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Columnas y artículos de opinión
Al Pie de la Letra
De la ‘Y’ a los ‘Zetas’
Raymundo Jiménez
20 de abril de 2012
alcalorpolitico.com
Antes de que por segunda vez consecutiva el Tribunal Federal Electoral revocara su candidatura al Senado de la República, el panista Fernando Yunes Márquez, hijo de Miguel Ángel Yunes Linares, andaba retando públicamente a Reynaldo Escobar Pérez, candidato del PRI a diputado federal por el décimo distrito electoral con cabecera en Xalapa, para que ambos se hicieran una prueba antidoping y debatieran sobre los presuntos vínculos del ex secretario de Gobierno y ex procurador de Justicia del estado con un cártel del crimen organizado asentado en Veracruz desde el sexenio fidelista.

Pero ahora, Yunes Márquez ha quedado atrapado en una situación bastante incómoda tras la aprehensión del alcalde panista de Chinameca, Martín Padua Zúñiga, el cual fue detenido por elementos del Ejército Mexicano la noche de este martes 17 en Minatitlán junto con cinco sicarios de “Los Zetas”, entre ellos José Carmen Fragoso Martínez, quien era el jefe de la plaza de este grupo criminal.

Y es que tanto René Messeguer Elizondo, de la dirigencia estatal del PAN, como el propio senador Gustavo Madero, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del blanquiazul, salieron a deslindarse de inmediato del munícipe de Chinameca, al asegurar que Padua Zúñiga no es miembro adherente ni activo de su partido y que en 2010 fue postulado a esa alcaldía del sur de Veracruz como “candidato ciudadano”.


Con este deslinde de ambas dirigencias del PAN, se entiende entonces que la nominación de este alcalde “Zeta” fue responsabilidad de Miguel Ángel Yunes, quien como candidato de Acción Nacional a gobernador en 2010 debió haber palomeado a los candidatos del blanquiazul a las alcaldías que le ayudarían a sumar votos.

Quienes trataron de cerca a Yunes Linares cuando militaba en el PRI, saben que el neopanista de Soledad de Doblado solía ser muy celoso en este tipo de toma de decisiones. Así, al menos, lo demostró cuando como secretario general de Gobierno y luego como presidente del Comité Directivo Estatal del partido tricolor se encargó de los procesos electorales municipales de 1994 y 1997, en los que por sus desatinos el Revolucionario Institucional comenzó a registrar las primeras debacles electorales en Veracruz.

Pero independientemente del caso del alcalde “Zeta” de Chinameca, Miguel Ángel Yunes representa también un pesado lastre para la candidatura de su hijo, pues en un debate como el que demandaba Fernando Yunes a Reynaldo Escobar, el vástago del ex director del ISSSTE llevaría también todas las de perder por los antecedentes sospechosos que arrastra su progenitor desde que en 1995, cuando despachaba como secretario de Gobierno en el régimen del gobernador Patricio Chirinos Calero (1992-1998), vino a radicar y a operar el trasiego de droga en la entidad el capo Albino Quintero Meraz, muy ligado a Joaquín “El Chapo” Guzmán, el cual fue detenido hasta la administración del gobernador Miguel Alemán Velasco, en mayo de 2002, en un operativo del Ejército en el puerto de Veracruz.


El sexenio pasado, la periodista Anabel Hernández realizó en el llamado “Triángulo Dorado” de las borrascosas tierras de la Sierra Madre Occidental una investigación sobre “El Chapo” Guzmán, mucho antes de que este narcotraficante apareciera en la lista de millonarios de la revista “Forbes”.

La autora del libro “Los Señores del Narco” tuvo acceso a un cúmulo de testimonios, expedientes y fotografías que le permitieron reconstruir hechos inéditos que explican las verdaderas razones por las que hace 10 años se desató una guerra entre narcotraficantes que oficialmente en este sexenio ha cobrado la vida de más de 50 mil personas, aunque el alcalde panista de San Pedro Garza García, Nuevo León, Mauricio Fernández, en un documental denominado “El Alcalde” y que será exhibido a partir de agosto próximo, asegura que la cifra real de muertos a causa de la aniquilación entre bandas criminales y el combate del gobierno ascendería a 250 mil.

En su investigación, la periodista obtuvo de primera mano testimonios de policías, militares, funcionarios del gobierno de Estados Unidos, sacerdotes, sicarios y miembros del crimen organizado. A través de esos testimonios y de documentos inéditos revela con nombre y apellido quiénes son los verdaderos señores del narco en México. No sólo los que aparecen en los carteles de la PGR, la DEA y el FBI como los más buscados, sino los otros, los que dan protección a Guzmán Loera y su clan del Cártel de Sinaloa.


Se trata de empresarios, políticos, policías y militares que públicamente se muestran como personas honorables, pero en realidad integran el círculo de poder y complicidad del cártel más poderoso del continente. Entre ellos, el controvertido narcocírculo del equipo más cercano del secretario de Seguridad Pública federal Genaro García Luna.

Anabel Hernández también obtuvo documentos de la CIA y la DEA, desclasificados apenas en la última década, que explican cómo los narcos mexicanos pasaron de ser simples sembradores de mariguana y amapola a sofisticados traficantes de cocaína y drogas sintéticas.

La periodista rescató copias de expedientes eliminados de los archivos de la PGR sobre dos empresarios que guardaban en su hangar los aviones de “El Chapo” Guzmán, Amado Carrillo Fuentes y Héctor “El Güero” Palma a principios de los años 90, los cuales son hoy ilustres dueños de cadenas hoteleras, hospitales y periódicos.


Anabel Hernández se enteró también de otra versión sobre el avionazo en el que murió el 4 de noviembre de 2008 el ex secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño, quien antes de su trágica muerte asistió a Boca del Río a la boda del primogénito de Yunes Linares, el ex alcalde Miguel Ángel Yunes Márquez, actual coordinador estatal de Oportunidades. La periodista afirma que lo de Mouriño no fue un accidente, sino una venganza del narco por acuerdos no cumplidos por el ex diputado federal de Campeche que era perfilado por Calderón para la sucesión presidencial de este año.

Además, a través de los cientos de hojas que integran el expediente de la fuga de Guzmán Loera, se pudo comprobar que “El Chapo” no se “fugó” de Puente Grande en el famoso carrito de lavandería, como el gobierno federal hizo creer a la opinión pública, sino que el poderoso jefe del narcotráfico fue sacado del penal en enero de 2001 vestido de policía por funcionarios públicos del más alto nivel del gobierno de Vicente Fox.

Un personaje clave de todo este entramado fue el comandante Antonio Aguilar Garzón, quien declaró ante el Ministerio Público que era testigo de una historia de complicidad, corrupción y encubrimiento desde la Subsecretaría de Seguridad Pública federal a cargo entonces de Jorge Tello Peón, protector de García Luna, quien en 2001 como director de la Policía Judicial Federal tomó el control de Puente Grande la madrugada del 20 de enero en que se conoció la fuga de El Chapo.


Aguilar Garzón involucró también a Yunes Linares, a quien testimoniales de otros reos señalaron que hacia finales del sexenio del presidente Ernesto Zedillo el aún director general de Prevención y Readaptación Social les habría ofrecido facilidades para fugarse del penal.

El comandante Aguilar murió en un extraño accidente carretero en la carretera México-Cuernavaca, cuando todavía no concluían las investigaciones que sus denuncias despertaron, entre ellas la de que Yunes era uno de los encubridores de los privilegios del “Chapo” Guzmán, Héctor “El Güero” Palma y Arturo “El Texas” Martínez, recluidos en Puente Grande.

A ver cómo logra explicar todo esto su hijo Fernando Yunes cuando tenga que debatir con los otros candidatos al Senado. Para su fortuna, los contendientes del PRI, Pepe y Héctor Yunes, son muy cercanos a su familia.