir en decisiones que no le correspondan, se irá a la congeladora.

 

Pero su llegada al Palacio de Gobierno no denota más que generosidad de parte del actual Gobernador, quien tenía motivos para haberle cerrado el paso, pero al parecer lo que finalmente lo animó a aceptarlo fue para atender una preocupación del candidato presidencial Enrique Peña Nieto, quien ya no lo quería como delegado priista en Puebla por una serie de señalamientos que los poblanos le hacían en su contra. Así, el futuro del político de Minatitlán, no sería nada halagador.

 

Donde generó una gran confusión y una serie de rumores la declaración del gobernador Javier Duarte de Ochoa al diario Notiver sobre su buena relación con el ex candidato a gobernador Miguel Ángel Yunes Linares fue en el interior de la dirigencia estatal del PAN, donde ayer andaban afanosamente tratando de averiguar si era cierto que Miguel y sus hijos Miguel Ángel y Fernando se habrían reunido ya con el candidato presidencial del PRI Enrique Peña Nieto, pues según ellos tenían informes en ese sentido, y que si no regresan a las filas del tricolor en lo inmediato, por lo pronto habrían acordado trabajar coordinadamente, en especial los tres Yunes, José, Héctor y Fernando, ahora que lleguen al Senado de la República. En la cúpula panista hasta ahora vienen a caer en cuenta por qué ni el papá ni los hijos han enderezado un solo ataque, una sola crítica al Gobierno del Estado, cuando ya había señales de un buen entendimiento desde finales del año pasado, como lo publiqué en “Prosa aprisa” del 8 de diciembre (“Panistas y priistas, tutti contenti) a raíz de un encuentro en Palacio entre el Gobernador y Fernando, quien encabezó entonces a un grupo de alcaldes blanquiazules. En ese entonces, un día antes, el Ejecutivo estatal le dijo: “A nadie conviene vernos divididos. Al contrario, como autoridades tenemos que estar muy unidos, y más ahora en estos tiempos tan complejos”. A su vez, Yunes Márquez “definió el encuentro como una muestra de un gobierno diferente, pues permitirá acuerdos que beneficien a los ayuntamientos ahora que está por iniciarse la discusión y aprobación de la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos 2012 para el Estado de Veracruz”.

 

De lo que ya no tienen duda en el PAN estatal es que el candidato de la segunda fórmula al Senado, Julen Rementería del Puerto, pasó a ser ya un seguro nacido para perder y que mejor le hubiera hecho caso a su mujer cuando le recomendó que ya no se metiera ni aceptara participar si no iba en la primera fórmula.

 

Pero en nuestro sistema político, una declaración del gobernante en turno, en este caso de Javier Duarte de Ochoa, equivale a marcar una línea política a seguir. Por eso resulta interesante saber, luego de lo declarado acerca de su buena relación con el ex candidato panista a gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, qué irán a hacer ahora todos los que en el sexenio pasado se ensañaron con el ex director general del ISSSTE. ¿Para secundar y quedar bien con el actual Ejecutivo ahora sí lo buscarán, le darán la cara, ya no le cortarán la vuelta, ya no lo esquivarán en el café, ya no le pondrán apodos, ya no lo verán como enemigo, ya no lo verán como un demonio, le sonreirán, se le acercarán, lo saludarán, le darán la mano, ya no les importará que los vean juntos y que les tomen fotografías, ahora sí lo invitarán a sus fiestas?