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Columnas y artículos de opinión
Ganó la izquierda en Francia
Helí Herrera Hernández
7 de mayo de 2012
alcalorpolitico.com
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Twitter:HELIHERRERA.es

Con una ventaja de casi cuatro puntos porcentuales, el socialista Francois Hollande se impuso al actual presidente de Francia Nicolás Sarkozy, en la segunda vuelta de las elecciones que tuvo una participación del 72 por ciento, cifra que si se diera en nuestros comicios del primero de julio marcaría un hito histórico con resultados que sorprenderían a propios y extraños.

Hollande es un político francés que milita en la izquierda desde temprana edad. Entre 1997 y 2008 desempeñó el cargo de primer secretario del partido socialista y se casó con Ségolene Royal, otra militante comunista con quien tuvo cuatro hijos y quien fuera candidata al mismo cargo que hoy gana Francois, en 2007, de quien se separó recientemente.


El triunfo de los socialistas en Francia se traduce en una nueva esperanza para los 66 millones de habitantes, que con el gobierno derechista de Nicolás Sarkozy viven la peor de sus pesadillas debido al empobrecimiento de un tercio de sus habitantes, la mitad de los cuales sobreviven gracias a las famosas tiendas de consumo, y en donde el desempleo entre el sector femenil alcanza ya el 10.30% contra el 9.80 de varones.

Hoy domingo 6 de mayo fueron derrotadas esas políticas públicas impulsadas no tanto por Sarkozy, como dicen los intelectuales y académicos franceses, sino por la canciller alemana Ángela Merkel que encontró en el actual presidente francés al súbdito más fiel que siguió, a pie juntillas todas las indicaciones macroeconómicas que han hundido a Portugal, España, Grecia, Italia y otros países miembros de la comunidad económica europea, y que a Francia la tienen metida en una crisis de pobreza alimentaria sin precedentes en su historia.

Gano Francois Hollande las elecciones porque se comprometió con los franceses que al triunfar no solo modificaría las políticas públicas francesas, sino que se reuniría con los países miembros de la unión europea para dar un golpe de timón a las acciones económicas impuestas desde Alemania por la canciller Merkel, para impulsar nuevas recetas que logren derrotar a la crisis económica que vive Europa.


Hollande durante la campaña se comprometió que de ganar las elecciones, su primer viaje al exterior sería a Berlín. Allí explicaría a la canciller alemana su modelo económico basado en un menor rigor presupuestario para favorecer el crecimiento, así como su decisión de renegociar el Tratado de Austeridad firmado el pasado mes de marzo por 25 de los 27 socios europeos. El líder socialista cree, que el tratado tal y como esta firmado, no es la fórmula que permitirá a Europa salir de la crisis y está decidido a renegociarlo.

Quiere completarlo con medidas de apoyo a la industria y a las pequeñas y medianas empresas; mayor solidaridad entre los socios, mayor gobernanza política, imponer la célebre tasa financiera, que el banco central europeo tenga un papel mas activo y la creación de eurobonos para mutualizar la deuda europea.

El triunfo de Francois Hollande se debe precisamente al compromiso público que hizo a los franceses de dar un golpe de timón a las políticas económicas que Sarkozy impuso en Francia, como fiel alumno de la canciller alemana, y que han demostrado su fracaso en toda Europa. Las grandes movilizaciones sociales que están sucediendo en Grecia, en Portugal o en España, por mencionar solo algunos países, son producto del empobrecimiento de las masas sociales que han visto como han perdido empleos, seguridad social, educación y bienestar familiar.


Pero también recibió el apoyo porque hizo compromisos de encabezar en la Comunidad Económica Europea una campaña para derrotar esas variables económicas que fomentan la inseguridad, la migración, el éxodo de un país a otro de miles y miles de familias que buscan en otra nación lo que no están encontrando en la suya, sin percatarse de primera mano, que la recesión financiera esta ahorcando a toda Europa.

Hollande podría convertirse en ese nuevo líder de la Europa occi-oriental (no olvidar la integración de Hungría, Polonia, Bulgaria, Rumania etc, a la Europa occidental), y su liderazgo estriba, precisamente, en la derrota de las recetas impuestas por la canciller germana Ángela Merkel, y la aclamación de un nuevo orden económico en el viejo continente, con políticas económicas donde el estado auspicie el desarrollo económico de la industria, de las pequeñas y medianas empresas, que generen empleos y reactiven el mercado interno de cada una de las economías nacionales, así como el subsidio gubernamental a la educación, la investigación científica y tecnológica.

Ganó el socialista Francois Hollande con el apoyo de un pueblo que dijo basta a las políticas públicas impuestas por los organismos financieros internacionales, hacedoras de hambre y pobreza; de desempleo e inseguridad; de desintegración familiar y éxodos en busca de mejores oportunidades de vida.


Los franceses aprendieron del error español, donde las masas se dejaron guiar por la promesas de políticos mentirosos que como candidatos dicen una cosa, pero como funcionarios hacen otras muy distintas.

Ojalá y esa lección nos sirva a los mexicanos para reflexionar nuestro voto para los comicios del primero de julio, no dejándonos llevar por las campañas mediáticas, por los rostros bonitos, por las promesas firmadas, por las funcionarias que cuando tuvieron la oportunidad de transformar este país desde los encargos públicos que tuvieron, se amafiaron con las que dicen hoy combatir. Ojalá y los mexicanos sufraguen con razón, con inteligencia y nunca por el engaño o el regalo. Ojalá.

PD. Los izquierdistas radicales ganaron las elecciones legislativas en Grecia.