En la sucesión estatal de 2010, Héctor Yunes Landa pudo haber desertado del PRI, ser candidato de los partidos de izquierda y, si no hubiese ganado la elección de gobernador, quizá hubiera contribuido al triunfo de su primo hermano Miguel Ángel Yunes Linares, del PAN, quien perdió ante el priista Javier Duarte de Ochoa por una diferencia menor a los 80 mil votos.

Sin embargo, Yunes Landa se disciplinó y terminó sumándose a la candidatura del ex secretario de Finanzas y Planeación, quien en marzo de 2011 lo recompensó promoviéndolo a la dirigencia estatal del PRI, cargo al que Héctor renunció en enero de este año para buscar la postulación al Senado de la República, candidatura que se veía poco viable porque el mandatario veracruzano ya tenía un fuerte compromiso personal con el otro Yunes priista, José Francisco, ex aspirante también a la gubernatura y ex coordinador de su campaña electoral.

“No pueden ir dos Yunes por el PRI en la boleta electoral”, era lo que argumentaban al interior del partido tricolor otros aspirantes al Senado, quienes en corto reconocían que el candidato favorito de Duarte de Ochoa era Yunes Zorrilla, diputado federal por Coatepec.


No obstante, Yunes Landa jamás se desalentó. Y aunque en privado siempre afirmaba que él sería nominado a la Cámara alta del Congreso de la Unión con el apoyo del gobernador, muchos dudaban de su palabra porque suponían equivocadamente que Javier Duarte todavía le guardaba algún sentimiento por la férrea disputa de la candidatura del PRI a la gubernatura.

Pero no sólo desde la campaña electoral de 2010 sino posteriormente al asumir también la dirigencia priista, Héctor Yunes dejó en claro su nueva relación política con Duarte.

Al sustituir a mediados de marzo de 2011 al fidelista Ranulfo Márquez Hernández en la presidencia del CDE del PRI, Yunes Landa dijo que Javier Duarte, “como hombre de Estado que es, sabe bien, que en el ejercicio de la política los acuerdos y compromisos son herramientas fundamentales: celebro que además de saberlos construir, los sepa usted cumplir”, le reconoció públicamente.


Y dijo tener claro que ese día asumía sólo la responsabilidad de la operación política del Comité Directivo Estatal del PRI, porque “el liderazgo del partido, ese sólo lo ejerce usted señor gobernador”.

A ello se debe que Yunes Landa haya visto cumplida su aspiración de ser candidato a senador, pues aunque algunos atribuyeron su nominación al apoyo de otros destacados personajes de la cúpula nacional del PRI –como por ejemplo Manlio Fabio Beltrones, poderoso líder de la bancada priista en el Senado y fuerte ex aspirante presidencial–, lo cierto es que el ex diputado local por La Antigua no fue vetado por el mandatario veracruzano, con quien ha ido consolidando una excelente relación política.

Eso sí, Yunes Landa no fue registrado en la primera fórmula como pretendía, lo que lo ha obligado a realizar una intensa campaña de proselitismo por todo el estado, ya que a diferencia de Pepe Yunes, su única oportunidad de acceder al escaño senatorial es triunfando en los comicios del 1 de julio próximo.


Hace ocho días, el ex subsecretario de Gobierno visitó Misantla para pedir el voto a favor de todos los candidatos priistas. En esa ocasión, Héctor Yunes estuvo acompañado no sólo por Verónica Carreón, abanderada a la diputación federal por el séptimo distrito electoral federal con cabecera en Martínez de la Torre, sino por otras dos personalidades: el joven Cecil Duarte y doña Cecilia de Ochoa viuda de Duarte, hermano y madre, respectivamente, del gobernador.

La visita de Yunes Landa y de los familiares del mandatario veracruzano a Misantla coincidió con la celebración del tradicional Festival Nacaquinia 2012.

Acompañado de Cecil y Verónica, el candidato del PRI al Senado tocó puertas para pedir el voto a favor de los candidatos de la coalición “Compromiso por México”. En ese día, también dedicado a la Santa Cruz, visitó a los albañiles que trabajan en la construcción del mercado local.


Durante su recorrido, Yunes Landa y sus acompañantes accedieron a la petición de los misantecos que les pidieron hacer una pausa para tomarse la fotografía, abrazarlos o exponerles alguna petición mientras les prometían su voto.

Posteriormente, desde un templete colocado ex profeso para el gran baile nocturno, un animador local invitaba a todo el público a presenciar “el bautizo del candidato”, como ya se rumoraba desde temprano.

La gente se reunió en el Pocito de Nacaquinia, famoso porque según cuenta la leyenda, contiene las lágrimas de la princesa Xanat que murió de amor en este lugar por un joven guerrero mexica. La tradición dice que quien beba del pozo siempre retorna a Misantla. Héctor Yunes bebió un poco de ella asegurándoles que “regresaré y lo haré como Senador electo”.


Posteriormente, entre porras y vivas, el candidato del PRI a la senaduría fue bautizado por el director del Instituto Tecnológico Superior de Misantla, José Alberto Gaytán García, quien al momento de echarle un chorro de agua fría sobre la cabeza, le dijo: “Yo te bautizo con el nombre de ‘Aksajan’ ”, que significa “Dueño del Mundo y sus Habitantes”. Los aplausos se dejaron venir en cascada.

Durante los próximos tres años así será llamado Héctor Yunes al menos por los misantecos.

Luego, a Yunes Landa le tocó bautizar a la candidata a diputada Verónica Carrasco, al joven Cecil Duarte y finalmente a doña Cecilia de Ochoa, a quien el aspirante al Senado exaltó públicamente como “una gran mujer que creció y educó a sus hijos y los formó tan bien que uno de ellos es el Gobernador de Veracruz”.