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Columnas y artículos de opinión
El escándalo de Wal-Mart
Uriel Flores Aguayo
26 de abril de 2012
alcalorpolitico.com
Todo un escándalo sobre corrupción en licencias y facilidades varias ha desatado la información difundida en los Estados Unidos, sobre los sobornos que la empresa Wal-Mart habría dado en México para obtener permisos de instalación de sus tiendas en cualquier lugar y cuando quisiera. Se habla de “comisiones” y “mordidas “por unos 24 millones de dólares entregados a funcionarios públicos de los tres niveles de gobierno. Es curioso, similar a un caso muy sonado en la Comisión Federal de Electricidad, sabemos de estos hechos por la aplicación estricta de la ley en el país vecino, aquí no se sabía nada, en el gobierno de la alternancia panista todos se tapan con la misma cobija. Wal-Mart, cuyo éxito y denominación de empresa socialmente responsable ya estaría en duda, ha sido muy consentida en nuestro país y ha apoyado proyectos políticos como el de la señora Martha Sahagún; ese gesto fue correspondido generosamente por Vicente Fox, cuyo gobierno le autorizó un Banco en los últimos días de su administración.

Este caso de Wal-Mart da mayor centralidad a la corrupción generalizada que se vive en el aparato público de nuestro país, hoy por hoy esencia de un sistema donde se saquean los recursos públicos y se inspira un modelo de vida donde se premia la simulación y la transa. El partido gobernante, el PAN, se adaptó fácilmente a esas reglas corruptas, al mantenerlas y perfeccionarlas dio inicio a su prematuro y acelerado proceso de descomposición; eso explica su crisis y su segura salida del poder. Por eso no hay manera de que sostengan a la señora Josefina, que, en realidad, desafina.

Junto al caso Wal-Mart podemos hablar de cómo el hilo podrido e inmoral atraviesa lo social, lo político y lo económico. Tenemos el caso de los partidos patito o fachada de negocios particulares y familiares, como el partido verde, frívolo e inútil, con spots televisivos que ofenden la dignidad y la inteligencia del común de las personas; en esa línea está el anuncio donde proponen que la empresa que contamine pague los daños; queriéndose pasar por genios acaban de farsantes y cínicos que pretenden tomarle el pelo a la opinión pública: que fácil se la pondrían a empresas contaminantes si sólo tuvieran que pagar daños; está en duda que algún día pagaran una multa, sobornarían a quien fuera antes de soltar legalmente un peso; lo importante, lo serio, sería que ese tipo de empresas no existieran pero si ya están establecidas y cometen esas faltas, se les debe clausurar automáticamente.


Hablando de medio ambiente tenemos a la mina “caballo blanco”, ubicada muy cerca de Xalapa, cuya operación contaminante y devastadora de la naturaleza, desde ahora, es permitida por autoridades corruptas en los niveles municipal y federal, hasta donde es posible tener registro. Estamos ante una empresa extranjera limitada en su país por razón ambiental pero tolerada en México por negativas razones económicas. Y así están, siempre irregulares, “Laguna Verde”, los fraccionamientos que crecen como hongos en todas las ciudades veracruzanas, la contaminación de los ríos y costas, los basureros a cielo abierto, etc.

Ese es uno de los mayores problemas nacionales, el de la corrupción, que privatiza lo público, des vía recursos económicos y materiales, margina a los honestos, pervierte los procesos de selección y designación, baja la calidad de la obras y los servicios, desciende el nivel de la educación, genera inseguridad, estimula la ineptitud y la flojera y crea un circulo vicioso que reproduce y perpetua las peores prácticas sociales, económicas y políticas. Se puede decir que vemos el fondo del abismo cuando se trata de procesos electorales, se nos aparece el rostro del sistema en toda su esplendor.

El sistema dominante ha creado leyes, instituciones y mecanismos encargadas de la opacidad, la ineficacia y de que no se rindan cuentas para que, por medio de sus voceros y representantes de turno, se mantenga ese estado de cosas. Para salir de ese cuadro de crisis y descomposición se requiere una sacudida mayor, de cultura y estructural; llevará tiempo pero por algo hay que empezar. Las elecciones en curso son una oportunidad, histórica, para intentar salir de la camisa de fuerza, del modelo de control en que nos tienen la oligarquía y sus sirvientes. Esa es la manera pacífica y civilizada de hacer las cosas por el cambio verdadero.


Recadito: contingente independiente el primero de mayo, 9 de la mañana, en el monumento “a la madre”.

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