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Columnas y artículos de opinión
Tierra de Babel
Cruces y flores marchitas
Jorge Arturo Rodríguez
26 de abril de 2012
alcalorpolitico.com
Da tristeza y dolor, pero más coraje y enojo, porque como dicen por ahí, “Los accidentes no nacen, se hacen”, o lo que es lo mismo, estamos sobreviviendo en medio de valemadrismo. Parecería que a nadie le importa prevenir. Una vez acontecido el percance, viene el dolor y el sufrimiento; después, las preguntas: ¿Quién tuvo la culpa? ¿Dios? Posteriormente, hacer como que se tapa el pozo, una vez ahogado el niño. Pero sólo de mientras, en lo que se olvida… Y no pasó nada.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el periodo que va de 2001 al 2010 se han contabilizado 4.3 millones de accidentes de tránsito en todo el país. Esto implica un promedio de poco más de 435 mil incidentes anuales en los que se ven involucrados vehículos de motor: 49.6 percances de tránsito cada hora.

Pero pa’ no irnos lejos, en un interesante artículo de La Jornada Veracruz (21 de abril de 2012), leo: “Una combinación de corruptelas en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), la Policía Federal (PF) División Caminos, la voracidad de las grandes empresas por mover cada vez más carga y abultar sus ganancias, además de la estrechez y mal estado de las carreteras del país, especialmente en Veracruz, y la falta de una adecuada inspección en choferes que manejan drogados, convierten los caminos de México en un auténtico peligro para miles de automovilistas, con vehículos cada vez más livianos para ganar velocidad, y que ayer en Álamo volvió a prender los focos rojos, después de la muerte de siete estudiantes de la UNAM en la autopista del DF a Toluca, para que se prohíba la circulación de los tráileres doble remolque, ya que ocasionan 65 por ciento de los muertos en accidentes viales”.


Por eso, la Alianza Mexicana de Organizaciones Transportistas (Amotac, A. C.), tras lamentar el accidente ocurrido en la madrugada del viernes 20 de abril pasado que está dejando 44 muertos, “responsabilizó de los hechos a la SCT por solapar que por carreteras mexicanas circulen camiones tipo full pese al peligro que representan, ya que recordó, en 2011 hubo alrededor de 800 muertes por accidentes”.

En un desplegado publicado en El Universal, de fecha 17 de abril de esta año, la Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos, A. C., manifestó: “Es tema obligado escuchar diariamente que las muertes ocurridas en el país tienen alguna relación con el crimen organizado. Sin embargo, no se habla de los cientos de muertos que son consecuencia de accidentes carreteros similares al que hoy nos ocupa [los estudiantes de la UNAM muertos]. ¡Qué lamentable resulta para el país no contar con una verdadera seguridad vial! Y lo más preocupante, que la mayoría de los policías federales no estén cumpliendo con su objetivo. La anarquía es la causa principal de los accidentes en las carreteras de México”.

Y sí, hay un desorden en todo nuestro país, en todos los niveles. En seguridad vial lo hay hasta en la calle donde vivo: se estacionan donde les da la chingada gana. Educación vial nos hace falta a todos. Seguridad vial la mayor parte les corresponde a las autoridades y los sectores involucrados.


¿O qué, tenemos que seguir encomendándonos a Dios por no creerles a nuestras autoridades, ni a nuestros compatriotas valemadristas y sin una pizca de conciencia y de respeto a la vida, mucho menos de educación vial? ¡Por Dios! Los accidentes no nacen, se hacen.

Evitemos que nuestro paisaje mexicano sea sólo cruces y flores marchitas.

Los días y los temas


Bien por el diputado Eduardo Andrade Sánchez, presidente de la Mesa Directiva del Congreso de Veracruz, que presentó la Iniciativa ante el Congreso de la Unión, para adicionar un párrafo cuarto al artículo 50 de la Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte Federal, a fin de establecer que “No podrán circular en caminos y puentes de jurisdicción federal tractocamiones doblemente articulados en cualquier de sus configuraciones”.

Doblemente bien que esta propuesta prospere.

Ahí se ven.


Hasta la próxima
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