He guardado no un minuto, sino unos días de silencio por la muerte de Regina Martínez. Me dejó consternado, adolorido de cuerpo y alma, pero también me dejó con mucho coraje e impotencia… ¡Carajos! ¿Hacia a dónde vamos? Más bien, ¿dónde chingaos estamos? Estamos en un mundo desalmado, en un México sin respeto a la vida.

Te recuerdo, Regina. Y recuerdo tu empeño y actitud. Por eso, sigamos luchando: ¡no callar!

Y qué cosas tiene a vida… El 30 de abril pasado, la Cámara de Diputados aprobó la Ley para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, y hasta que se le hinchen al Presi Calderón la publicará pa’ que entre en vigor. Qué cosas, ¿no?


Y te guardaron un minuto de silencio, Regis, allá esos diputaditos, quienes aprobaron por unanimidad esta Ley que dizque con el objetivo de establecer la cooperación entre la federación y las entidades para aplicar y operar medidas de prevención, así como garantizar el ejercicio de la libre expresión. Chido, ¿no?

Incluso se prevé la creación del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, operado por la Secretaría de Gobernación (SG) con el fin de atender la responsabilidad fundamental del Estado de proteger la vida, integridad, libertad y la seguridad de los periodistas.

Y fíjate nomás, Regis, que esta ley destaca que se considerarán agresiones cuando "por acción u omisión o en aquiescencia se dañe la integridad física, psicológica, moral o económica de defensores de derechos humanos o periodista; cónyuge, concubina, concubino, ascendientes, descendientes, dependientes de las Personas Defensoras de Derechos Humanos o Periodistas”. ¿Cuál problema, entonces?


Pos ojalá se aplique, se cumpla, por el bien de todos, por el bien de México. Ojalá nos alejemos de ese dicho que dice que “las leyes me las paso por el arco del triunfo”.

Porque aquí mismo en Veracruz, acaban de aprobar los diputados locales la Minuta Proyecto de Decreto por el que se adiciona el párrafo segundo de la fracción XXI del artículo 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que establece que las autoridades federales podrán conocer también de los delitos del fuero común, cuando éstos tengan conexidad con delitos federales o delitos contra periodistas, personas o instalaciones que afecten, limiten o menoscaben el derecho a la información o las libertades de expresión o imprenta.

Ah, Regis, también te guardaron un minuto de silencio en la sesión del 2 de mayo. Qué cosas tiene la vida, ¿verdad?


Yo evité sentarme donde siempre, Regis, ahí en el área de prensa del Recinto Oficial, porque sabía que llegarías de un momento a otro, pero eso ya no era posible. Así que preferí guardarte en mi memoria y van pa’ ti mis recuerdos y mis oraciones.

De cinismo y anexas

Dice José Saramago: “Se habla de derechos humanos y está bien, y hay que seguir hablando, pero hablamos poco de los deberes humanos. ¿Deberes de qué? De solidaridad, sobre todo. De respeto humano, sobre todo. Estamos olvidando un poco que los derechos se compaginan con los deberes. Hacerse cargo de la necesidad de hablar de esto es a lo que yo me refiero con ‘compromiso ético’ y ‘compromiso crítico’”.


Ahí se ven.

Hasta la próxima
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