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Columnas y artículos de opinión
Al Pie de la Letra
‘Vocero’ incongruente
Raymundo Jiménez
10 de mayo de 2012
alcalorpolitico.com
Investigador de tiempo completo de la Universidad Veracruzana (UV), licenciado en Economía y maestro y doctor en Sociología, Alberto Olvera Rivera se ha convertido en los últimos meses en el vocero de la Máxima Casa de Estudios y de su rector Raúl Arias Lovillo.

Pero su vocería ha mostrado la antítesis del papel que muchos esperarían que jugara la UV en la construcción de una moderna sociedad veracruzana.

Integrante de la Honorable Junta de Gobierno, hombre cercanísimo al rector y casado con Celia del Palacio –una académica oriunda del estado de Jalisco que ha despachado en las mejores posiciones de la UV gracias a esa influencia por la que incluso le han creado espacios universitarios ex profeso, con cuestionables resultados, lo que le ha permitido “consagrarse” como novelista, gracias al erario público–, Olvera Rivera abandera de pronto una manifestación de productores cafetaleros y despotrica contra la política agropecuaria, desconociendo lo que pasa en el sector y la pesada burocracia del gobierno federal para hacer llegar los recursos, y otro día grita a los cuatro vientos que en Veracruz no se puede hablar con la verdad “porque se vive un clima de represión, de represión de pensamiento, de la libertad de expresión”, justo cuando él ha podido decir y hacer todo lo que ha querido manifestar.


Ayer, en el portal web “Al Calor Político.Com” –en donde, por cierto, siempre se publica sin censura todo lo que dice Alberto Olvera–, un ciudadano común, Germán Ochoa Betanzos, dirige una carta al Director de dicho diario digital para refutar la declaración del académico acerca de que Veracruz vive en un clima de represión.

Dice al pie de la letra este ciudadano: “En una oportuna nota en este medio se dio a conocer cómo Alberto Olvera subió a un templete en la Plaza Lerdo y habló ante decenas de cafetaleros, donde dio rienda suelta a un discurso crítico hacia las instituciones federales, estatales y partidos políticos, y nunca se dijo que hubiera sido reprimido en su pensamiento y alguien le impidiera expresarse libremente”.

“Este contradictorio personaje a menudo hace uso de diversos foros para criticar a quien se le pega la gana y está en su pleno derecho de hacerlo y ejercer la crítica. Pero no puede expresar que no habla con la verdad. Entonces todo lo que ha dicho son mentiras.


“Por otra parte, le pregunto, ¿qué represión sufre al interior de la Universidad Veracruzana, para no decir la verdad? De la Universidad Veracruzana no dice nada, y todos sabemos que suceden muchas cosas indebidas. ¿Será que teme a la represión de los ‘bonos’ mensuales?

“El señor Olvera es un consumado protagonista. Al escuchar la gran disertación de Edgardo Buscaglia, no se quiso quedar atrás y casi se dijo perseguido. Que diga Alberto Olvera quién lo reprime en Veracruz. Si en la Universidad Veracruzana alguien le impide decir la verdad, es necesario que lo denuncie. Congruencia señor Olvera, congruencia”.

Y, al parecer, le asiste toda la razón al señor Ochoa Betanzos.


Es muy fácil criticar sin argumentos, despotricar, lanzar voces al aire cargadas de protagonismo, acordes a la crispación que se vive en México y en Veracruz. Pero sostenerlas, fundamentarlas, argumentarlas, dar razones, eso es algo muy distinto.

Las afirmaciones gratuitas merecen respuestas gratuitas y el desatado protagonismo de este universitario, que nada abona al clima constructivo de la Universidad Veracruzana, merece una explicación.

¿Por qué la voz de Alberto Olvera representa la antítesis del papel que la UV debería jugar en la pujante sociedad veracruzana del siglo XXI?


Porque de la larga trayectoria de la Máxima Casa de Estudios, del reconocimiento nacional e internacional que posee, del nombre y el peso como institución pública, cualquier ciudadano pensaría que como “maquinaria de pensamiento”, la UV debería ser sí crítica, pero sobre todo propositiva.

No se trata de que esté del lado del gobierno pero sí del lado de la verdad, de la realidad y de Veracruz.

Con sus declaraciones infundadas, con su protagonismo, con su desfachatez, Alberto Olvera desprestigia a la Universidad Veracruzana y a todo Veracruz a pesar de que han lucrado, él y su esposa, con la misma casa de estudios.


Como sensatamente le aconsejaría don Germán Ochoa Betanzos: “Congruencia señor Olvera, congruencia”.